A medida que vaya avanzando el acuerdo de libre comercio del Mercosur con la Unión Europea, la Argentina tendrá que ir reduciendo sus impuestos internos y por ello se trabajará en “una nueva reforma fiscal de largo plazo”, según advirtió ayer Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería.
“El acuerdo en cuestión pone topes a los derechos de exportación. Hace que nosotros, luego de la entrada en vigor, podamos poner como máximo una alícuota del 14% para los productos del complejo sojero que vayan a la Unión Europea, cuando hoy están alrededor del 28%”, manifestó Reyser.
En declaraciones al diario La Voz del Interior, el funcionario sostuvo que se irán configurando techos más bajos para los impuestos, dado que también la Argentina lo necesita para que su productividad sea más competitiva ante los desafíos que impone la apertura del mercado.
En ese sentido, dijo que por ejemplo cuando finalice la vigencia del decreto temporario de los $ 3 y $ 4 por dólar para las exportaciones industriales a fines de 2020, también habrá una alícuota cero, por lo que esto le dará mayor competitividad a todas las compañías.
Reyser, quien fue el jefe negociador de la Argentina como integrante del Mercosur, indicó que este acuerdo tiene un horizonte de 10 a 15 años, por lo que en ese tiempo el país deberá ir modificando estructuralmente algunas cuestiones que hoy no las tiene resueltas.
“Nosotros, desde mucho antes, vamos a ir reduciendo los impuestos, los derechos de exportación. Tenemos que trabajar sobre los impuestos provinciales que puedan llegar a ser distorsivos para este nuevo contexto”, consideró el funcionario.
Y señaló que tanto el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como el de Producción y Trabajo, Dante Sica, van a trabajar en una reforma fiscal de largo plazo. “Ya se está aplicando de alguna manera una reforma en lo que hace a la reducción del Impuesto a las Ganancias. En ese sentido, vamos a avanzar”, agregó el funcionario.
Finalmente, dijo: “de acá a 10 o a 15 años vamos a tener que estar compitiendo no con una economía que tenga salarios bajos o no cumpla con estándares laborales. Vamos a competir nada menos que con la Unión Europea, que tiene un PIB per capita de 36.000 dólares, que de alguna manera muestra que del otro lado hay salarios altos”.