Por las ciudades se requiere un esfuerzo mancomunado

02 Noviembre 2020

Hace algunas semanas, Tucumán fue testigo de una muestra de cómo, unidos los factores oficiales y privados, se pueden lograr metas. Sucedió con los incendios que se declararon en los cerros, y que fueron combatidos con maquinaria y mano de obra de particulares, y dineros públicos. Ahora bien, ¿cuántas cosas más se hacen uniendo ambas fuerzas? Muchas. ¿Cuántas más de puedan hacer? Innumerables. ¿Por qué no las estamos haciendo? Las respuestas también son innumerables.

En un reciente informe publicado por LA GACETA, quedó flotando el tema del trabajo mancomunado entre lo público y lo privado en el planteo sobre qué necesita Tucumán para convertir a su área metropolitana en una urbe inteligente. Se expresó que, en muchas sitios, la innovación y la planificación ya mejoran la vida de sus habitantes, pero que aquí aún hay mucho por hacer. Por manifestaciones de los lectores, surgen con claridad el descreimiento, la desconfianza y la decepción acerca de lo hecho, lo que se está haciendo y lo que se piensa hacer. Queda reflejada también en las opiniones la falta de muchas políticas públicas y privadas para avanzar hacia ciudades más modernas y justas.

Una mayor articulación entre municipios se impone. Existen iniciativas, pero en su mayoría quedan en eso. Según especialista, los grandes desafíos son la gobernanza y la planificación para incluir a los que están marginados. Y que la capital y su área metropolitana padecen un problema básico: su complejidad administrativa. También se dejó de manifiesto que la urbanización en Tucumán va en dirección opuesta a los proyectos metropolitanos de gestión urbana de tendencia global, que tienden a distribuir bienes y servicios de manera sostenible y con equidad. Y se apunta como una pesada carga el antiguo modelo de ciudad, que dependía del transporte a motor y separaba el espacio residencial del destinado al trabajo, el comercio y el entretenimiento.

Pensar en términos de equidad, cercanía, infraestructura verde y, en síntesis, derecho a la ciudad, debería dejar de ser una utopía. El uso de las bicicletas, las energías renovables para el transporte, la creación de más parques y plazas, la separación de residuos, el uso eficiente de las tecnologías y la descentralización de los bienes y servicios públicos y de la economía privada son recursos que idearon gobiernos creativos y proactivos.

Hay iniciativas de separación de residuos en curso. También hay ciclovías ya habilitadas y otras que se van sumando en el Gran San Miguel de Tucumán. Existe un extendido plan de alumbrado led y monitoreo de semáforos y de espacios públicos con cámaras de seguridad. Pero es urgente y necesario que se trabaje con mucha más fuerza, entendimiento y precisión en un programa público-privado dedicado a la generación de soluciones urbanas sostenibles. En agenda, temas sensibles: monitoreo ambiental, aliento al uso de energía limpia, gestión del agua, vías de comunicación amigables, la reducción de emisión de dióxido de carbono y la gestión responsable de la basura.

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