Atlético: cada vez más asentado

El "Decano" se va al receso confiado en que los problemas del arranque empiezan a desaparecer.

CONFORME. Tanto a Zielinski como a los jugadores les costó horrores el comienzo de la temporada, pero entre todos supieron torcer el rumbo y volver a los triunfos. CONFORME. Tanto a Zielinski como a los jugadores les costó horrores el comienzo de la temporada, pero entre todos supieron torcer el rumbo y volver a los triunfos. FOTO DE MARCELO ENDELLI (ESPECIAL PARA LA GACETA)

Un equipo es una sumatoria de pequeñas construcciones colectivas y rachas individuales. Atlético se zambulló en el mini receso de las elecciones con una doble certeza: el “Decano” preparará el partido contra Patronato del martes 29, a las 19.10, con la satisfacción de haber comenzado a arreglar los desfasajes de las primeras fechas y la convicción de que aún queda mucho por remendar.

Quien mejor sintetizó ese claroscuro personal y grupal a la salida de la cancha de Banfield, el sábado, fue Javier Toledo. Después de haberse forcejeado toda la tarde con los centrales locales (Renato Civelli mide 196 centímetros), el delantero generó la infracción de Luciano Lollo que antecedió al gol de Fabián Monzón. No alcanzó para que él quebrara su anemia de goles en la Superliga -una de esas rachas a mejorar- pero sí para que el equipo se asegurara el primer triunfo de visitante -un déficit ya solucionado, como así también el regreso al gol de Leandro Díaz-.

“Yo estoy para generar esas situaciones -dijo el delantero-. Si me toca luchar y pelearme, hago eso. Y si después me toca convertir, bienvenido sea. Ahora estoy feliz porque Leandro volvió a anotar: había estado un tiempo sin hacerlo, como me pasa ahora a mí, que hace rato no hago goles, pero tengo la confianza del técnico y de mis compañeros y estoy tranquilo porque ya llegará. Primero teníamos que cortar la mala racha del comienzo y ahora tenemos que seguir con esta seguidilla”.

En otra confesión de este Atlético que de a poco se está encontrando, todavía lejos del ideario de Ricardo Zielinski pero ya mucho más parecido a la versión confiable de 2018, Alejandro Sánchez emitió una infrecuente autocrítica pública. “Tuve un partido de los que uno se quiere olvidar rápido”, respondió el arquero cuando en zona de prensa le apuntaron que había estado algo impreciso.

Dicho eso, Sánchez -que dudó en una situación clarísima de Julián Carranza pero de ninguna manera tuvo un mal partido- pasó a los puntos positivos. “Nos paramos bien en el comienzo y nos empataron por un accidente -dijo el arquero, que lleva seis partidos seguidos siendo titular en la Superliga-. Por ahí no jugamos muy bien, como quisiéramos, pero sabíamos que hasta último momento lo podíamos ganar. La defensa estuvo impecable, por supuesto que hay que arreglar detalles, porque a veces uno se complica más de lo que debe pero son cosas que pasan dentro de la cancha”.

La mejor noticia

Pero tal vez la mejor noticia a futuro que Atlético se haya llevado de la cancha de Banfield, más allá de los tres puntos, es que Zielinski tiene motivos para creer que al fin encontró el mediocampo, la zona medular de cualquier equipo, en especial los dos volantes centrales. Después de muchos intentos -Federico Bravo, Gonzalo Castellani y Leonardo Heredia perdieron terreno en las últimas fechas-, Cristian Erbes y Ariel Rojas compartieron por segunda vez el círculo central y la experiencia sigue siendo positiva.

Es cierto que ambos quedaron condicionados con una amonestación desde los 37 minutos del primer tiempo pero Atlético se pareció un equipo ensamblado con la experiencia de los ex Boca y River. “Hago una infracción de esas cada 10 años -se sinceró Rojas respecto de la infracción que le valió la tarjeta amarilla-. Sí, quise cortar la jugada porque estábamos mal parados, aunque no quise golpearlo”.

Al buen partido de Rojas se le sumó, especialmente, la mejor versión de Erbes. “Me siento cómodo -dijo el ex Boca-, la verdad es que necesitaba esta seguidilla de partidos”.

“Esto es un proceso con muchos jugadores nuevos y arrancamos mal -siguió Erbes-. No podemos perder tantos partidos como al comienzo, pero de a poco vamos agarrando confianza. Nos falta mucho, es cierto, y tampoco podemos regalar un segundo tiempo como sucedió cuando Banfield se nos vino encima. El primer tiempo sí había sido muy bueno”.

Post fin de semana de descanso por las elecciones, al “Decano” le seguirán tres partidos contra equipos de la misma zona geográfica, separados por el río Paraná: contra Patronato, en el Monumental, y dos seguidos de visitante en Santa Fe: ante Colón (el sábado 2 de noviembre, a las 13.15) y Unión (el viernes 8, a las 21.10).

Así como las capitales santafesinas y entrerrianas se unen por un túnel subfluvial, este Atlético ya parece haber aprendido a nadar solo en las siempre difíciles aguas de la Superliga.

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