Áspera negociación para la reforma de la Carta Magna

La oposición rechaza una propuesta oficialista.

15 Noviembre 2019

Los partidos políticos de Chile seguían ayer inmersos en una áspera discusión sobre el mecanismo que se utilizará para reformar la Constitución vigente desde la dictadura pinochetista. Las negociaciones comenzaron el miércoles en la sede del Congreso, en Valparaíso, y continuaron ayer en Santiago, sin que se anunciaran avances suficientes para llegar al consenso.

El eje de la discusión es cual será el mecanismo para modificar la Carta Magna, uno de los reclamos centrales de los manifestantes que protestan desde el 18 de octubre.

El diario El Mercurio informó que la coalición oficialista Chile Vamos propuso a la oposición que se forme una Convención Constituyente integrada por 40% de parlamentarios en funciones, otro 40% de asambleístas elegidos por voto popular y 20% de técnicos designados por ese 80% del plenario.

Algunos partidos de la oposición rechazaron en primera instancia la oferta: prefieren que la totalidad de la composición del cuerpo surja de elecciones, pero las negociaciones no se dieron por cerradas.

Cuando se arribe a un consenso, se redactará un documento con la propuesta definitiva, que será sometida a un plebiscito.

Guido Girardi, del opositor Partido Por la Democracia, expresó que “en estas condiciones no hay posibilidad” de acuerdo y sostuvo que se debe “volver al mecanismo de que los ciudadanos decidan”.

En la misma línea se manifestó el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, quien admitió un “retroceso claro “en lo que se había podido conversar el miércoles.

“Tenemos voluntad de diálogo, pero la propuesta que ha hecho hoy el oficialismo es profundamente antidemocrática”, sentenció.

Fuad Chahin, titular de la Democracia Cristiana, admitió el retroceso, pero dijo que no es momento de “tirar del mantel” sino de dialogar y llegar a acuerdos. En cambio, el Partido Comunista y sectores del izquierdista Frente Amplio se retiraron de la discusión.

Las normas chilenas prevén tres caminos para cambiar la Constitución. El primero es un Congreso Constituyente, que convertiría al Parlamento en Asamblea habilitada para modificar artículos. Los manifestantes la rechazan por el desprestigio del Poder Legislativo.

Otra vía puede ser la formación de una Convención Constituyente integrada por legisladores y asambleístas designados en elecciones, una fórmula discutida por los sectores de la oposición que impulsan la reforma y resisten la idea de la imposición de parlamentarios sin pasar por el tamiz de las urnas.

Queda entonces la alternativa de declarar la necesidad de la reforma constitucional y convocar a elecciones para instalar una Asamblea Constituyente, capacitada para sesionar de manera soberana y con total independencia del Congreso. Esta última opción es la que menos seduce al oficialismo, debido a que una elección en este momento, en el que las encuestas destacan la impopularidad de Piñera, puede dejar al oficialismo en minoría en el trámite de reforma. (Télam)

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