NOVELA
LA ÚNICA HISTORIA
JULIAN BARNES
(Anagrama - Buenos Aires)
Uno de los testimoniomás vívidos de la deuda que la literatura inglesa mantiene con la literatura en francés es la novela El loro de Flaubert, de Julian Barnes. Tal es la importancia de este narrador inglés, nacido en Leicester en 1946, y ganador del Premio Booker, con El sentido de un final.
Julian Barnes construye su relato con algo de romance, naturalismo y sátira social. En una primera página, el narrador y protagonista se pregunta: “¿Preferirías amar más y sufrir más, o amar menos y sufrir menos?” “¿Quién puede controlar cuánto ama? Si se puede controlar, entonces no es amor. No sé cómo podemos llamarlo, pero no es amor” (página 13).
Si hay algo que hemos aprendido en las últimas décadas es que “ya nunca más se contará una historia como si fuese la única” (John Berger), o sea, no hay una única historia, si no muchas formas de abordarla. Claro que el protagonista se está refiriendo a ese núcleo intenso de pasado que demanda corporizarse en texto y busca proyectarse en narración. Pero, se pregunta: “Si se trata de tu única historia, entonces es la que te has contado y vuelto a contar más veces, aunque sea -como es mi caso- principalmente a ti mismo… ¿todas esas narraciones te acercan a la verdad de lo que sucedió, o te alejan de ella?” (página 13)
El amor en un relato
Un joven de clase media se inicia en las artes amatorias con una compañera de tenis (una versión de Emma Bovary), 30 años mayor que él. Todo indicaría que semejante transgresión no puede durar, pero persevera bastante tiempo.
En la segunda parte, la amargura invade el relato y nos movemos en otro terreno: en un estudio descarnado sobre la adicción. La amante, que había abandonado a su familia, cae en el alcoholismo y se precipita en la decadencia moral y física.
La disolución del protagonista se traduce en un cambio de voz narradora, muy impactante. La liberación no llega, no plenamente. Solo el ruido de la rutina y las obligaciones laborales logran distraerlo de esa historia, que ya tiene vida propia, independiente de quien la ha protagonizado y que, en definitiva, habla de una búsqueda: “tal vez el amor no podía encerrarse en una definición, sólo podía encerrarse en un relato” (página 224).
En cuanto a la traducción, es una lástima que, en una novela de tanto nivel, haya algunos descuidos importantes.
© LA GACETA
MARÍA EUGENIA BESTANI
> PERFIL
Julian Barnes nació en Leicester, en 1946, y se educó en Londres y en Oxford. Está considerado una de las mayores revelaciones de la narrativa inglesa de las últimas décadas. Es autor, entre otras, de las novelas Metrolandia (Premio Somerset Maugham) El loro de Flaubert (Premio Geoffrey Faber Memorial y, en Francia, Premio Médicis), Hablando del asunto (Premio Femina a la mejor novela extranjera publicada en Francia) y El sentido de un final (Premio Booker). Ha recibido también, entre otros galardones, el Premio E. M. Forster de la American Academy of Arts and Letters, el William Shakespeare de la Fundación FvS de Hamburgo y el Man Booker, el galardón literario más destacado después del premio Nobel.