“Es tremendo que como por arte de magia haya quedado desintegrada la campaña del equipo en la Primera Nacional. San Martín terminó siendo el más perjudicado. Esta situación nos aflige a todos. Ahora lo único que nos queda es tener paciencia y esperar que el fallo del TAS nos beneficie”. Uno de los jugadores que continúan ligados al club es Juan Martín Imbert. El volante oriundo de Yerba Buena, el último refuerzo que había conseguido el “Santo” en la parte final de la temporada que se interrumpió a mediado de marzo por la cuarentena, analiza la situación, llena de enredos y de versiones. “Fueron tantas que un día nos levantábamos con la noticia de que íbamos a ser ascendidos, pero nos acostábamos con una desmentida. Los últimos meses fueron desgastantes para todos”, indicó.
El plantel quedó diezmado cuando el 30 de junio caducaron los contratos de 18 jugadores que estaban jugando a préstamo. “Salvo excepciones, se fue la mayoría de los titulares que llevaron al equipo a ser considerado el mejor del certamen. La verdad es que hay clubes que pueden estar en la definición de los ascensos con refuerzos que potenciarán sus pretensiones: nosotros no sabemos qué plantilla tendremos”, se lamentó. Y agregó: “habíamos formado un grupo excelente. Sé que hubo varios muchachos que hablaron para prorrogar el vínculo, pero también trato de comprender a los dirigentes que no pueden planificar nada hasta que sepan qué torneo vamos a jugar. A los que terminaron arreglando en otros clubes los entiendo, San Martín no les puede asegurar nada por el momento”.
El mediocampista, que se inició en las inferiores de Boca y que en la temporada 2014/15 militó en Atlético, muestra una clara inquietud: que se supere rápidamente la situación creada por la covid-19, que no permite que el fútbol vuelva. “Me llevo por lo que dicen los que saben. Los ‘profes’ consideran que vamos a necesitar por lo menos ocho semanas para estar en condiciones aptas para volver a jugar. Será problemático que se puedan cumplir eso, porque considero que no habrá tiempo y, más aún, teniendo en cuenta que todavía no se definió cómo se van a definir los dos ascensos”.
El parate llegó en un buen momento para el volante: “con los minutos que fui sumando con el correr de los partidos pude ponerme en condiciones para serle útil al equipo desde el lugar que los técnicos lo requerían. Me ayudó saber que tenía aseguradas por lo menos dos temporadas más en el club”. Mirando al futuro, Imbert contó que, en su caso, trabaja con un profesor particular. “Pero nunca es lo mismo que hacerlo con el grupo -apunta-. Sobre todo nos falta la pelota. Hablo constantemente con los muchachos y ellos me cuentan que están igual de ansiosos, y físicamente en condiciones de volver a entrenarse cuando las autoridades sanitarias lo autoricen”.
El caso Pons
Desde Tigre aclararon que hubo un llamado para conocer la situación de Luciano Pons, pero que no hay negociación. Quilmes es otro que sondeó al delantero, cuya intención en principio es jugar en Primera o en el exterior.