30 Noviembre 2019
EQUIPAMIENTO. Por la madrugada, desconocidos ingresaron a la institución educativa y se llevaron máquinas de los distintos talleres.
“Hacemos un llamado desesperado a la comunidad de La Florida y zonas vecinas. Hoy, nos dimos con la triste noticia: nos volvieron a robar. Es el segundo en el año”. Desde la comunidad de la escuela parroquial de Formación Profesional Juan XXIII surgió este mensaje, alertando un nuevo ataque a las instalaciones durante la madrugada de ayer. Según informaron fuentes del establecimiento educativo, desconocidos se llevaron herramientas utilizados en los talleres de capacitaciones, con una valuación de unos $ 250.000, entre otros elementos.
“Lo más triste es que no nos roban a nosotros, sino al pueblo. A las personas que concurren al establecimiento le sustraen la esperanza, los sueños y la posibilidad de querer aprender un oficio para dignifcarse y revalorizarse”, indicó también el texto que circuló a través de las redes sociales durante todo el día. Se calcula que se llevaron herramientas de carpintería por $ 150.000, y por $ 100.000 en peluquería. Se evaluaban además los daños en los otros talleres.
Se trata de una escuela de oficios para jóvenes y adultos. Ahí, se desarrollan talleres de gastronomía; peluquería; diseño; confección textil; arte plásticas y reciclado; herrería; electricidad; carpintería; y computación. Más de 200 personas concurren a la entidad, tanto de la Florida como localidades vecinas. En el establecimiento remarcaron que los alumnos “provienen de sectores sociales vulnerables, que aspiran a una capacitación en oficios, con el fin de acceder al primer empleo o emprender un proyecto laboral personal o colectivo”.
Las autoridades de la escuela señalaron que el equipamiento robado incluía maquinas y herramientas enviadas por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).
El pedido
“Es la segunda vez que nos roban. En abril de este año, sustrajeron una gran cantidad de herramientas de peluquería. Perjudican a la gente que quiere superarse en la vida. Lo que tenemos, lo habíamos conseguido a pulmón. Es una escuela con mucho compromiso: tenemos 60 años en la comunidad. Muchas generaciones han pasado por aquí. Es la única escuela de la zona”, enfatizó la directora, Rita Páez.
La representante educativa solicitó la ayuda y la solidaridad de la gente, con el fin de recuperar los elementos sustraídos. “Somos parte de la esperanza del pueblo. Que nos ayuden a recuperar las cosas fundamentales para las clases. Ya no se puede enseñar en los talleres de carpintería, que tenía más herramientas; dejaron sin nada a los peluqueros, cuando hacía un mes habíamos comprado máquinas de cortar el cabello. Hasta las golosinas del quiosco se llevaron”, agregó.
El padre Juan Viroche era el representante legal de esta escuela hasta el día que falleció.
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