Déficit de conducción. Colapso estructural. Falta de capacidad. Cambios en el uso del suelo. Esos son algunos de los conceptos que se oyen en boca del ingeniero en hidráulica Hugo Roger Paz, quien en 2007 elaboró para la Dirección Provincial del Agua (DPA) los proyectos de reconstrucción del canal Yerba Buena y de construcción del canal La Rinconada. Más de una década ha transcurrido. Las obras no se han hecho. “Y los problemas que se pretendían mitigar no solo no se han solucionado si no que han empeorado”, advierte el docente de la Universidad Nacional de Tucumán y magister en ingeniería hidraúlica. A fines del año pasado, ambas carpetas fueron calificadas como prioritarias por esa repartición. No obstante, no cuentan con financiamiento.
- ¿Por qué hizo esas propuestas?
- El canal Yerba Buena afronta dos inconvenientes graves: la falta de capacidad para conducir los caudales que recibe y el estado de colapso en el que se encuentra, con roturas de sus revestimientos en varios tramos. Se deben introducir modificaciones, a fin de aumentar su capacidad y corregir el deterioro.
El experto plantea, además, la situación del canal Sur, que presenta un déficit de conducción en casi toda su longitud. Esto se debe -básicamente- a un cambio en el uso del suelo piedemontano, que primero sustituyó los bosques nativos por cultivos y después esas fincas por viviendas. Sus cuencas de aporte son el río Muerto, las quebradas que bajan de las sierras de San Javier y los arroyos y ríos Tafí, Caínzo, Las Piedras y Nueva Esperanza.
Como no se puede ampliar el canal Sur porque se encuentra restringido por la infraestructura que lo circunda, queda una sola alternativa: disminuir los caudales que llegan hasta ahí, explica Paz. Y en este punto, la historia regresa al canal Yerba Buena. ¿Qué pasaría si las aguas que bajan del río Muerto a través de este conducto y que luego son descargadas en el canal Sur fuesen enviadas a otra parte? Indudablemente, el escenario sería diferente, observa el experto. Por ello, propuso para la DPA la construcción de un canal de 6,5 kilómetros de longitud, que se llamará La Rinconada y descargará en el arroyo El Manantial.
Así las cosas, el canal Yerba Buena quedará únicamente para conducir las aguas urbanas. Todas las aguas del cerro San Javier serán desviadas hacia la localidad vecina. La traza del canal La Rinconada se iniciará unos 800 metros más abajo del country Los Azahares. Desde allí, irá en una dirección similar a la de la avenida Solano Vera. La obra ha sido cotizada en unos $ 4.190 millones, a valores de septiembre pasado y sin considerar algunas expropiaciones que podrían llegar a ser necesarias. Trece años atrás, empero, la traza estaba libre. Las expropiaciones no eran necesarias. “La DPA debería, al menos, haber enviado un proyecto de ley a la Legislatura para que se haga una restricción de dominio”, lamenta el ingeniero.
- ¿Cuán urgentes son esas obras?
- Si quisiéramos asignarles una prioridad, podríamos decir que es la más alta. El canal La Rinconada, por ejemplo, no sólo significará una mejora en el comportamiento hidráulico del canal Yerba Buena, sino que mitigará los inconvenientes que se presentan en la intersección con el canal Sur. Esos problemas se han potenciado con la construcción del canal Solano Vera - San Luis, que ahora descarga ahí. Asimismo, posibilitará que todos los emprendimientos inmobiliarios que se están construyendo al pie del cerro tenga un cuerpo con capacidad en donde arrojar los caudales de lluvia.
- Hoy, el tramo del canal Yerba Buena que pasa frente al colegio Pucará se observa con socavamientos. En una conversación telefónica, usted expresó “con el tiempo, se soltarán los revestimientos y pasará lo mismo que ha pasado en el canal Caínzo- Las Piedras”. ¿Puede profundizar, por favor?
- Existe un tramo del canal Yerba Buena que aún conserva el revestimiento de hormigón. Ese sector llega hasta el frente del Pucará. Cuando se corta el revestimiento, se produce un salto de agua que erosiona el pie del canal y produce más descalces. Este proceso erosivo se conoce como erosión retrocedente. Y hará que todo el revestimiento que existe aguas arriba de la caída termine colapsando. Y se produzca una situación similar a la que se observa en el canal Caínzo.
En las últimas dos semanas, en este diario se han publicado artículos sobre la situación de ese canal, que corre paralelo al camino que conduce a los barrios privados Alto Verde. Vecinos y especialistas coinciden en que el riesgo es inminente debido a que los taludes se encuentran socavados. En la edición de ayer se reflejaron, además, los reclamos de los vecinos del canal Yerba Buena. El proyecto de reconstrucción fue dividido por la DPA en etapas y hasta ahora se ejecutó únicamente un tramo, frente al country Las Yungas. Pero los alrededores del colegio Pucará, de los countries Los Azahares, Las Jarillas y VeraTerra y de la calle Las Garzas también podrían entrañar riesgos para los pobladores.













