Entrevista a Julio Bárbaro: “no somos capaces de armar un proyecto común”

Según el politólogo, la incorporación de Pichetto a la fórmula de Macri es una señal de debilidad. “El pasado todavía asusta”, puntualiza.

TENDENCIA NACIONAL. Julio Bárbaro considera que en la Argentina se le da más a la economía el lugar que debiera ocupar la política.  la gaceta / foto de diego araoz TENDENCIA NACIONAL. Julio Bárbaro considera que en la Argentina se le da más a la economía el lugar que debiera ocupar la política. la gaceta / foto de diego araoz

Hablar con Julio Bárbaro es imbuirse en los postulados del peronismo tradicional. De hecho, lo primero que dice el analista político a LA GACETA es que, en la Argentina, unidad parece ser mala palabra, pero sí se puede percibir que, como sociedad, estamos dominados por los designios de los compromisos financieros cada vez más altos que asumió el Gobierno. “No somos capaces de armar un proyecto común”, dice Bárbaro en una entrevista telefónica con LA GACETA.

-Si hiciera una mirada introspectiva hacia el Partido Justicialista, ¿qué cree que hubiera dicho su creador, Juan Domingo Perón, al ver la dispersión que hoy hay dentro de ese partido?

-Y hay crisis. El extravío del Partido Justicialista es una expresión más del extravío de la Argentina como sociedad. Tal vez seamos la única nación del continente que no tenga una expresión clara de patriotismo y, por esa razón, nos hundimos en las dos versiones existentes: en el populismo o en la liberal. Por eso la discusión es en cuál te hundís más y no cuál es mejor que la otra. La Argentina hace 40 años que decae y hace 70 que tiene inflación, pero en los últimos 40, insisto, se ha degradado como sociedad.

-¿Por qué piensa que el país no levanta cabeza?

-Porque le damos a la economía el lugar que debiera ocupar la política. Somos, así, una nación sin proyectos. En esta parte del mundo te hablan de libre comercio, pero vemos que las potencias, que Donald Trump y China defienden su producción con más proteccionismo. Me da la sensación que aquí no se entienden los signos de la historia y por eso intentan abrirse sin rumbo claro.

-¿Qué le sugiere el protagonismo que han cobrado Alberto Fernández y Miguel Pichetto, dos peronistas en las potenciales fórmulas que pueden llegar a conducir el país?

-Los dos Fernández (Cristina y Alberto) aflojan la intensidad de la grieta, pero no resuelven la grita. En otras palabras, no somos capaces de tener un proyecto común. Perón decía que a esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie. Que podemos elegir entre estar unidos o dominados. Y hoy somos dominados por los inversores extranjeros, a los que tenemos que pedirle prestado para financiar la fuga de capitales. Captamos capitales en el mismo momento que expandimos la miseria.

-¿A Macri le viene bien la peronización en su gestión?

-Es un gesto de debilidad que intenta mostrarse como un avance, como un progreso. Una prueba de eso es que el consultor Jaime Durán Barba y el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, habían definido claramente que el PJ era el enemigo de Cambiemos. Tardaron en asumirlo y hoy, al negarlo, lo incentivan más al PJ.

-Pero con la dispersión de dirigentes, el PJ tampoco levanta cabeza hacia un horizonte claro...

-Tampoco. Pero si el Gobierno nacional hubiera gobernado medianamente bien, el pasado sería olvidado. Hoy ganar o perder es un riesgo. La moneda está en el aire. Nadie puede decir siquiera que el país que deja Macri es mejor que el que recibió. Ningún encuestador serio puede decir que tal o cual candidato puede ganar. Si uno tomara en cuenta los resultados electorales en las provincias, podría decir que es más lógico que haya un triunfo de los Fernández que de Macri. Aún así, el panorama es incierto. Fallan los pronósticos y hay demasiado miedo a lo que pueda llegar a pasar con el dólar, aún más en un escenario en el que las tasas de interés tan elevadas están vaciando industrias y cerrando persianas de las PyME. Todo es muy duro. En todo este panorama, incorporar a Pichetto en la fórmula con Macri y cantar la marcha peronista puede ser percibido como una mezcla de la revisión del rumbo con frivolidad.

-Sin embargo, suele suceder que el resultado de las provincias no necesariamente se traslada a las presidenciales...

-Es probable que eso sea así. Pero también tenemos que observar que, en las provincias donde ya se votó, Cambiemos ha perdido entre 600.000 y 700.000 votos, que no son pocos y que pueden trasladarse al PJ. El dato está en los números.

-La tercera opción parece desdibujarse. ¿Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey se desdibujan con la polarización existente?

-Somos una sociedad sumida en una crisis sin salida. Un eventual estallido del dólar borraría a Macri del escenario electoral y, en la otra vereda, está el pasado, que también asusta. Hoy por hoy no hay un candidato que convoque a la grandeza. Lavagna, en este escenario, está fuera de los dos fracasos, el de ayer y el de hoy, y en sus alforjas tiene como logro habernos ayudado a salir de la crisis de fines de 2001. Pero es innegable que hay dos fuerzas políticas que pujan más.

-Entonces, ¿hacia dónde vamos como país?

-No sabemos por ahora. Somos una sociedad sin rumbo, en un continente en el que los demás países crecen y nosotros no lo hacemos. Decrecemos.

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