La lucha de las mujeres por sus derechos se da en todos los ámbitos, y el cine no es la excepción. Dentro de este rubro, el cine de acción parece ser el favorito para desplegar mensajes igualitarios, con películas protagonizadas por personajes femeninos fuertes, que no dudan a la hora de enfrentar el rol central de los hombres.
A lo largo de su historia, el llamado "séptimo arte" ha sido el reflejo del machismo imperante en la sociedad, y así las mujeres habitualmente se vieron relegadas a papeles de apoyo sentimental del hombre, o a roles sumisos, de princesas que debían ser rescatadas o de personas necesitadas de protección.
El cine tenía -y tiene- una deuda con las mujeres, y la tendencia a revertir este déficit de protagonismo femenino viene cobrando fuerza, con resultados diversos.
En las últimas temporadas, la mayoría de los filmes de acción con figuras femeninas han fracasado en la taquilla y fueron objeto de duras críticas especializadas por anteponer un feminismo exacerbado por sobre un buen guión o una buena dirección. Ejemplo de esto son películas como "Cazafantasmas", de 2016, remake del éxito de 1984, esta vez interpretada por cuatro mujeres, o "Los ángeles de Charlie", "Capitana Marvel", "Hombres de Negro Internacional", "Terminator: destino oscuro" o "X-Men: Dark Phoenix", todas estas últimas de 2019, o "Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)", de 2020.
Estas producciones tienen algo en común: presentan mujeres fuertemente empoderadas "per se" y hombres reducidos a papeles de bobos o villanos, que a su vez suelen ser también bobos.
Otra característica que comparten, además de que les hicieron perder millones de dólares a las compañías que las financiaron, es que fueron vilipendiadas por la crítica y el público, que al parecer no está dispuesto a pagar una entrada o una suscripción para recibir lecciones aceleradas de feminismo.
Los responsables de estos filmes fallidos no siempre parecen dispuestos a hacer autocrítica ni a admitir que tal vez su película era simplemente mala. Por caso, la directora de "Los ángeles de Charlie", Elizabeth Banks, quien también escribió el guión, produjo la película y actuó en ella, opinó que el fracaso de la taquilla de la que fue víctima su obra está relacionado a la posición negativa de los hombres frente a cine protagonizado por mujeres. “La gente también tiene que comprar entradas para esta película. Esta película tiene que ganar dinero. Si esta película no gana dinero, refuerza un estereotipo en Hollywood de que los hombres no van a ver a las mujeres a hacer películas de acción", analizó Banks.
Lo que sí se hizo bien
Está claro que no todos los últimos filmes de acción con personajes centrales femeninos fueron malos, y dan prueba de ello "Mad Max: furia en el camino" (2015) y "La Mujer Maravilla" (2017). En el primer caso, destaca la presencia de Furiosa, interpretada por una brillante Charlize Theron, que presenta un desarrollo de menor a mayor y casi obliga al espectador a sentir empatía por su causa. En "La Mujer Maravilla", la protagonista Diana, a cargo de la actriz israelí Gal Gadot, no necesita maltratar hombres a diestra y siniestra para imponerse como personaje; su sola presencia intimida, y lo hace muy bien. Ambas películas fueron muy bien recibidas por críticos y espectadores.
Si bien es cierto que las tramas de mujeres fuertes en la historia del cine no abundaron, hubo películas que demostraron que las cosas se pueden hacer bien. En general, se recuerda y admira, por citar algunos ejemplos, a personajes como Ripley (Sigourney Weaver) de la mítica saga Alien, o Sarah Connor (Linda Hamilton - Terminator), Beatrix Kiddo (Uma Thurman - Kill Bill) y Alice (Milla Jovovich- Resident Evil). En todos estos casos hay historias poderosas, con personajes femeninos principales que terminan sobreponiéndose a sus vulnerabilidades no por el hecho de ser mujeres, sino por su propio esfuerzo y porque detrás hubo equipos serios de guionistas, productores y directores que pretendieron hacer las cosas bien. Otro detalle es que en estas realizaciones no hay mensajes -ni evidentes ni sutiles- de poder femenino sin discusión, como en los filmes actuales que fracasaron.
Un caso curioso se dio con la versión live action de 2020 de la tradicional película Mulán, de Disney, cuya versión animada se estrenó en el ya lejano 1998. La compañía lanzó el año que acaba de concluir la película con personajes de carne y hueso, con muchas variantes con respecto al exitoso filme de dibujos animados. La más notable es que en esta, la protagonista se ve obligada a esforzarse para superar múltiples escollos en un ambiente machista y hostil, mientras que en la versión con actores reales, Mulán tiene ciertos poderes que de entrada la ponen por encima del resto, con pocas debilidades para superar, al menos contra los hombres.
El cine es arte y entretenimiento, pero también es un negocio que se nutre de historias atractivas que cautivan a los espectadores. Tal vez los malos filmes de acción con personajes feministas sean una especie de "punta de lanza" para que futuras realizaciones con mujeres en roles centrales se interpreten con naturalidad, pero es seguro que los grandes estudios no estarán dispuestos a seguir perdiendo cifras millonarias en recaudaciones para promover este tipo de películas.