El otoño y el invierno húmedos potenciaron la enfermedad

Gonzalo Blasco reconoce que el ataque de este año 
es más fuerte que el de 2018.

COMBATE. Blasco reconoció que son caros los productores a utilizar. COMBATE. Blasco reconoció que son caros los productores a utilizar.
10 Agosto 2019

La aparición de “roya amarilla o estriada” en trigales de Tucumán puso en alerta a los productores, porque en varios lotes es muy fuerte la presión de la enfermedad, obligándolos a hacer monitoreos constantes y evaluar las alternativas de tratamiento buscando su control. El productor Gonzalo Blasco describió a LA GACETA Rural la situación que está atravesando en su campo localizado al este de Tucumán, como así también el estado que presenta el cultivo en otras zonas productivas.

Magnitud del impacto: Desde mi experiencia puedo decir que en varias regiones de Tucumán el impacto es muy fuerte; mientras que en Santiago del Estero hay poca incidencia y severidad. Hablando sobre nuestra provincia, puedo señalar que el ataque es muy grande; la enfermedad apareció hace unas dos semanas.

Estamos evaluando los pasos a seguir, en especial, verificando si el trigo ya tiene su “hoja bandera” y la “hoja menos 1” (que está debajo de la bandera), que son las que llenan con mayor fuerza los granos en las espigas; hay que protegerlas. Si aplicamos ahora no llegaremos a cubrir la “hoja bandera” y no será efectiva contra la “roya amarilla”; esto puede ser ineficaz y después quizás debamos hacer otra aplicación.

Sé que en Tucumán hay lotes muy atacados; yo, en mi campo, sí tengo presencia, pero aún no me compromete el cultivo. Esperamos que no sean favorables las condiciones para una mayor expansión.

Relación entre la incidencia de este año y la de 2018: El año pasado tuvimos lotes buenos, no tan buenos como los de este año, pero no tuvimos presencia de la enfermedad. Para que tener “roya amarilla” del trigo necesitamos el patógeno, el hospedero y condiciones climáticas favorables. Pero en el caso de este año estamos analizando la evolución para definir una estrategia. ¿Qué cambió este año? Las condiciones climáticas, porque en otoño y principios de este invierno tuvimos mucha humedad: lloviznas, muchos días nublados y muchas horas de rocío, que son las tres condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad.

Aplicaciones costosas: Insisto: ahora queremos ver cómo responde el clima; aún no hicimos ninguna aplicación para controlar la “roya en trigo”. Además, los productores son muy caros y por lo general no es suficiente hacer una sola aplicación. Porque, reitero, para aplicar debemos proteger la “hoja bandera”. Hay colegas que ya hicieron aplicaciones en sus campos. El productor debe pagar sus productos a precio dólar; además, se hacen más aplicaciones que para tratar las enfermedades de fin de ciclo (EFC) en soja. Y son más caras. Para los análisis contamos con los informes de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán, que nos permiten conocer cómo evoluciona la enfermedad.

Impacto en el rendimiento final: Estoy trabajando con un profesional para seguir de cerca a la “roya amarilla del trigo”. En el NOA nuestros rindes son muy acotados, pero lo mismo trabajamos en los campos porque el trigo es parte del esquema de rotación de cultivos y nos brinda una buena cobertura y ayuda para que entremos a los cultivos de verano con los campos limpios. Con unos 1.500 kg/ha (de rendimiento) tal vez podamos recuperar los costos y hasta llegar a lograr una ganancia acotada, pero todavía falta mucho para saberlo.

Conclusiones: No hay que apresurarse; debemos asesorarnos con profesionales especialistas; hay que evaluar el estado de la enfermedad. También debemos saber que el trigo muy vidrioso lo que exige trabajar con mucho cuidado y profesionalismo. Es muy riesgoso; hay que hacer análisis técnico y recién desplegar una estrategia.

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