La quema de vegetación, una epidemia anual

Cuatro satélites de la NASA y la NOAA registran los focos de fuego en cañaverales, rastrojos o pastizales y los refleja en un mapa.

“POSTAL” TÍPICA DE LA RUTA. Las quemas al costado del camino son habituales en las carreteras tucumanas. la gaceta / foto de osvaldo ripoll “POSTAL” TÍPICA DE LA RUTA. Las quemas al costado del camino son habituales en las carreteras tucumanas. la gaceta / foto de osvaldo ripoll LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
20 Julio 2020

La quema de cañaverales y de otros tipos de vegetación en Tucumán es una epidemia que se repite año tras año, según expresaron los doctores Juan Antonio González, del Instituto de Ecología de la Fundación Miguel Lillo, y Rubén Piacentini, investigador superior del Instituto de Física de Rosario y actual director de la Comisión de Ambiente y Salud de la recientemente creada Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe.

“Más allá del control que se ejerce, esta práctica sigue año tras año, lo que crea una fuente temporal de contaminantes atmosféricos que afectan no sólo los ecosistemas, sino también exponen a la ciudadanía a una carga de partículas con efectos directos sobre la salud”, indicaron.

VISIBILIDAD AFECTADA. Una imagen de esta semana, enviada por un lector, de la ruta 301 en el sur. VISIBILIDAD AFECTADA. Una imagen de esta semana, enviada por un lector, de la ruta 301 en el sur.

Informaron que hay cuatro satélites de la NASA y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) dentro del programa de vigilancia de focos de fuego (Firms, por su sigas en inglés) que registran la quema de caña en pie, rastrojos u otro tipo de vegetación, pero que sólo con comprobables con visitas al terreno.

En ese sentido, González y Piacentini indicaron que el 13 y 14 de julio estos satélites registraron varios puntos donde hubo quemas. A partir de estos datos, señalaron que es posible estimar la concentración tanto del material particulado que se genera como el dióxido de nitrógeno en aire. Esto permite hacer un seguimiento e incluso pronósticos que pueden usarse como alertas.

Aire insalubre

“Como consecuencia de la quema, aumentó la concentración en la atmósfera sobre Tucumán de dióxido de nitrógeno y partículas denominadas PM 2,5”, resaltaron los especialistas. Y desarrollaron: “estas partículas poseen un diámetro menor o igual de 2,5 micrones (una millonésima de metro) y pueden ser absorbidas por las personas al respirar, sin ningún tipo de obstáculo. La quema de cañaverales es un hecho puntual, que suele durar poco tiempo y como tal puede ser enmarcado dentro de las normas de calidad de aire para períodos cortos de tiempo”, señalaron.

González y Piacetini precisaron que los datos satelitales dieron cuenta de que la concentración de PM 2,5 pasó de 20 microgramos por metro cúbico de aire a valores entre 20 y 50 microgramos por metro cúbico en la región. “En particular, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como límite máximo para estas partículas microscópicas un valor de 25 microgramos por metro cúbico durante un día. Mientras que el dióxido de nitrógeno el día 13 de julio llegó a valores de 5 microgramos por metros cúbico de aire y al día siguiente por acumulación pasó de 5 a 25 microgramos”, resaltaron. En ese sentido, explicaron que todas estas sustancias en el aire aumentan los riesgos de aparición de síntomas respiratorios como bronquitis aguda, tos y flema, especialmente en niños y tercera edad.

 REGISTRO. Los focos de fuego son registrados por los satélites y reflejados en un mapa con puntos rojos.  REGISTRO. Los focos de fuego son registrados por los satélites y reflejados en un mapa con puntos rojos.

También los satélites miden lo que se denomina índice de densidad óptica de aerosoles. Este es una medida de la entrada de radiación solar sobre un determinado lugar. Un índice mayor de 1,5 indica eventos de gran contaminación atmosférica. Precisamente, el 13 y el 14 de julio estuvimos entre 1 y 1,5. Lo significativo -subrayaron- es que este índice viene incrementándose, por arriba de 1,5, desde 2005 hasta el presente y justamente ese incremento se registra desde junio-julio hasta septiembre-octubre de cada año.

También afecta a plantas

En 2016, la OMS enfatizaba que la contaminación del aire es el mayor riesgo para la salud, ya que afecta tanto la calidad de vida de las personas como a la economía. “En base a datos satelitales y mediciones de campo, junto con otros colegas, estudiamos los datos de contaminantes sobre Tucumán, y en 2014 encontramos que la carga de contaminantes estaba afectando la fotosíntesis en las plantas. Esto tiene un efecto sobre la productividad, tanto en plantas nativas como en las cultivadas”, dijeron.

González y Piacentini destacaron que estos datos indican la necesidad de políticas públicas para atender este tema en forma continua. Asimismo, la tecnología existente a nivel satelital permite realizar seguimientos de focos de incendios y simulaciones de la contaminación resultante, que sin duda pueden ayudar a evaluar la evolución geográfica y en el tiempo, ante este fenómeno que se repite año a año en Tucumán. “Sin duda se trata de un tema regional, donde por la circulación de los vientos Tucumán y otras provincias se ven afectadas por lo que se estima que debe ser un tema para tratar tanto en el Parlamento del NOA como a nivel nacional”, concluyeron.

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