Fueron solo ocho minutos y un triple ante Sacramento Kings. El 23 de diciembre de 2020, Facundo Campazzo tuvo su debut oficial con Denver Nuggets, cumpliendo así su sueño de jugar en la NBA. Ese día, el cordobés dejo atrás una carrera llena de éxitos en España para competir en el nivel más alto del mundo del básquet.
La figura de la Selección se encuentra en un período de adaptación y aún es muy pronto para arriesgar si su futuro estará lleno de éxitos o si será simplemente una estrella fugaz.
Caminar sobre las huellas que dejaron 12 de sus compatriotas en Estados Unidos no será tarea fácil. Las comparaciones siempre estarán presentes. La sombra más larga es, claramente, la de Emanuel Ginóbili, pero también hay otros antecedentes que prueban que el ritmo de competencia que se vive casi a diario en la NBA no es para cualquiera. Dos buenos ejemplos son Juan Ignacio “Pepe” Sánchez y Rubén “Colo” Wolkowyski, los primeros en llegar.
Sánchez y Wolkowyski debutaron el mismo día, pero en dos lugares y equipos diferentes. En 2000, “Pepe” comenzó en Philadelphia 76sers y el “Colo” en Seattle SuperSonics, franquicia que no existe desde 2014. Fue una primera temporada turbulenta e irregular para los argentinos. Sánchez pasó a Atlanta Hawks a mitad de temporada. Ninguno de los dos cumplía con un promedio de 10 minutos por partido, estando un par de escalones por debajo de algunas figuras. Allen Iverson, MVP de la temporada regular ese año, no dejó lugar a que otro base entrara en el quinteto inicial de Philadelphia. Mientras que en Seattle se encontraba la leyenda de New York Knicks, Patrick Ewing, quien a pesar de haber estado en los últimos años de su carrera, difícilmente iba a perder la pulseada con un recién llegado.
Pasado ese primer año, tuvieron que dar un paso atrás de preparación en sus carreras. Europa, más específicamente Grecia, fue el lugar en donde decidieron tratar de tomar el nivel necesario para volver, ya con experiencia, y mostrar sus capacidades. El esfuerzo y el deseo no fueron rentables comparados con el resultado final. A su regreso a la NBA, Sánchez y Wolkowyski ficharon para Detroit Pistons y Boston Celtics respectivamente, durante la temporada 2002/03. ¿El resultado? Desilusionador, al igual que el de Walter Hermann quien no pudo mantenerse por más de tres años en Charlotte Bobcats -hoy Hornets- en 2006.
Símbolo
En 2002, San Antonio Spurs se hizo con el que muchos consideran el mejor deportista de la historia de nuestro país: Emanuel Ginóbili. En su primera temporada, “Manu” conquistó su primer anillo de campeón. Algo que grandes figuras como James Harden o Carmelo Anthony no han podido lograr todavía. En 2005, la franquicia texana sumaría a otro argentino: Fabricio Oberto, el pívot en el que por cuatros años giraría el histórico trío compuesto por Ginóbili, Tim Duncan y Tony Parker.
Tras la irrupción de “Manu” y el oro olímpico obtenido en Atenas 2004, Argentina comenzó a pisar fuerte en la tierra de los gigantes. En la temporada 2004/05, Carlos Delfino y Andrés Nocioni empezarían a marcar tendencia. Delfino dejó la NBA en 2013, no sin antes haberse destacado en Detroit Pistons, Milwaukee Bucks y Houston Rockets. El “Chapu” se despidió de su sueño americano un año antes, en una última temporada con 11 partidos en Philadelphia 76sers. Ese final no refleja los primeros años que tuvo en Chicago Bulls, en los que disputó más de 80 encuentros por temporada. Prácticamente, todos los partidos.
El ultimo gran representante de nuestra bandera fue Luis Scola, quien anduvo por Houston, Indiana, Phoenix, Toronto y Brooklyn. El capitán de la Selección en el último Mundial transitó la NBA durante 10 años (2007-2017), siendo el protagonista del último acto de la Generación Dorada en el gran certamen del básquet.
Campazzo tiene la posibilidad de lograr quedar en el recuerdo de todos. Con una estatura menor a la del promedio (1,81 metro) y una salida de Real Madrid cuando aún le faltaban años de contrato, Facundo deja en claro que se esforzará seguir los pasos de los grandes baluartes argentinos en la NBA.
La nueva generación
Algunos de los que colocaron a la Selección en la final del último Mundial tuvieron una breve experiencia de en la NBA.
Nicolás Laprovíttola, Nicolás Brussino y Patricio Garino aterrizaron en 2016. El primero compartió vestuario con Ginóbili durante una temporada, pero su participación fue muy escasa, regresando al básquet español solo un año después. El balance de Garino en Orlando Magic fue de solo cinco partidos, sin puntos.
Brussino fue el único de esta nueva generación que estuvo más de una temporada: jugó 54 partidos con Dallas Mavericks, una muy buena marca, pero casi no pisó el parqué en segundo año, con Atlanta Hawks.
Nunca es tarde para empezar
La historia de Pablo Prigioni es distinta a la del resto. Con 35 años, cuando ya los deseos de dar un paso adelante en su carrera iban esfumándose, se presentó en su vida una oportunidad inesperada: la de ser parte de la escuadra de New York Knicks en 2012, por tres temporadas.
Además, pudo ser jugador de Houston Rockets y de Los Angeles Clippers, donde selló su paso de cuatro años en él máximo nivel, volviendo a España en 2016 para retirarse un año más tarde. Actualmente, es entrenador asistente en Minnesota Timberwolves. Su récord de ser el debutante más viejo de los playoffs es una prueba de que nunca es tarde para cumplir metas.