"Esto recién comienza", avisó Alfaro al celebrar

La 9 de Julio, entre La Madrid y Lavalle, está cortada. Atrona la música en la planta baja de la sede de la intendencia, donde ya está montado un escenario con pantalla gigante, frente a una decena de mesas en el hall.

Germán Alfaro llega minutos después de las 20.30. Sus colaboradores se reparten entre el despacho del intendente, la sala de reuniones contigua y las oficinas de las secretarías. El jefe municipal ocupa la cabecera, pide un té y mira cómo sobre la mesa larga se van “actualizando” los platos con sandwiches, con empanadas y con masas finas. En la televisión, en cambio, no varían las cifras del escrutinio. La pantalla muestra a los candidatos en un desesperante “0%”.

Sin estridencias, los teléfonos comienzan a recibir información. “En una mesa del circuito 14, Vamos Tucumán (obtiene) 101 votos; y el Frente Justicialista por Tucumán, 70”, lee Alfaro en voz alta. “Eso es lejos de las cuatro avenidas”, acota alguien. “En el circuito 9A, 136 (sufragios para) Silva -Elías de Pérez- y 90 -Juan- Manzur”, agrega el intendente. “Ahí, en 2015, no se ganó tan holgado”, acota Luis Chrestia, secretario de Obras Públicas.

“En los circuitos del 1 al 6 ganamos por paliza”, interrumpe la diputada nacional Beatriz Ávila.

“Me pasan una mesa del circuito 18: 110 a 64. Y eso es en las orillas de la capital”, continúa Alfaro. Son las 21.

El humor se torna más animado. Oscar Velazco Imbaud, secretario de Desarrollo Social y Cultural, brinda datos de una mesa del colegio de las Hermanas Esclavas. La diferencia a favor del frente opositor es de 100 votos respecto del oficialismo. Y es de 60 votos en la escuela Raúl Colombres, del circuito 7A.

“¿Y?”, pregunta José Teri, secretario de Relaciones Laborales, uno de los últimos en llegar. “Tranquilos”, le dice Juan Pablo Durán, el subsecretario de Prensa y Comunicación Institucional.

A las 22 aparecen los datos de los circuitos periféricos. En el 21, de Villa Angelina, los guarismos son adversos. “Perdemos en El Salvador”, le dice Ávila a Alfaro. El se levanta a ver las cifras que trae ella y la tranquiliza: no alcanzan para revertir el triunfo en el centro y en las adyacencias. “Y se confirma que ganamos en el circuito 18. En promedio, 50 votos de ventaja por mesa”, tercia Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte. “Hasta en el Colegio Monstserrat se está ganando”, interviene María Inés Figueroa, la secretaria general.

Entonces interrumpe la televisión. Son las 22.17 y aparecen en la pantalla Manzur, el vicegobernador Osvaldo Jaldo y el candidato a intendente del Frente Justicialista por Tucumán, Mario Leito. “La tendencia es irreversible: la fórmula Manzur - Jaldo se está imponiendo en toda la provincia”, sentencia el mandatario. Después elogia “la jornada cívica ejemplar” en la que votó más del 85% de los empadronados. Y le dedicó el triunfo “a la fórmula Alberto Fernández - Cristina Fernández de Kirchner”.

“No dijo nada de Leito”, es la primera lectura común sobre la mesa. “¿Por qué se apresura?”, pregunta alguien. “Para que en Buenos Aires se vayan a dormir con la lectura de un triunfo del kirchnerismo en Tucumán”, analiza un tercero. Y entonces se escucha la voz de Leito. “Perdemos, pero por un margen menor”, asevera a la prensa. Y pide esperar por los resultados.

Alfaro aclara que no va anunciar nada hasta que haya tendencia definitiva. El dato llega dos horas y media después. Cuando ya es lunes, figura escrutado el 61% de las mesas. “Vamos”, dice Alfaro a las 0.47 de hoy. “Vamos”, dice Ávila. Abajo estallan los aplausos, las bombas de estruendo y el papel picado.

“Hoy fuimos 300 espartanos que le dimos batalla a todo el Gobierno provincial”, arenga él en su discurso, desde el escenario. Y agrega: “Esto recién comienza”.