Fiesta Provincial del Teatro: premiaron a una autoficción y a un clown

“Estamos grabando” y “Ai ai ai”fueron seleccionados. Menciones a teatristas.

25 Noviembre 2019

La 35° Fiesta Provincial del Teatro Tucumán 2019 ya tiene a sus ganadores: las obras “Estamos grabando” y “Ai ai ai” fueron seleccionadas para representar a la provincia en el encuentro nacional, y para el sistema de giras que, anualmente, recorren algunas regiones.

Y como sucede casi siempre, la fiesta terminó con otra fiesta en la que los ritmos cumbieros de La Banda del Río Salí se mezclaron con las performances de Furiosa Drag Rock y la música de la dj Beibi en la madrugada del domingo en la Sociedad Francesa.

El jurado estuvo integrado por Alicia Zangaro, de CABA; Claudia Peña, de Salta, y Marcelo Padelin, de Chaco.

Como suplentes fueron escogidas las obras “La moribunda” y “El petiso orejudo”. Y hubo menciones especiales para Daniela Villalba, actriz de “Nuestra Señora de las Nubes” y Franco Ruhe, actor de “El petiso orejudo”.

En total fueron 16 las obras seleccionadas para participar de esta fiesta luego de una preselección de que formaron parte más de 32 obras de toda la provincia.

Aunque no existe una cifra exacta, se sabe que desde hace más de una década, con el motor del teatro independiente, se estrenan alrededor de 50 puestas en escena. Esto, a pesar de las disputas por los fondos del Instituto Nacional del Teatro y de los de la ley de la provincia.

Basta leer las sinopsis para advertir que el tiempo está en la mira: la relación del pasado y el presente y la duración de un encuentro, de un amor, que será efímero.

La memoria

En la sinopsis de “Estamos grabando” se indica que reconstruye escénicamente una memoria personal que se hilvana con una memoria compartida. Tres actrices que son la misma persona recuerdan y recrean desde el afecto, escenas de niñez, de descubrimiento, de amor y de pertenencia colectiva. Construyen la posibilidad de dialogar con la voz de su padre, una voz grabada casi 40 años atrás que vuelve para instalar también una pregunta sobre el tiempo, la historia, sus repeticiones y sus diferencias.

Entre audios, proyecciones y acciones María José Medina, Andrea Zamora Díaz y Guadalupe Valenzuela mantienen una puesta que oscila entre el teatro documental y la autoficción. “La obra concibe a la memoria y al olvido como una escena, como un espacio representacional que tiene su teatralidad propia. La memoria no es la reproducción de datos o de información, sino la duplicación de un afecto”, reseña Valenzuela, también directora y autora.

La voz del padre de Valenzuela es del músico “Pichuco” Valenzuela Aráoz, un protagonista de la bohemia tucumana en los años 70 junto a su hermano y a otros personajes, como Juan Falú.

La otra obra seleccionada es “Ai ai ai”, cuya autora y actriz es Ayelén Ormaechea dirigida por Julieta Daga.

“Ai ai ai” constituye un texto básico que trabaja con los espectadores. “Ai ai ai” constituye un texto básico que trabaja con los espectadores.

La propuesta está realizada desde el clown. En la historia,  Pandora entrena el momento del encuentro. Construye el universo posible del amor efímero, del instante trágico del amor. Amor de palabras y conjuros milenarios. Ese momento que dura una vida para el alma y tan poco para el tiempo. Un año nuevo. Una certeza, un deseo, un posible. Pandora monta poco a poco una ilusión de papel, fugaz y eterna como la risa.

Prejuicio

“La verdad es que no pensaba ganar; claro que lo quería, pero había obras muy buenas, y si bien se hace clown hace mucho, se está popularizando desde hace poco. Y encima unipersonal”, le respondió Ayelén Ormaechea a una pregunta de LA GACETA.

“Hay mucho prejuicio con la técnica del clown, y lo que hago es bastante trabajo físico, a partir de un texto muy simple y básico. Privilegio el vínculo con el espectador, para mi es una sorpresa lo que ese público me da, partir del poder que tiene el espectador. Trabajo con el que mira, es un juego muy vivo, una obra de constante comunicación”, describió la actriz.

La obra comenzó a gestarse en mayo del año pasado, en un taller en España que se llamaba “Tragedias humanas”, dirigido por Eric de Bont, según contó Ormaechea.

En esta edición, el evento estuvo dedicado a la memoria de Kike Rearte, un militante del teatro popular, creador del Tinku en Tafí Viejo.

El año pasado las elegidas fueron “La Micro Superpoblación de Antón”, del grupo Calavera Teatro (escrita y dirigida por Martín Giner), y “Danza Macabra”, un clásico de August Strindberg, dirigido por Jorge Lassaletta.

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