08 Junio 2019
EN EL ESCENARIO. Martín Giner, durante un momento de la obra.
ACTÚA HOY
• A las 22 en Sala Ross (Laprida 135).
A principios de año, Martín Giner estrenó “El dilema de las bananas”, el unipersonal que escribió, dirige y protagoniza. Poco después se fue a España, donde presentó su obra en Madrid y en Barcelona. Desde esta noche regresa a la escena local, en Sala Ross.
“Pretendo analizar cómo las ficciones, expresada en películas, libros, publicidades, noticias, cuentos y demás que consumimos todos los días, nos condicionan y nos manipulan. Van sembrando prejuicios, que después se utilizan para modelar conductas. Suena un poco paranoide, pero es así. Y la propuesta es jugar a develar algunos de esos mecanismos, especialmente los que tiene el autor literario, con recursos teatrales, visuales y lúdicos, en un recorrido irónico”, describe el autor e intérprete.
En su construcción dramaturgia, trabajó en la recopilación de relatos curiosos e interesantes y con creaciones propias. Por ello, considera que “este trabajo se vincula más con el oficio de escribir que con alguna búsqueda en particular, porque lo que busco es exponerme y exponer la relación del artista con el público”.
Giner reconoce similitudes en las dificultades en realizar teatro independiente en la Argentina y en España, en especial en la convocatoria al público. La adecuación de su texto a los distintos públicos fue mínima: “el trabajo es bastante universal en lo que respecta a los conceptos, sólo tuve que cambiar algunas palabras y referencias a algunos personajes populares para que se entendiera mejor; en aquellas funciones tuve la oportunidad de probar algunas cosas, así que cuando llegué acá me puse a modificar la obra que ahora presento”.
Hacía 15 años que Giner no pisaba un escenario como actor, aunque no quiere asumir plenamente ese regreso. “Aunque recurro a algunas herramientas actorales, la obra la desarrollo desde mí. Es una idea que me venía dando vueltas en la cabeza hace tiempo, y estoy tratando de sacarme de mi lugar de confort para ver que me pasa. Nunca me pareció bien el multirol, porque alguien que cubre demasiados espacios, en alguno tienen que estar flojo, pero las cosas se dieron así”, admite.
Muchos de sus textos están siendo representados dentro y fuera del país, pero eso no lo presiona a la hora de escribir. “Se da una especie de distancia con la obra que he entregado. Está lejos y siento que la gente se está relacionando con un Martín de algún momento de mi vida, que generalmente no tiene que ver con el actual”, finaliza.
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