Urge evitar que haya más incendios

Los incendios parecen no tener freno en Tucumán. Distintos cuarteles de bomberos han tenido en las últimas jornadas entre dos y tres intervenciones diarias para apagar las quemas que se generan en pastizales, cerros y campos de la provincia. En un año tan complicado como lo es el actual, porque debemos cuidar nuestra salud respiratoria más que nunca, urge que la población tome mayor conciencia y también que las autoridades investiguen y sancionen a quienes desarrollan estas prácticas perjudiciales para el bienestar general.

Hace una semana, la Dirección de Defensa Civil provincial detalló que habían recibido más de 1.000 denuncias por quema de cañaverales, pastizales y basurales en distintas jurisdicciones de Tucumán. En la zona de Burruyacú debieron recurrir a un avión hidrante para controlar el avance del fuego en las Sierras del Campo. El fin de semana también los bomberos tuvieron que apagar siniestros en Monteros, Cruz Alta, Concepción, Alberdi, Tafí Viejo, Lules y Banda del Río Salí.

“Cualquier persona sensata no hace (una quema de cañaverales o pastizales) en estas condiciones”, indicó el titular de Defensa Civil, en alusión a los efectos que puede tener esta contaminación ante la crisis sanitaria que atravesamos por la pandemia de coronavirus. Según los especialistas, la exposición al humo de los incendios puede irritar los pulmones y aumentaría la susceptibilidad a las infecciones respiratorias, incluido –seguramente- la covid-19.

La quema de caña es una conducta irresponsable que se repite todos los años, pese a la existencia de una ley que prohíbe esta práctica como método auxiliar de la cosecha. Las autoridades aseguran que sí hacen controles. Sin embargo, la intensa actividad de los bomberos indica que no se hace lo suficiente para evitar el fuego en los cañaverales.

Un estudio realizado en 2011 por la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Bioquímica de la UNT dio cuenta de las graves consecuencias que tiene para salud la quema de caña: se liberan gases, compuestos orgánicos persistentes, ceniza y humo. El daño se va acumulando año a año en nuestros pulmones. Y así como se ven más enfermedades respiratorias, se pueden esperar cánceres en el futuro, resaltaron los profesionales que desarrollaron este trabajo.

Además de afectar la salud de las personas, los incendios alteran los ecosistemas y ponen en riesgo la vida de quienes habitan cerca de donde se produce el fuego. El humo representa, asimismo, un grave peligro en las rutas por la falta de visibilidad y porque puede afectar los tendidos eléctricos.

En estos días, cualquier quema, por más pequeña que sea, puede convertirse en un incendio inmanejable por las condiciones climáticas que se están viendo: la combinación de sequía, altas temperaturas y fuertes vientos. Por ello, urge recalcar a los vecinos que no deben prender fogatas en espacios inadecuados ni pueden quemar hojas o pastizales. Generar conciencia implica también enseñar que no se deben arrojar fósforos ni cigarrillos encendidos en medio de un cerro y tampoco dejar basura, botellas o vidrios,que pueden iniciar el fuego creando el efecto lupa con los rayos del sol.

Si este contexto climático propicio para alentar incendios se mantiene durante los próximos meses, tal como lo advierten los meteorólogos, y si continúan aumentando los casos de covid- 19 en la provincia habrá que ser más estrictos con los controles y las sanciones, y hacer más campañas de concientización.

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