Schwartzman, a la altura de los grandes

El “Peque” despierta admiración y respeto en el circuito, donde ya logró ubicarse entre los 10 mejores y busca un lugar en el Masters de Londres.

EÑ TEMA NO DEJA DE DIVERTIRLO. Diego Schwartzman junto a John Isner, uno de los tenistas más altos del circuito. El estadounidense mide 40 centímetros más.   EÑ TEMA NO DEJA DE DIVERTIRLO. Diego Schwartzman junto a John Isner, uno de los tenistas más altos del circuito. El estadounidense mide 40 centímetros más.
28 Octubre 2020

Inteligencia, velocidad, talento y esfuerzo. Esas virtudes ayudan a suplir otras carencias, especialmente si de contextura física se habla. Hay deportistas de elite que no necesitan destacarse por su potencia para estar a la altura de los grande referentes del deporte profesional. Ejemplos hay muchos. El más emblemático es Lionel Messi, cuyos problemas de crecimiento lo obligaron a realizar un costoso tratamiento médico del que se hizo cargo Barcelona para asegurar por muchos años al mejor futbolista del planeta en la actualidad. El caso de moda es el de Diego Schwartzman, quien juega, gana y brilla pese el handicap de su altura. Es el tenista más bajo en la elite del deporte de la raqueta con 1,68 metro, aunque la ATP le otorgue dos centímetros más en la página oficial. La media de los profesionales es de 1,89. Juan Martín del Potro mide 1,98.

¿Cómo hizo el “Peque” para llegar tan lejos y formar parte en la actualidad del top ten del circuito profesional de tenis? Rafael Nadal lo explicó claramente. “Con la estatura que tiene, debe hacer todo bien para estar donde está. Tiene una gran lectura del juego y dominio del tiempo”, señaló el español.

Schwartzman se mantiene desde hace bastante tiempo en la elite de un deporte competitivo como es el tenis. En 2014, debutó en el top 100 mundial, coincidiendo con la disputa de Roland Garros. Se quedó a las puertas del ingresar al lote de los 10 mejores en junio del año pasado, pero nunca bajó los brazos y logró su objetivo este año.

“Tengo problemas peores que ser 10 centímetros más bajo que todos los demás”, repite cada vez que le preguntan por su estatura. Schwartzman ya asimiló esa situación y se maneja con normalidad en cada presentación. “Tal vez si fuera 10 o 15 centímetros más alto tendría un mejor servicio o podría golpear con más potencia. Pero no voy a despertar un día con la altura de John Isner o Ivo Karlovic”, sostiene el oriundo de Buenos Aires, que tiene 28 años.

Los padres de Schwartzman le pusieron el nombre de Diego en homenaje a Maradona y cuando era chico su deporte favorito era el fútbol. Un día comenzó a practicar tenis y no lo dejó nunca más. “Me di cuenta de que en este deporte todo depende de mí y no de otras personas. El esfuerzo era grande pero se compensaba con los resultados. Además, era mejor jugando al tenis que al fútbol, así que decidí tomarlo en serio”, recordó sobre sus comienzos.

Augusto Arquez presidente de la asociación tucumana de tenis considera que lo que hizo Schwartzman es excepcional. “No voy a decir que la altura es decisiva para triunfar en el tenis, pero es importante. En este deporte el saque es fundamental porque permite ganar puntos gratis, sin esfuerzo. Eso se puede apreciar al ver jugar a los mejores: Sampras, en su momento, Federer o Djokovic marcaron diferencias a partir de esa acción. Cuando Diego perdió la final contra el alemán Zverev se notaron claramente los casi 30 centímetros de diferencia y el tremendo saque de su rival”, le comento a LG Deportiva.

Arquez recordó a otros jugadores que no se destacaban por la altura pero llegaron a ser número uno. “El ‘Chino’ Ríos no tenía un buen saque, pero se destacaba por otros golpes. Nadal es un toro en la cancha y hace la diferencia a partir de su potencia. Schwartzman tiene que ganar todos sus puntos jugando y eso desgasta físicamente. El esfuerzo comienza a sentirse con los partidos. Por eso lo suyo es grandioso”.

El dirigente recordó que hace 12 años estuvo en Tucumán jugando un torneo de menores. “Recuerdo que había muchos buenos jugadores, pero había algo que marcaba la diferencia. Cada vez que perdía un punto se enojaba mucho. Eso lo destacaba del resto. Se enfocó en un objetivo y no paró hasta lograrlo”, señaló.

Hay deportes individuales donde los competidores se ubican en categorías según el peso, como el boxeo, lo que equipara la balanza. En el tenis, en cambio, el “Peque” convive en tierra de “gigantes” y eso aumenta el valor de sus éxitos. Jugar el Masters de Londres es su objetivo inmediato. Dos de sus principales rivales quedaron fuera de carrera. Denis Shapovalov perdió en la primera rueda del torneo de Viena y Gael Monfils no jugará el resto del año. Solo dos escollos quedan en el camino: el italiano Matteo Berrettini y el español Pablo Carreño Busta. El sueño está cerca de hacer realidad.

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