La experiencia argentina

16 Noviembre 2019

Leandro Querido - Politólogo especializado en Observación Electoral

La transparencia de una elección es clave para generar resultados confiables que se traduzcan en estabilidad política y social. Mientras Argentina lleva a cabo una transición en relativa calma, tras un proceso polarizado, Bolivia está sumida en una profunda crisis política. Ante este contraste, conviene revisar lo ocurrido en ambos países.

Tras el Análisis de Integridad Electoral que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó sobre las elecciones generales del 20 de octubre de 2019, se llegó a la conclusión que el organismo no podía validar los resultados, y por lo tanto se recomienda otro proceso electoral. Lo que ocurre en Bolivia parte de unas elecciones que carecen de integridad, transparencia y legitimidad.

Del informe de la OEA se desprende que, en primer lugar, se usaron servidores no previstos como parte de la infraestructura para procesar resultados. Además, si no hubiese habido un sistema informático para digitalizar el escrutinio, y este hubiese sido manual, no habría manera de contrastar resultados. Es decir, los resultados oficiales habrían sido manipulados. Como en Bolivia no existe la posibilidad de recontar los votos porque se procesan las actas electorales, no habría manera de validar estos resultados.

Sobre los otros componentes auditados -autenticidad y confiabilidad de actas de escrutinio; y la cadena de custodia del material electoral- es donde puede el Tribunal Electoral de Bolivia tomar nota de la experiencia argentina. Transparencia Electoral recomendó a las autoridades argentinas tras las elecciones legislativas de 2017 que se implemente una solución para maximizar la precisión de los telegramas transcritos y reducir el sesgo en la carga de estos telegramas.

En vísperas de unas nuevas elecciones, las nuevas autoridades del órgano electoral boliviano tienen la oportunidad de comparar experiencias e incorporar mecanismos que garanticen la transparencia, para producir resultados legítimos. En las elecciones de América Latina no hay más lugar para abusos, fraudes y opacidad. Los ciudadanos reclaman que se respete su voto y la tecnología bien aplicada es su aliada para lograrlo. (Télam)

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