Por Julio Marengo
25 Julio 2020
LAPRIDA. En las veredas de enfrente de la plaza principal habrá más espacio para peatones y mesas de bares. prensa municipalidad de San Miguel de Tucumán PRENSA MUNICIPALIDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
Mientras avanzan las reformas de la plaza Independencia, la Municipalidad anunció el comienzo de una de las obras complementarias que prometen cambiar para siempre el principal paseo de la ciudad.
A partir del lunes, las máquinas comenzarán a ensanchar las veredas de la calle Laprida, entre 24 de Septiembre y San Martín, frente a la plaza principal. Cuando finalice la obra, la vereda pasará a tener el doble de espacio para el peatón: de los tres metros actuales pasará a tener siete. A continuación, se hará lo mismo con las veredas de las calles San Martín, 24 de Septiembre y 25 de Mayo, siempre a la altura de la plaza.
“Con esto vamos a lograr unificar todo el Paseo de la Independencia y a poner en valor la plaza mayor de la ciudad, que actualmente se utiliza como una plaza de barrio. El impacto que va a tener este cambio va a ser realmente muy grande”, vaticinó en una charla con LA GACETA Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana de la Municipalidad capitalina.
Además de describir las mejoras en la plaza, el funcionario adelantó durante una entrevista con LG PLAY que es voluntad de la gestión del intendente, Germán Alfaro, profundizar los cambios destinados a favorecer el recorrido peatonal de la zona céntrica y del casco histórico. En ese sentido, hay planes de consolidar la semipeatonal de la 25 de Mayo hasta calle San Martín, y luego 9 de Julio hasta San Lorenzo, unificando las veredas con lo que actualmente son las áreas peatonales que sólo están demarcadas en la acera. De esta forma, quedarían uniformadas con las semipeatonales de Mendoza al 800 y de Buenos Aires primera cuadra.
Un debate
Desde que se inició el plan de semipeatonalización del microcentro, la recepción de la ciudadanía ha sido dispar y con tensiones. Es que, claramente, estos cambios le restan espacio y desfavorecen el uso de vehículos particulares. Esa, justamente, es la intención. “Priorizar a las personas, no los vehículos. Y la pandemia, y la pospandemia, nos corroboran que ese es el camino adecuado”, destacó Lobo Chaklián.
IMPACTO. La 25 de Mayo cambió por completo con la peatonalización. la gaceta / foto de josé nuno
La tendencia de reducir espacio a los vehículos es mundial. “Pero es importante, cuando se hacen esas modificaciones, estar atentos y advertir que esos cambios repercuten en otras zonas y hay que tomar las medidas necesarias”, apuntó el urbanista Raúl Torres Zuccardi, consultado por este diario. “En lo demás, unificar las veredas, como se hizo en Mendoza al 800, es un cambio muy favorable en lo estético (ordena, da aspecto de amplitud y limpieza) y también funcional: en el microcentro, en calles como la Junín o la Maipú, vemos todo muy caótico, veredas angostas y desparejas en las que no puede transitar alguien con un coche de bebé o con una silla de ruedas, por ejemplo”, agregó.
En ese sentido, la arquitecta, docente e investigadora Patricia Herrero Jaime aseveró que peatonalizar es también incluir. “Un área con veredas anchas y parejas es inclusiva en varios aspectos, personales y funcionales, contempla la diversidad de actividades y usos de la ciudad”, ponderó. Integrante del Observatorio de Fenómenos Urbanos, Herrero Jaime señaló que la tendencia es favorecer los medios alternativos de transporte y los de baja velocidad, como monopatines eléctricos y bicicletas.
Sin embargo, también remarcó una necesidad que surge cuando se quita espacio a la movilidad vehicular: “es necesario compensar con buen transporte público, algo que en estos tiempos de pandemia está discutido, pero que en momentos de ‘normalidad’ es indispensable”, finalizó.
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