La Universidad de Córdoba recomendó el uso del lenguaje inclusivo en el ámbito académico

Es la cuarta casa de estudios en incorporar este nuevo uso de la lengua, pero en su propia versión.

La Universidad Nacional de Córdoba. La Universidad Nacional de Córdoba. Foto tomada de La Voz.
05 Septiembre 2019

La Universidad Nacional de Córdoba se convirtió en la cuarta institución académica del país en autorizar el lenguaje inclusivo para las comunicaciones oficiales, trabajos académicas y tesis.

El caso de Córdoba difiere de los antecedentes en dos cosa: por un lado, es una resolución unificada para todas las facultades y colegios de su dependencia; por el otro, no habilita los usos no admitidos por las normas del lenguaje, como reemplazar letras por "e" o "x", sino que se trata de una recomendación para hacer un uso no sexista e inclusivo del lenguaje.

El lenguaje inclusivo había sido aprobado hasta el momento por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (Chubut); por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires; y por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario.

La resolución no habilita los usos no admitidos por las normas del lenguaje, como reemplazar letras por "e" o "x", sino que se trata de una recomendación para hacer un uso no sexista e inclusivo del lenguaje.

El proyecto para que el lenguaje no sexista fuera "legal" en la UNC había comenzado a gestarse el año pasado y tomó cuerpo en marzo de este año. Finalmente, un grupo de consejeros estudiantiles lo presentó y fue tratado y aprobado, aunque con cambios, este martes. 

Según informó el diario La Voz, la agrupación política estudiantil La Bisagra buscaba que se reemplazaran las vocales "a" y "o" por la "e", que es una de las maneras en las que se expresa el lenguaje no sexista. Sin embargo, esa idea no prosperó y terminaron negociando.

“Entendemos que para el Consejo Superior este uso no está regulado ni normado y que hay una complicación en su aplicación”, reconoció Thiago Galván, consejero estudiantil, en diálogo con ese medio.

La decana de la Facultad de Lenguas, Elena López, explicó a La Voz que los estudiantes estuvieron dispuestos a llegar a un consenso y dio detalles de la nueva normativa: “el proyecto recomienda el uso de un lenguaje inclusivo, no discriminatorio, pero no significa para nada el uso de la e, la x y el @. No íbamos a recomendar salir de la norma”, expresó a ese matutino.

En diálogo con Cadena 3, Pérez advirtió que el lenguaje inclusivo se está identificando únicamente con el uso de signos que no están en el sistema y con lo referido a las identidades sexuales, pero que también es necesario hacerlo extensivo a otras situaciones, como la discapacidad. En este sentido, enfatizó en la necesidad de hablar de "personas con discapacidad" y no "discapacitados", una de las normas básicas de un lenguaje inclusivo.

"En el caso de las recomendaciones que hemos hecho, se trata siempre de formas que están dentro de la lengua castellana, en este caso del argentino. En vez de decir el hombre, se puede hacer referencia al ser humano como la humanidad", ejemplificó la decana en diálogo con esa radio.

"Hay muchas formas de no usar siempre el universal masculino y que pueden ser reemplazadas por formas que están en uso dentro de la lengua sin caer en el uso de la e, x u arroba @), que no hemos recomendado", añadió.

De las redes a la academia

El lenguaje inclusivo no es algo nuevo y en sus inicios los planteos hablaban de lenguaje no sexista, advirtiendo que algunas normas de la lengua castellana encierran un machismo que es necesario, al menos, reconocer. En los últimos años este tema se actualizó de la mano de las luchas feministas y de visibilización de minorías sexuales.

Las normas del lenguaje y el análisis lingüístico son posteriores al uso de la lengua. Aquí lo que importa es comunicar. Entonces, si hay una emergencia de nombrar las cosas que antes estaban invisibilizadas, entonces por qué lo vamos a negar", analiza Cecilia López.

Pero a la crítica y a la resistencia de una buena porción de la sociedad, se contrapuso el análisis académico de la cuestión hasta que, finalmente, comenzó a penetrar en los ámbitos educativos. Los cuatro casos universitarios generan un precedente importante en todo el país.

"Primero hay que aclarar que las normas del lenguaje y el análisis lingüístico son posteriores al uso de la lengua. Aquí lo que importa es comunicar. Entonces, si hay una emergencia de nombrar las cosas que antes estaban invisibilizadas, como la diversidad y formas no hegemónicas de ser y estar en el mundo, entonces por qué lo vamos a negar", opinó Cecilia López, licenciada en Letras de la UNT e investigadora del Conicet.

López está cerca de doctorarse con un tema que toca muy de cerca las nuevas formas del lenguaje. Investiga la incorporación de las nuevas tecnologías al aula y cómo las redes sociales y sus usos penetran en el ámbito académico, como una realidad insoslayable que configura y reconfigura identidades.

"Es necesario revisarlo todo y repensar la forma en la que vamos a comunicar y construir conocimiento en la universidad a partir de estos usos emergentes del lenguaje, la cultura digital y el lenguaje inclusivo, que busca incluir las diversidades que antes no aparecían", continúa López.

"Claro que están las teorías de que se tata de una moda, que es pasajero, que hay que esperar el aval de la RAE. Pero muchos de los que estamos dentro de la Academia pensamos que no, que hay que darle lugar a que suceda, porque nos guste o no ya existe en la sociedad", apuntó.

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