“Mi hijo ingresó al Hospital de Niños por una apendicitis y hoy tiene las neuronas destruidas”

La familia de Fabricio Cabrera desmintió que hayan agredido a personal de la salud y exigió respuestas sobre la situación del niño.

RECLAMOS. Desde hace 40 días, la familia de Fabricio Cabrera acampa frente al Hospital de Niños con carteles y fotos para exigir una explicación. la gaceta / fotos de antonio ferroni RECLAMOS. Desde hace 40 días, la familia de Fabricio Cabrera acampa frente al Hospital de Niños con carteles y fotos para exigir una explicación. la gaceta / fotos de antonio ferroni LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI
10 Agosto 2020

“En el hospital hay cámaras para que vean si es que nosotros en algún momento nos fuimos a las manos o amenazamos a algún médico. Que la Justicia pida las cámaras, que ahí se verá todo. Todas las manifestaciones que hicimos fueron con la Policía cortando la calle y no se rompió nada”, resaltó Ezequiel Ibáñez, tío de Fabricio Cabrera, el menor que fue operado en el Hospital de Niños y que se encuentra en estado delicado. Algunos médicos de ese centro asistencial denunciaron que sufrieron agravios y amenazas por parte de los parientes del niño. Ibáñez aseguró incluso: “subimos a las redes sociales que queremos que nos den una respuesta sobre lo que pasó aquí, pero no es cierto que hayamos amenazado a alguien”.

Natalia Ibáñez, la madre del paciente también desmintió esa versión de los hechos, y relató que el 29 de junio Cabrera se sometió a estudios por una apendicitis. “Al día siguiente, a las 11 me dijeron que iría al quirófano y que lo operaría el doctor y la cirujana ‘tal’; a las 14 salió mi hijo. Cuando entramos a verlo, nos dijeron que la operación había sido un éxito. Lo vi a mi hijo pálido, a su hermano ya lo habían operado por lo mismo y esto no me pareció normal. Pedí que me hicieran ver que le habían sacado. No me mostraron nada y jamás salió un médico a decirme quién había operado a mi niño”, detalló la mujer, que utilizaba un barbijo personalizado con la foto y la frase: “Justicia por Fabricio”.

“En el trayecto hasta su habitación, veo que abre los ojos y se cae, como si hubiese sufrido un paro. Pregunté qué pasaba y me contestaron ‘es la anestesia, ya va a pasarle’. Lo acostaron en al cama y no reaccionaba, le tocamos el abdomen y notamos que no respiraba, una enfermera le hizo primeros auxilios y ahí mi hijo volvió en sí, pero parece que no terminaba de reaccionar porque se llenó de médicos el lugar y le pusieron una inyección roja en el pecho; no lograban estabilizarlo”, continuó contando.

RÉPLICA. Natalia Ibáñez desmintió que hayan agredido a los médicos.  RÉPLICA. Natalia Ibáñez desmintió que hayan agredido a los médicos.

Ibáñez recordó una frase durante el tenso momento: “‘está cortándose Cabrera’, decían, en medio de las corridas”. Según explicó, el niño entró en coma y aún no despierta. Desde hace 39 días, la familia se instaló con una carpa en la entrada del nosocomio. “Queremos una explicación”, repitieron.

“El neurólogo le hizo un estudio y me dijo que todas sus neuronas están destrozadas por los varios paros que sufrió. Yo entonces salí gritando, el médico que operó a mi hijo ¿dónde está? ¿Por qué no nos explica qué pasó? Me dijeron que estaba grave, que había que esperar por un milagro. En la resonancia sale que mi hijo tiene las neuronas destruidas y que tiene las córneas afectadas”, indicó la mamá del niño, que lucha por su vida con respiración artificial, según dijeron.

Ibáñez reclamó que nunca se presentó el cirujano a explicarle cómo había sido el procedimiento, y que la directora del hospital les dijo que al cirujano y al anestesista le habían dado licencia por seis meses.

“Desde hace unas semanas me vienen dando los partes médicos por separado. Me decían que mi hijo estaba estable, pero cuando entré a ver a mi hijo tenía suspendida la leche porque ahora dicen que no la tolera, estaba con 40° de fiebre. El jueves quise hablar con la directora, el viernes también. Mi hijo pasó por una toracotomía y todavía no sé cómo salió de esa cirugía”, agregó. A pesar de esa situación, aseguró que: “jamás me fui a las manos con ningún doctor, desmiento lo que dijeron de nosotros. Somos personas humildes y respetuosas, a mí sí me agredieron el jueves, me tiraron de la remera para apartarme. Por eso digo, que muestren las cámaras”.

Por último la madre de Cabrera advirtió otra cuestión. “Hace dos semanas, por escrito, me dieron un parte médico que yo le llevé a mi abogada. Ella me llamó diciéndome que (según el informe) mi hijo tenía problemas neurológicos, que entró con silla de ruedas al hospital y que iba a una escuela especial. Según ellos ahora se le despertó aún más el problema neurológico. Eso no es así, mi hijo es un chico sano que era abanderado de la escuela Juan Pablo de El Manantial Sur”, concluyó; pero su hermano Ezequiel Ibáñez profundizó sobre ese tema: “nos mintieron que el chico era discapacitado y que había entrado en silla de ruedas al hospital. Cuando vinieron la directora y las maestras de la escuela a decir que mi sobrino era un excelente alumno, hasta fue abanderado. A las docentes las corrieron del hospital para que no intervinieran. Desde hace más de un mes que no viene alguien a decirnos qué se hizo en el procedimiento. Esto ya está en manos de abogados, hicimos la denuncia”.

Respuesta oficial: el hospital brindará un parte de prensa

Tras la denuncia de mala praxis de la familia de un paciente internado y el reclamo de médicos que habrían sido agredidos, la directora del Hospital de Niños, Cristina Alabarse, aclaró este fin de semana que no había podido responder a las consultas de este diario por una circunstancia personal. Sin embargo, aseguró que en el transcurso de la semana se brindará un parte de prensa sobre la situación.

“No vi que rompieran algo”: los vecinos no vieron disturbios últimamente

Los vecinos que fueron consultados ayer por LA GACETA señalaron que no vieron actos de violencia frente al Hospital de Niños. “Vi a esa gente cuando cortaron la calle, pero no noté que rompieran algo ni nada fuera de lugar”, explicó Mercedes Ruiz. “Los ubico porque esas personas, al igual que la gente del hospital, compran aquí. La verdad yo no salgo del local pero no vi disturbios”, dijo Lourdes Roldán.

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