San Martín hizo una jugada arriesgada

La vuelta del fútbol es una buena noticia, pero por el momento no hay que celebrar demasiado. Mientras Europa muestra un escenario optimista y varias ligas -entre ellas Alemania e Inglaterra- ya tienen fecha de regreso, en nuestro país la pelota seguirá guardada hasta nuevo aviso. Por estos días el debate tiene otros condimentos. ¿Hizo bien la AFA en anunciar la cancelación de la temporada antes de tener un panorama más claro sobre cómo seguirá la situación sanitaria en medio de la pandemia? ¿Estuvo correcto decidir que no haya descensos? ¿Fue oportuno dejar en suspenso la definición de los ascensos en la Primera Nacional? Lejos de calmar las aguas, la toma de esas decisiones lo único que hicieron es alimentar la polémica. Nadie sabe qué va a pasar y ahora se especula que podrían dejarse sin efecto algunas de esas decisiones.

La posición de Claudio Tapia causó malestar y obligó a reaccionar a dirigentes, jugadores y simpatizantes del San Martín. Desde diferentes sectores apoyaron el reclamo de los tucumanos, que piden que si se termina anticipadamente la temporada deben confirmar el ascenso del equipo, y de Atlanta, a Primera. Pero como la AFA es un mundo aparte, los clubes de la Primera Nacional decidieron respaldar públicamente al presidente de la entidad. Esa medida no fue compartida por los tucumanos, que se negaron a firmar el documento y decidieron cuestionar la forma de conducción del hombre fuerte del fútbol argentino. La grieta ya no se puede ocultar. El “Santo” se quedó solo en su cruzada: la jugada es arriesgada. Nadie puede garantizar que el final sea el que esperan en La Ciudadela.

Por ahora no se sabe cómo reaccionarán Tapia y los dirigentes afines a su conducción luego del duro comunicado que hizo público San Martín. Allí dejó en claro que el camino elegido no es precisamente el de la diplomacia. Salvo que algunas de las partes busque la manera de acercar posiciones para encontrar una salida salomónica, resulta complejo pensar cuándo y cómo terminará esta confrontación que ya fue declarada.

El presidente Alberto Fernández, reconocido hincha de Argentinos Juniors, se sumó a la lista de los ansiosos por la vuelta del fútbol. “¿Cuál es el problema de que haya 22 tipos jugando? Se me ocurre que podríamos volver poco a poco garantizando que se vea por televisión. Sin público”, señaló en una nota realizada el fin de semana. Claro que ahí radica la diferencia con los dirigentes. Varios presidentes, especialmente de los clubes grandes, se resisten a jugar sin hinchas porque el costo que deben afrontar para abrir los estadios es altísimo y muchas veces los ingresos televisivos no compensan el gasto. Tanto Boca como River cubren gran parte de sus presupuestos con los ingresos de sus socios, que pagan las cuotas sociales para asistir a los partidos. El titular del Ejecutivo también adelantó que pronto el país contará con los tests rápidos hechos en Argentina. De esa forma los clubes podrían testear la salud de sus equipos y garantizar que ninguno tenga coronavirus, un aspecto fundamental que en Europa tuvieron en cuenta para reanudar las competencias. Protocolo. Esa es la palabra clave para hacerle frente a la pandemia. El fútbol, como el resto de las actividades deportivas de alta competencia, tendrá que cumplir con una serie de requisitos que garanticen el cuidado de los protagonistas. Superado ese escollo, el camino para la vuelta del fútbol en el país comenzará a despejarse. Tal vez entonces las polémicas comiencen a desaparecer.

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