Cada vez más jóvenes tucumanas deciden ligarse las trompas para no tener hijos

Solo el año pasado, en la Maternidad se realizaron 800 intervenciones de este tipo. La importancia de poder elegir y la importancia de contar con información correcta y clara.

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Una nena juega en la hamaca de una plaza; de repente se acercan dos mellizos más pequeños y se sientan con ella. Después de observar durante un rato cómo se ensucian con un chupetín, la nena busca con la mirada a la mamá de esos chicos y le pregunta si es difícil criar a dos bebés juntos. La mujer responde que sí, pero que también es divertido. “El otro día le dije a mi mamá que no quiero tener hijos nunca”, replica esa niña de ocho años.

Algunos pensarán que es una afirmación demasiado apurada, teniendo en cuenta su edad. Otras, en cambio, se verán a ellas mismas de niñas, cuando ya tenían decidido que aspiraban a un futuro en el que no encajan las mamaderas, los pañales y el llanto constante de un bebé. Todas posturas respetables.

“Lo importante es que cada una decida si quiere o no tener hijos, eso hay que respetarlo mucho”, remarca Miguel Romano, jefe del área de Salud Sexual y Reproductiva del Siprosa. El médico trabaja en la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes, donde todos los días observa distintas realidades y conversa con mujeres que han llegado hasta ahí con una decisión tomada.

“La ligadura de trompas es muy solicitada y la piden chicas jóvenes, a partir de los 18 años”, cuenta. Este año, por la pandemia, no se realizaron tantas intervenciones. Pero en 2019 hicieron 800 ligaduras de trompas contra 300 colocaciones de DIU. “La diferencia es que la ligadura es un método quirúrgico, hay que hacer estudios previos, entrar a un quirófano y es irreversible. El DIU también tiene una alta tasa de efectividad, del 99,9%, siempre que la paciente se lo controle cada seis meses; es muy fácil la colocación, es reversible y tiene una duración de 10 años”, explica.

Que sea irreversible no es un dato menor. Romano aclara que si luego la paciente quiere ser madre debe acudir a un tratamiento de fertilidad para poder gestar. De todas maneras, sostiene que “es muy bajo el porcentaje de mujeres que se arrepienten”. Y apunta que “en la mayoría de los casos, la mujer ya tuvo dos o tres hijos; el porcentaje de mujeres que no han sido madres y se ligan las trompas todavía es menor”.

En el consultorio, el médico debe informar correctamente en qué consiste esta cirugía para despejar falsas creencias, resalta Lucía Ramos Torino, presidenta de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Tucumán. “Hay pacientes que llegan muy decididas, pero otras vienen pensando que la ligadura de trompas es hacerse un moñito, que después se desata, y no es así”.

Ramos Torino reconoce que las consultas por ligadura de trompas aumentaron en la provincia, sobre todo entre pacientes jóvenes. “Por ley, a partir de los 13 años las chicas pueden usar métodos anticonceptivos y hacer una consulta sola con el médico, sin los padres; y después de los 18 años ya pueden decidir hacerse una ligadura de trompas, que se hace en quirófano. Pero esta cirugía es irreversible y volver a operar tiene muy bajos resultados, por lo que se debe acudir a otros tipos de tratamientos para poder embarazarse. El médico le tiene que dar toda la información sobre los pro y los contra, pero es la paciente la que toma la decisión”, afirma.

“No debería ser noticia”

Hace pocos días, Infobae publicó la historia de Ailín Cubelo Naval, una joven de 22 años que decidió ligarse las trompas y que pudo acceder a esa intervención luego de que un ginecólogo se la negara dos veces. “Que una chica de esa edad haya tomado esa decisión ni siquiera debería ser una noticia”, plantea Adriana Álvarez, ginecóloga y miembro de la fundación Mujeres por Mujeres. “Es un derecho adquirido desde 2006, con la Ley 26.130. Y digo que no debería ser noticia porque es no reconocer la autonomía de las personas con capacidad de gestar. Que sea noticia que una chica de 22 años sin hijos se ligó las trompas es la clara mirada de la heteronorma que existe en el país”, insiste.

Al consultorio de Álvarez llegaron varias mujeres decididas a ligarse las trompas, la mayoría mayores de 30 años. Y ninguna de ellas ha manifestado arrepentimiento después de esa intervención. “Creo que todo tiene que ver con si la persona recibió la información necesaria y veraz de lo que es el método ¿Quién es el médico o la médica que puede objetar la decisión de esa chica? Lo que corresponde es una asesoría donde le explicás que es definitivo y que también existen otros métodos reversibles. Lo que pasa es que en esta sociedad la mujer siempre fue vista con la idea de maternar, y lo digo yo que soy madre por elección. Lo ideal sería que la maternidad sea deseada y planificada, pero en el amplio abanico de personas con capacidad de gestar hay mujeres que han decidido no tener hijos”, explica.

Sobre los dos intentos frustrados de Ailín por ligarse las trompas, la profesional considera que “generalmente los que no lo quieren hacer son objetores de conciencia porque en el marco del dogma que ellos manejan no reconocen que una mujer pueda elegir no gestar. Pero siempre digo lo mismo: mi cosmovisión, mis propias creencias, son mías, no las puedo transmitir a mis pacientes. Si negás una ligadura, estás ejerciendo lo que se llama violencia reproductiva, estás incurriendo en un delito”.

¿Cómo acceder a una ligadura de trompas en el Sistema Público? 

Hay que solicitar un turno en la Maternidad (avenida Mate de Luna 1535). Luego de una consulta, se le solicitarán exámenes prequirúrgicos y se le asignará una fecha para la intervención. La práctica requiere de una internación de entre 12 y 24 horas. Otra opción es el hospital Padilla.

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