El hombre que fue héroe: Héctor Cisterna rescató a su mujer y le salvó la vida

"Fue desesperante ver a mi señora tirada sangrando", dijo el turista. Su recuerdo sobre el accidente en La Madrid. VIDEO

A veces, mientras conversa, Héctor cierra fuerte los ojos y los apunta hacia el piso. Como no queriendo ver lo que por varios años le va a quedar grabado en la retina. La ruta, la curva, la neblina, una frenada repentina y su esposa atorada debajo de un asiento del ómnibus. Todo pasó muy rápido.

Héctor Marcos Cisterna tiene 69 años y era uno de los 58 pasajeros que viajaban desde Mendoza para pasar unos días en Termas de Río Hondo y Tafí del Valle. "Me acuerdo de que en un momento comenzó a tambalear, que se dio vuelta y que después se arrastraba. Para mí venía rápido, desde hacía un rato que venía rápido. Yo se lo había dicho a mi señora y también que había neblina. Y a la curva se la comió", describió el mendocino, todavía impresionado.

"Yo salí ileso porque me salvó el baño", contó Héctor. Él y su mujer, Lucrecia Liendro, iban en la parte de abajo del ómnibus de dos pisos. "Si no fuera porque ahí estaba el baño, pasábamos de largo hasta la cabina de los conductores. El impacto fue tremendo. Nos salvamos por eso. Cuando salimos yo le dije al coordinador que mi cinturón de seguridad no andaba, así que yo no lo tenía puesto", aseguró.

Lucrecia, que permanece internada en el hospital Padilla en observación y a quien hoy le harían una tomografía, fue la que peor la sacó. "Ella iba sentada del lado de la ventanilla, para donde se cayó el ómnibus. Sufrió todo el golpe y quedó abajo, atrapada. En la desesperación de verla así pude sacarla y ayudé a otras dos personas. Pero había otra gente que no pude ayudar, estaban muy enganchadas".

Héctor contó que luego logró salir a la ruta y que un hombre que pasaba en su auto se ofreció llevarlos a él, a su esposa y a otras personas al hospital, aparentemente el de La Madrid, que es el más cercano al lugar del accidente. "Ese hombre iba pidiendo en el barrio a otra gente que fuera a la ruta ayudar en el rescate", recordó el vendedor de empanadas jubilado.

Afortunadamente, su mujer está estable y Héctor piensa en una sola cosa: "me quiero ir ya. Me quiero ir a mi casa. No importa si llegamos hoy o mañana, pero me quiero ir a mi casa. He vivido un momento malo, estoy muy angustiado. Lo que más siento es lo que le pasó a mi mujer. Yo nunca la vi a mi señora así, tirada y sangrando".

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