26 Diciembre 2020
Esta sequía que se manifiesta desde el otoño y las precipitaciones que ocurrieron hasta el presente afectaron el normal desarrollo de la caña de azúcar.
En los campos donde ya se fertilizó -sobre todo en aquellos lotes sin cobertura- no se observó aún el efecto visual típico de respuesta a la fertilización, producto de las quemas de rastrojo o cañaverales; mientras que, en los cañaverales con rastrojo, esta respuesta apareció, aunque menos intensa que en años anteriores o en lotes regados.
El período de aplicación de fertilizantes sólidos de los cañaverales en Tucumán ya culminó, tanto para caña plantas como para cañas socas. Actualmente se están desarrollando las aplicaciones de los fertilizantes foliares líquidos.
En este último caso, señaló Luis Alonso, se debe tener la precaución de que el follaje no esté estresado al momento de la aplicación, ya que disminuye la afectividad de los fertilizantes foliares. Debido a esto recomienda efectuar los tratamientos después de una lluvia, y aprovechar las menores temperaturas de la mañana o del atardecer, y con mayor caudal de agua.
Además, considerando esta situación de sequía, aconsejó hacer aplicaciones con bioestimulantes o bioactivadores luego de la ocurrencia de lluvias o de un riego. Estos productos son recomendados como recuperadores de estrés; en especial, hídrico. Estos bioinsumos son de aplicación foliar y de rápida absorción. En su composición presentan aminoácidos, azúcares y otros compuestos orgánicos, que ayudan a una rápida recuperación del cultivo, lo que promueve el desarrollo radicular y la mayor absorción de nutrientes.
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