Los dos presos se peleaban cada vez que se cruzaban en una actividad recreativa, como un partido de fútbol. En esas ocasiones, la discusión no tenía violentos desenlaces. Sin embargo, esa enemistad tuvo ayer un punto final: la muerte.
Un preso, de 28 años, falleció tras ser apuñalado aparentemente por su compañero de sector, en el penal de Villa Urquiza. La víctima fue identificada como Miguel Luis Díaz; mientras que el presunto homicida tiene unos 23 años, aunque su identidad se ha mantenido en reserva, en el marco de la causa judicial.
El ataque ocurrió cerca de las 14 en la Unidad I de la penitenciaría local. En ese sector de la cárcel, se secuestraron tres puntas carcelarias y prendas de vestir, que serán analizadas para afianzar la hipótesis que por ahora manejan los investigadores.
Tras el deceso, el personal del sistema penitenciario habría trasladado a Díaz hasta el hospital Avellaneda, a pocas cuadras de la cárcel, donde ingresó sin vida.
Fuentes del Ministerio Público Fiscal (MPF) informaron que la víctima presentaba dos heridas de gravedad: en un ojo y en el pecho. La Justicia dispuso una autopsia, además del levantamiento de las pruebas en el pabellón.
El fallecido cumplía una condena de 11 años por homicidio (llevaba cuatro). Su agresor, en cambio, estaba por un robo agravado, según informaron allegados al caso.
Las puntas
Si bien ayer no habían sido confirmados el móvil y las circunstancias de la agresión fatal, los pesquisas reunieron indicios que sustentaban la mala relación entre ambas personas. También que los dos habrían portado esas armas blancas a la hora de la disputa.
Por ello, este caso elevó además la preocupación por la fabricación, posiblemente adentro de Villa Urquiza, de las llamadas puntas carcelarias, de acuerdo a los dicho de altas fuentes del área de seguridad. La Fiscalía Especializada en Homicidios I, a cargo de Adriana Giannoni, está a cargo de la causa.
En los últimos cuatro días, se registraron al menos cuatro homicidios, en distintas situaciones, en el Gran San Miguel. El viernes pasado, alrededor de las 10, Lucas Palavecino, de 21 años, fue ultimado de un disparo en el barrio Nicolás Avellaneda III, en Yerba Buena. El joven trataba de defender a su padre de un ataque de tres vecinos.
En el mismo día, pasadas las 22, cuatro motochorros interceptaron al rondín Sandro Silveiro Reyes Ríos en el barrio Barrio Oeste I, en la capital. Allí, en una situación de robo, el hombre recibió un disparo en el hombro, lo que le provocó la muerte.
El domingo, un joven se acercó a Jorge Alberto Escobar, de 26 años, y le pegó un tiro. Ocurrió en el pasaje Florencio Varela al 1.800 de Villa Alem. Ayer, se sumó el caso de Díaz.