Ganar tiempo

El médico tucumano Alfredo Miroli compartió con LA GACETA este trabajo de la Revista del Colegio Médico de Tucumán. En estas líneas recorre el conocimiento científico del tiempo.

10 Mayo 2020

Por Alfredo Miroli - Médico Inmunólogo - Maestro de la Medicina - Facultad de Medicina de la UNT

Vivimos un tiempo importante de la Historia. Lo recordarán nuestros nietos. Hablarán en su adolescencia y en su adultez de aquel año en el que no pudieron ir al colegio o a la escuela, en que no podían salir a jugar con sus amigos ni visitarlos, ni recibirlos en sus hogares, en el que no podían reunirse los domingos con la familia, en el que no podían visitar al Nono, a la Abu. En el que los humanos estábamos con nuestros tapabocas y narices, como canes con bozales.

El tiempo lo entendimos y lo entendemos como una magnitud de la física usada para medir la separación entre, o la duración de, acontecimientos sometidos a un cambio que pueda ser percibido por un aparato de medida o por una persona que observa esos cambios. Un fluir constante de microsucesos que, al ordenarlos en grupos de secuencias nos permiten hablar de Pasado, Presente y Futuro. La cronología nos permite datar los momentos en los que ocurren determinados lapsos breves o momentos, y/o lapsos de mayor duración o procesos; y en una línea de tiempo graficamos los momentos como puntos y los procesos con segmentos. Las formas al principio, y luego los instrumentos para medirlo son muy antiguos. Al principio se medían movimientos de los astros, especialmente el movimiento aparente del Sol. De manera progresiva se fueron creando instrumentos como los relojes de sol, las clepsidras o relojes de agua, los relojes de arena y los cronómetros, y se fue perfeccionando hasta el reloj atómico.

Pero, a inicios del siglo XX, en 1916, Einstein abrió la posibilidad de explorar el tiempo como una cuarta dimensión, y a partir de entonces, la curvatura del espacio-tiempo se posicionó como uno de los máximos tópicos de interés en la física. Ese año incorpora a su teoría el efecto de la gravedad y del movimiento acelerado en los marcos de referencia, para postular así la Teoría General de la Relatividad. Según esta teoría el espacio es deformado por la acción de la gravedad, teoría confirmada en 2016 lo que valió el Premio Nobel de Física 2017 a RAINER WEISS, a KIP THORNE y a BARRY BARISH por haber sido los primeros en detectar en forma directa las ONDAS GRAVITACIONALES. Se hizo a través de LIGO (Observatorio de ondas Gravitacionales por Interferometría Láser). Estas ondas son producidas por los fenómenos más violentos del cosmos: explosión de estrellas, colisiones entre estrellas de neutrones increíblemente densas, o fusión de agujeros negros, y estas ondas generan ARRUGAS en el espacio-tiempo.

Sthepen Hawkings consideró al tiempo como formado por tres flechas: la flecha termodinámica, la flecha cosmológica y la flecha psicológica. La flecha termodinámica está basada en la segunda ley de la termodinámica, que indica que en cualquier sistema cerrado, el desorden (la entropía) aumenta con el tiempo. La flecha cosmológica, es la utilizada por Einstein para explicar el tiempo como causado por un universo en expansión, pero el universo se cree en algún momento empezará a colapsarse, el “big crunch”. La flecha psicológica es la que nos ayuda a nosotros a percibir el tiempo. Los sucesos como hechos temporales son grabados en el cerebro fundamentalmente en corteza prefrontal y supraorbitaria izquierdas, a través de un aumento de arborizaciones axónicas (acción de TKB endonucleares). Una película aburrida, aunque perdure lo mismo en el giro de las manecillas del reloj, la percibimos como más larga en el tiempo.

Este tiempo que nos toca vivir, si lo percibimos con nuestras áreas emotivas cerebrales liberando gran cantidad de neurotrasmisores y/u hormonas de stress, de malestar, en amígdala, en dinencéfalo, en el torrente sanguíneo (Dinorfinas por neuronas grandes del Hipocampo, CRF por neuronas Hipotalámicas, ACTH por Hipófisis, Cortisol por corteza suprarenal, etc), genera en nosotros una flecha psicológica del tiempo mucho más larga y agobiante que el que marcan las manecillas de los relojes. El aislamiento social preventivo se nos vuelve intolerablemente largo, aunque no dure tanto. El bombardeo periodístico agobiante, el tsunami de WhatsApps, el alud de videos en You-tube, distorsionan severamente, en éste: “nuestro tiempo en los tiempos de la pandemia por el virus SARS-CoV-2”, la flecha psicológica .

Y se habla de Ganar Tiempo, ir aplanando la curva para “el caos que se nos viene”, ganar tiempo para poder tener más camas para enfermos graves, para conseguir más respiradores para enfermos ya con SARS, para poder capacitar profesionales para que actúen como Intensivistas, aunque no lo sean; para poder conseguir reactivos de laboratorio para pruebas de RT-PCR, o generadas por técnicas CRISPR, o a través del Kit Control Swab de ABBOTT; para fabricar máscaras, barbijos, etc…, todo correcto, pero la señal de alarma gatilla en nosotros, una fatigante, eterna, flecha psicológica.

Por ello personalmente prefiero referirme a Ganar tiempo desde otro ángulo; No ganar tiempo para estar preparado para “el caos”, por “lo que se viene”, sino GANAR TIEMPO para la CIENCIA de ESTE tiempo que nos toca vivir, que damos en llamar, año 2020 dC.

Tenemos datos claros del conocimiento de la enfermedad Viruela, en alguna de sus cuatro variedades, desde los principios de la escritura, desde hace diez mil años. A mediados de 1760, Lady Montagu volvía a Inglaterra desde Turquía con sus hijas inoculadas con el pus de las pústulas de las vacas, pero recién en 1798 Jenner lo hacía y lo publicaba científicamente dando inicio a lo que a partir de allí, aunque no vengan de vacas, llamamos VACUNAS. Debimos llegar a 1940 para que se aislara el virus viruela, y debieron pasar 22 años más para saber que era de ADN doble cadena, y esperar hasta 1990 para secuenciar sus genes. Milenios.-

En 1346-1347 la Peste bubónica o Negra mató la mitad de la población europea de esos años. Debieron pasar 550 años hasta que en 1894 Yersin aislara al Bacilo productor. Centurias.

En 1981, Gottlieb en San Francisco nos anunciaba una nueva Inmunodeficiencia, luego llamada Sida. Sólo dos años después, en 1983, Montaigner y col aislaban el Virus luego llamado HIV. En 1984 se lograban reactivos de laboratorio para el estudio de población y de donantes de sangre y órganos. En 1985 iniciaba el ensayo del primer medicamento contra este retrovirus, la 2-3 DiDesoxi-3-Azido Timidina (AZT), y en 1990 ya conocíamos su genoma completo, y también las variantes genotípicas mundiales, los Virus HIV-1 (genotipos A,B,C,D,E,F,G,H y O), y la otra especie el HIV-2.- Década.

Fueron, en cada tiempo, los tiempos de la ciencia de esos tiempos.

A principios de Diciembre de 2019, en Wuhan, China, se comunican casos de un nuevo Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), en menos de 40 días, el 8 de enero de 2020, se conocía no sólo su agente sino que además se publicaba la secuencia completa de su genoma. En febrero se conoce completamente la secuencia aminoacídica y se obtiene la cristalografía de su enzima principal, la M-Pro o 3CL, y las tres otras proteasas accesorias. En marzo ya se conocían los genomas completos de tres genotipos bien definidos y absolutamente secuenciados, los SARS-CoV-2 (A, B y C).

A fines de marzo, en menos de 100 días, 72 medicamentos diferentes en ensayo para quienes ya lo tienen:

Varios que resultaron eficaces contra otros virus (Ebola Marburgo, Ebola Zaire, Ebola Sudán, Virus Influenza, HIV), y se ensaya eficacia de Lopinavir, Ritonavir, Favipiravir, Remdesivir, Oseltamivir, etc.

Otros antiparasitarios como la Ivermectina.-

Otros específicos para la proteasa principal de este virus, la M-pro o 3CL, el p13.-

Otros no contra las enzimas del virus o la polimerasa celular que lo copia, sino contra los procesos inflamatorios desmadrados que se gatillan en pulmón, lo que la prensa bautiza como Tormenta citoquínica, y que en ciencia llamamos SIRS: Hidroxicloroquina,TocilizuMab, SariluMab, Anakinra

Otros con el mismo objetivo pero buscando inhibir las Kinasas asociadas al gen Janus, las JAK-1 y JAK-2, como el Ruxolitinib.

Otros inmunizando inespecíficamente con BCG, o pasivamente: transferencia de Plasma de sobrevivientes con IgG neutralizantes contra el dominio N-terminal de la GpSpike del virus.

Y también, para quienes no lo tienen, Vacunas preventivas. Ocho proyectos diferentes a fines de marzo, y tres Ya en ensayo en humanos. La más prometedora desarrollada por un ayudante que hace 5 años no teníamos, llamado IA (Inteligencia artificial) la vacuna m-RNA 1273. Faltará hacer las pruebas necesarias para primero determinar que no dañen, luego, que al generar respuesta ésta no sea exagerada y termine generando una potenciación (enhancement)como ocurrió en la vacuna contra virus dengue(que si bien son virus RNA positivos como éste, Dengue, Zika y Fiebre amarilla son Flavivirus trasmitidos por artrópodos), y finalmente cuánto de protección brindan

Todo esto, no en centurias, no en décadas, no en lustros, Toda esta maravilla en tres meses y medio.

ÉSTE ES NUESTRO TIEMPO, y éste es el tiempo que debemos ganar, el tiempo no para “el caos que se viene”, sino para “las soluciones que muy pronto llegarán”.

Y este pensamiento y convicción, nos ayuda a que la flecha psicológica de Hawkins, sea en nuestro cerebro más corta que el movimiento de las manecillas de un reloj.

Sabemos que debemos cuidarnos, aislarnos, lavarnos las manos, estar a más de dos metros, barbijos, cubrebocas y narices, pantallas, a menor distancia, cubrir los ojos, lo que todos en el Mundo ya saben, casi hasta el hartazgo.

Porque si lo hacemos cada día, GANAMOS ese día, UN DÍA MÁS PARA LA CIENCIA MARAVILLOSA, EXPONENCIAL, DE ESTE 2020.

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