El médico neurocirujano Leopoldo Luque quedó hoy imputado del delito de "homicidio culposo" en el marco de la causa en la que se investigan las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona.
La Policía bonaerense realizaba esta mañana, por pedido de la Fiscalía General de San Isidro, sendos allanamientos en la casa y el consultorio de Luque, en el marco de la causa en la que se investigan las circunstancias de la muerte de Diego.
Uno de los procedimientos ordenados por el juez de Garantías sanisidrense Orlando Díaz se llevaba a cabo en un domicilio de la calle 30 de Septiembre al 1.800, de la localidad bonaerense de Adrogué, donde se encuentra el último médico del exastro futbolístico fallecido el miércoles pasado.
Luque fue notificado formalmente de sus derechos esta mañana, mientras se allanaba su domicilio en la localidad bonaerense de Adrogué, y su consultorio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por pedido del equipo de fiscales encabezado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad; e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
El 11 de noviembre, el médico había posteado la primera foto de Diego, tras la intervención. Ambos aparecían sonrientes, tomados de la mano.
Como todo hematoma, el subdural no es sino acumulación de sangre; en este caso, entre el tejido que recubre el cerebro y el tejido cerebral propiamente dicho.
De acuerdo a diversos sitios de especialistas, suele provocarse a raíz de golpes en la cabeza, que no necesariamente deben ser importantes -incluso, puede tratarse de un traumatismo leve-. Sin embargo, el hematoma va creciendo con el tiempo, y puede provocar un deterioro en el estado de consciencia de la persona, dificultades en el habla o debilidades manifiestas en una mitad del cuerpo.
Para retirar el hematoma se debe hacer un pequeño agujero en la calota craneal, esa especie de "techo" en forma de cúpula que protege la superficie cerebral superior, que está compuesta por los huesos frontal, occipital y parietales. Una vez hecho este agujero se debe abrir el tejido que recubre el cerebro, evacuar la sangre acumulada y lavar.
Cabe destacar que durante la cirugía no se toca el cerebro del paciente; de hecho, se trata de una intervención quirúrgica susceptible de ser realizada bajo anestesia local y sedación; es decir, no es necesario dormir al paciente.
Luego de realizada la cirugía, se debe dejar un drenaje en la zona, durante dos o tres días, lapso en el cual el paciente debe permanecer en una unidad de cuidados intensivos.