09 Mayo 2020
BUENA. El garbanzo puede verse favorecido en el mediano plazo.
La campaña de los cultivos de granos gruesos para nuestra provincia fue seca. Las lluvias escasearon a partir de mediados de febrero y hasta mediados de marzo. Y si bien las precipitaciones que se registraron luego permitieron que los cultivos se recuperen, no resultaron suficientes para cargar el perfil del suelo para los cultivos invernales. Así lo explicó el coordinador del programa Legumbres Secas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Oscar Nicéforo Vizgarra.
“Esta situación de falta de humedad -sobre todo en los primeros centímetros de los perfiles de suelo- hace que la siembra de garbanzo no tenga, hasta el momento, buenas perspectivas, en cuanto a condiciones edáficas”, dijo.
Agregó que si esto se le suma el bajo precio de la legumbre -de U$S 350 a U$S 400 la tonelada- el panorama no se muestra muy alentador para definir su siembra. “Sólo algunas zonas del noreste tucumano -como Garmendia- y zonas de influencia de las localidades santiagueñas limítrofes a nuestra provincia -como Antillas y Rapelli- presentan mejores condiciones de humedad en el suelo”, precisó. Y añadió que en algunos casos de estas zonas ya se inició la siembra: “pero el este provincial presenta una situación más complicada”. Seguidamente, estimó que la superficie sembrada con garbanzo en Tucumán será de un 25% a un 30% inferior a la de la campaña pasada.
De todos modos, no todo resulta negativo. “Aunque la pandemia de covid-19 no es algo bueno, sí plantea un escenario favorable para las legumbres. Principalmente para el garbanzo y para la lenteja. Se espera que el precio de estas aumente en los próximos meses -entre octubre y noviembre-, porque se viene dando una demanda con tendencia alcista”, señaló.
Para la continuación de las siembras del garbanzo, Vizgarra consideró importantes las lluvias que puedan darse durante este mes, y recordó que las siembras para fines de mes y comienzos de junio ya se consideran tardías para Tucumán. “Debido a ello las eventuales precipitaciones de los próximos días resultan clave, para que la situación de falta de humedad en superficie mejore”, indicó.
El especialista consideró importante que para la siembra se use semilla de buena calidad. Para ello, recordó que mediante los correspondientes análisis no sólo se puede apreciar la calidad del poder germinativo, sino que también se descarta la presencia de enfermedades.
En cuanto a las variedades recomendadas para la siembra, mencionó Norteño -de muy buena adaptación a la zona y de buen calibre- y Kiara -una variedad más reciente, de mayor calibre que Norteño-: “ambas tienen un ciclo aproximado de 155 días a cosecha”.
Buen barbecho
A raíz del panorama trazado, aconsejó al productor que vaya a sembrar garbanzo que tenga en cuenta algunas recomendaciones de manejo del cultivo, para que pueda llegar a cosecha de la mejor manera posible. “Es importante realizar un buen barbecho en los lotes y desecado de malezas que asegure el bienestar del cultivo”, dijo. Luego, se refirió a las semillas. “Deben utilizar aquellas identificadas, que aseguren la variedad que realmente se quiere sembrar. Se debe contar con semilla de calidad, cuyo poder germinativo sea superior al 85%, lo que permitirá un buen stand de plantas”, dijo.
También sugirió el uso de cura semillas fungicidas, para protegerlas al momento de la siembra y durante los primeros días posteriores a la emergencia. “Con respecto a la inoculación, se demostró las ventaja que tienen los semillas inoculadas, respecto de las no inoculadas en el desarrollo general del cultivo”, finalizó Vizgarra.
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