Cae una banda que robaba motos y cobraba para devolverlas

El grupo actuaba en el sur de la capital y, posiblemente, en Termas de Río Hondo.

ALLANAMIENTO. En los domicilios encontraron computadoras, autopartes, un arma, una mochila y una moto.  ALLANAMIENTO. En los domicilios encontraron computadoras, autopartes, un arma, una mochila y una moto.

Una banda que se dedicaba al robo de motos en la provincia y en Santiago del Estero para luego pedir rescates o desarmarlas para alimentar el mercado negro de motopartes; y al hurto de ruedas de auxilios de vehículos fue desarticulada por la Policía en una serie de allanamientos realizados el sábado a la madrugada. Se detuvo a cuatro integrantes de la organización, entre ellos los dos líderes.

Personal del Departamento Criminal, al mando de los comisarios Walter Álvarez, Carlos Picón y Javier Alderetes, comenzaron a investigar los hurtos de motos y de ruedas de auxilios que se realizaban en el sur de la ciudad. El fiscal Diego López Ávila decidió unificar las causas para tratar de dar con las personas que cometían ilícitos en las jurisdicciones de las seccional 3ª, 8ª y 13ª. Y cada tanto, viajaban a Termas de Río Hondo para cometer el mismo tipo de hechos.

Un hombre aportó una denuncia que abrió la investigación. Primero en la Policía y después en la Justicia dijo que desconocidos le habían robado la moto que había dejado estacionada rompiendo el tambor de arranque. A los pocos días, una joven se contactó con él a través de las redes sociales diciéndoles que si les pagaba una suma de dinero, le entregarían el rodado. Luego de hacer el acuerdo, recuperar la moto, decidió contar todo lo que había sucedido.

Con esos elementos, los pesquisas avanzaron con la investigación y descubrieron que el grupo tenía el siguiente modus operandi: recorrían las calles del sur de la capital para “levantar” las motos que sus propietarios dejaban en la calle. Luego los trataban de ubicar para solicitar una suma de dinero para ofrecerles un rescate. Si no lograban con este cometido, desarmaban los rodados y vendían las autopartes.

Los investigadores de Inteligencia identificaron a los supuestos cabecillas. Descubrieron que eran jóvenes menores de 25 años, de buena posición económica (el padre de uno de ellos es transportista y del otro, es dueño de bares. También establecieron que muchas víctimas los habían reconocido por los robos, pero al haber sido amenazados por los miembros del grupo, no se atrevían a denunciarlos.

“Esta banda operaba en conjunto, violentaba las trabas de seguridad y se escapaba en el mismo vehículo. Primero logramos identificar a uno de los integrantes, después de un tiempo y un arduo trabajo, se pudo ir identificando a los demás integrantes de la organización”, comentó Álvarez. “Además pudimos determinar que luego de robar las motocicletas las comercializaban en el mercado ilegal enteras o desarmadas, y en algunos casos donde podían tener una conexión mediante terceros con las víctimas, les solicitaban a éstas el pago de rescate”, agregó.

En los domicilios allanados se procedió a la detención de los integrantes de la banda: “Fariña” de 22 años, “Tomy” de 21 años y una joven de la misma edad que sería pareja del primero y que se habría encargado de cobrar los rescates.

Se informó además que en las medidas se secuestraron una tablet, una notebook, gran cantidad de autopartes, dos hierros en forma de T denominados “chupetes”, con los que violentaban las motos para robarlas. También forma parte de los secuestros una mochila que contenía una campera de policía, un revolver calibre 38 con seis balas y una moto que tenía pedido de secuestro por robo.

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