El Papa hizo un dramático rezo, ante una plaza vacía

Durante una bendición “Urbi et Orbi” extraordinaria, Francisco aseguró que “nadie se salva solo” en esta crisis, y que “estamos todos en la misma barca”.

ESCENA INÉDITA. El Papa rindió homenaje a quienes cuidan a otros, en medio de la plaza San Pedro, usualmente repleta de fieles y peregrinos.  REUTERS ESCENA INÉDITA. El Papa rindió homenaje a quienes cuidan a otros, en medio de la plaza San Pedro, usualmente repleta de fieles y peregrinos. REUTERS
28 Marzo 2020

CIUDAD DEL VATICANO- El Papa Francisco impartió una bendición “Urbi et Orbi” extraordinaria para hacer frente a la pandemia del coronavirus, desde una plataforma situada en medio de una Plaza de San Pedro vacía. Durante el servicio, recordó que, como los discípulos de Jesús durante una tormenta, todo el mundo está en el mismo bote para luchar contra este mal, e instó al mundo a ver la crisis como una prueba de solidaridad y un recordatorio de valores básicos.

“Una espesa oscuridad se ha acumulado sobre nuestras plazas, nuestras calles y nuestras ciudades”, dijo, desde los escalones de la Basílica de San Pedro.

Luego de caminar bajo la lluvia hasta un dosel blanco, habló ante una plaza vacía, donde normalmente se reúnen decenas de miles de personas. Desde allí, subrayó que, al igual que a los apóstoles, a la humanidad le ha sorprendido una “tormenta inesperada y furiosa”.

“La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades”, sentenció Jorge Bergoglio, de 83 años.

“Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos”, enfatizó.

También reivindicó a “tantos compañeros de viaje que son ejemplares” y que -ante el miedo- reaccionaron dando la propia vida: “Son personas comunes, que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, pero están escribiendo acontecimientos decisivos de la historia”.

Se refirió así a médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y “tantos, pero otros que comprendieron que nadie se salva solo”.

“Cuánta gente cada día muestra paciencia e infunde esperanza, cuidando de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a los niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis, readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración”, añadió.

El Vaticano calificó al servicio como “una oración extraordinaria en tiempos de pandemia”, eco sombrío de un anuncio, minutos antes, de que el número de muertos por coronavirus en Italia subió a más de 9.000.

Las medidas de aislamiento continuarán el próximo mes, cuando -por primera vez en la historia- el Viacrucis se realizará en la Plaza de San Pedro (en vez de en el Coliseo) y otras celebraciones litúrgicas se desarrollarán sin fieles y en lugares cerrados, para evitar el contagio.

La Oficina de prensa de la Sede Vaticana informó del blindaje absoluto y especificó que los oficios de Semana Santa se celebrarán en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, y no bajo el baldaquino. Las ceremonias se adaptarán a las nuevas circunstancias en las que no habrá presencia de peregrinos. Se canceló la procesión del Domingo de Ramos. En cambio, Francisco celebrará una misa dentro de la basílica. Además, se aplazó la misa crismal del Jueves Santo con todos los sacerdotes de Roma hasta que se retiren las medidas de confinamiento para controlar la pandemia.

La Vigilia Pascual del Sábado Santo a las 21 horas y la misa del Domingo de Pascua a las 11 se transmitirán a través del portal de noticias de Vatican News.

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