“La basura trae otras enfermedades peligrosas”

Dos investigadores coinciden en que no se espera una epidemia de dengue para este año, pero advierten que la proliferación de basurales ocasiona el surgimiento de focos infecciosos para otras patologías. Sostienen que el Gobierno y los ciudadanos deben reforzar el saneamiento.

RIESGOS SANITARIOS. La basura potencia a los mosquitos y a otros insectos que transmiten virus y bacterias. Lo mismo sucede con las moscas. RIESGOS SANITARIOS. La basura potencia a los mosquitos y a otros insectos que transmiten virus y bacterias. Lo mismo sucede con las moscas.

En medio de una pandemia cuyas desastrosas derivaciones están haciendo tambalear el sistema de salud, pensar que las camas que están siendo reservadas para personas que contraigan coronavirus por otro tipo de patologías virales no es descabellado. Y, según los expertos, una de las razones por lo cual ello puede llegar a suceder es la proliferación de basurales. Lo que se vio en las últimas semanas en los canales del área metropolitana de la provincia es una muestra de ello.

“Hay que limpiar desde ya, no podemos seguir teniendo esos focos infecciosos. Hay que enfocarse en el mosquito, y a través de la eliminación del mosquito podemos controlar la transmisión de enfermedades”. Quien dicta esta sentencia es Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT, y especialista en aedes aegypti, el mosquito que transmite el dengue. La profesional, dentro de todo, lleva un poco de tranquilidad. “No esperamos una epidemia de dengue para este año. Debe pasar un tiempo entre una y otra. Pero eso no significa que no tengamos que prevenir. Los ciclos entre epidemias se van acortando. Pero la basura trae como consecuencia otras enfermedades también muy peligrosas”, alertó.

“El mosquito no se cría en los canales, riachuelos o ríos. Pero todos esos lugares están ligados a las viviendas de las personas que viven en la zona. El patio trasero es el canal que tiene residuos, acumulan agua, y ahí crían mosquitos. El aedes aegypti aprovecha la basura, y cada vez hay más personas que viven rodeadas de basura”, explica.

Rodríguez indicó que “el aedes no tiene preferencias, pero siempre las personas de bajos recursos viven en condiciones más precarias. No tienen acceso a agua potable, o a recolección de basura. Y como la provincia está llena de residuos, la combinación es peligrosísima. Son más vulnerables a enfermarse, y el dengue se transmite entre familia y luego entre vecinos, por lo que alcanza a toda la población”. La especialista explica que hay 57 tipos de mosquitos, de los cuales, hoy el más común es el culex, el del famoso zumbido cuando uno está acostado o por dormirse. “No transmite dengue -aclara-, pero sí otro tipo de patógenos. La basura potencia a mosquitos y a otros insectos que transmiten virus y bacterias. Lo mismo pasa con las moscas, luego de haber estado en contacto con la podredumbre, se pueden asentar en una lastimadura, ponen huevos y causan infecciones que exponen a toda la población”, advierte. “Uno se queja del sistema sanitario, pero la limpieza empieza por casa, aunque no todos tienen las mismas herramientas y en ese sentido la educación es fundamental. Los niños son grandes difusores de información y es ahí que hay comenzar a concientizar con los problemas ambientales. Hay que reforzar el saneamiento. Desde las casas y desde los gobiernos. Si no actuamos desde ya, mal vamos a poder prevenir otra pandemia”, acota.


El problema de fondo

Con ella coincide el doctor en Ciencias Biológicas Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. En diálogo desde Buenos Aires con LA GACETA, afirmó que “el dengue es el resultado de un desorden socioambiental que afecta a la salud. El Aedes aegypti se dispersa a distancias muy cortas de las viviendas. Habría que preguntarse quién tira esa basura al canal y por qué”. Luego de ver fotografías del estado de los canales en Tucumán, Schweigmann asegura que la práctica de tirar desperdicios en los canales debe cambiar. “Los funcionarios debieran mostrar con fotografías o filmaciones la intensidad con la que limpian. Y qué acciones hacen para que se deje de tirar. Y preguntarse si les sirve de algo acusar a los vecinos por arrojar basura. Si hay basura es porque hasta ahora no lograron resolver el problema de fondo”, indicó.

“Eso es un problema multidimensional. ¿El gobierno tiene realmente un plan para solucionar todo esto? Todos miran para otro lado. ¿Entienden que eso es un problema grave? ¿Entienden que una epidemia no se resuelve tirando humo?”, se preguntó. Coincidió con Rodríguez en que no cree que se dé ahora una nueva epidemia de dengue. “El virus ya no está entre nosotros. Y la movilidad humana (que es la que mueve al virus) está restringida por la covid-19. A nivel continental y a nivel local”, dijo. Sin embargo, aseguró que la acumulación de basura trae aparejada otros riesgos sanitarios muy serios. “Muchísimos riesgos. Todos los que están asociados a ratas, todos los que están asociados a los perros. Entonces la recomendación es la misma. Que no se arroje basura y que el gobierno además haga su trabajo y limpie en forma permanente. El Estado tiene que educar. Y dar el ejemplo”, concluyó.

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