Gerardo Morales: “la Unión Cívica Radical no debe ser el furgón de cola de nada”

El gobernador de Jujuy resaltó la relación institucional que tiene con el Presidente y afirmó que no se siente discriminado por ser de otro signo político. Una dura autocrítica sobre el rol de Juntos por el Cambio en el escenario político que se viene. Sorpresa por la prematura interna provincial

DE VISITA. Gerardo Morales vino a escuchar a la dirigencia radical y a delinear los proyectos que tiene ese partido de cara a las elecciones. la gaceta / foto de osvaldo ripoll DE VISITA. Gerardo Morales vino a escuchar a la dirigencia radical y a delinear los proyectos que tiene ese partido de cara a las elecciones. la gaceta / foto de osvaldo ripoll

Una visita de verano, con prolongadas charlas sobre política. Una paella para él en la casa de un “gallego” (el legislador José Ascárate), para cerrar una jornada de encuentros en Bella Vista y en Yerba Buena. Así transcurrió la visita que este fin de semana hizo a Tucumán el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Distendido, el mandatario norteño hizo más un análisis introspectivo hacia la fuerza que lo llevó al poder más que críticas hacia el Gobierno nacional, como suele marcar la oposición. Dice que no se siente discriminado por la gestión del presidente Alberto Fernández. Confiesa que el trato institucional con la Casa Rosada es ameno, más allá de que varias figuras son camporistas, como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Y, durante la entrevista que concedió a LA GACETA, Morales fue muy duro respecto del rol que debe tener la Unión Cívica Radical (UCR) en Juntos por el Cambio. “No queremos ser el furgón de cola de nada”, remarcó. Indicó que, de su paso por la provincia, observó que hay cierta ingenuidad en algunos dirigentes que le hacen el caldo gordo al gobierno promoviendo divisiones. Fue en alusión al frente que promueven los intendentes Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción). “No hay que jugar con ingenuidad, ni tampoco intentar tomar atajos”, les sugirió. Esta fue la charla con nuestro diario.

-¿Cómo se siente luego de 13 meses de gestión de Alberto Fernández? ¿Bien o discriminado?

-No. Me siento bien; para nada discriminado. Tengo una excelente relación con el Presidente, más allá de las diferencias que obviamente tenemos en diversos temas. Siempre he tenido una atención correcta de parte de él. Hicimos un buen trabajo conjunto en la pandemia. Por allí el que no está en gestión no se da cuenta. Gestionar la pandemia era de un diálogo permanente con el Ministerio de Salud o con la Jefatura de Gabinete o el Ministerio del Interior para resolver problemas. La imagen del presidente con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta sintetizaba lo que pasa en todo el país. Él tiene buena actitud; creo que quiere lo mejor para el país. Más que en la oposición, creo que él tiene problemas adentro.

-La pregunta que surge es: ¿y Cristina Fernández?

-No sé si Cristina. Ella está en el Senado y la conozco mucho; no es una novedad si digo que es una de las dirigentes más importantes del país. Diría que los sectores más reaccionarios (en el oficialismo) tiran para atrás. Le generan más problemas desde la gestión que lo que le podemos ocasionar cualquiera desde la oposición. Mas allá de eso, estamos trabajando bien. Con algunos ministros nos llevamos mejor que otros. El jefe de gabinete (Santiago Cafiero) y Eduardo Wado de Pedro son excelentes como personas, a pesar de que tenemos diferencias. Creo que ejecutan concretamente ese lineamiento que bajó el Presidente, de gobernar para todos.

EN LA CASA DE ASCÁRATE. La dirigencia ofreció una cena para el mandatario provincial, que se prolongó hasta la madrugada de ayer.  EN LA CASA DE ASCÁRATE. La dirigencia ofreció una cena para el mandatario provincial, que se prolongó hasta la madrugada de ayer.

-Cuesta creer que continúe en la grieta en la Argentina…

-Yo creo que sigue la grieta, tironeada por los sectores extremos del Frente de Todos, especialmente del kirchnerismo, pero también por algunos sectores de Juntos por el Cambio. Me parece que la gente no quiere eso, por eso, estoy convencido que Juntos por el Cambio tiene primero que convertirse en una fuerza política, que tenga un sistema de toma de decisiones que articule todos los centros de estudios que tenemos en los partidos (UCR, PRO y Coalición Cívica) y pararnos más hacia el centro. No me siento cómodo que la fuerza política represente a la derecha. Nuestro partido no tiene esa concepción. Venimos hablando con varios dirigentes sobre eso. Casualmente tuvimos una charla en Cariló con Rodríguez Larreta. Tomamos un café.

-¿El futuro es Horacio Rodríguez Larreta o Mauricio Macri?¿O ambos? ¿Qué postura interna le sienta bien?

-Con Mauricio he tenido siempre una buena relación. Es un dirigente de referencia de Juntos por el Cambio, pero me parece que hay que buscar otras formas. Creo que tenemos que lograr una alternativa de gobierno para 2023 en base a una coalición, no de una persona.

-¿Cree que el ciclo político de Macri está terminado?

No. No. No se termina el ciclo político de nadie. Sí me parece que tiene que haber una renovación. Yo quiero un presidente radical. Y vamos a hacer todo para eso sea posible.

-En las elecciones pasadas, el radicalismo ha cedido espacios en la fórmula presidencial...

-Lo que no me gusta es que el radicalismo sea furgón de cola de nada. Tiene que ver mucho con nosotros también. Por eso este año tenemos que organizarnos mejor. La clave es que el radicalismo haga las cosas que tiene que hacer, que es mirar para atrás para no cometer los errores del pasado. Creo que tenemos que convertirnos en una fuerza política que sea previsible, que sea vista por los sectores moderados; el 70% del pueblo lo es, puede votar al Frente de Todos o a Juntos por el cambio, pero vive su vida, no vive la política cotidiana que vivimos nosotros. Creo que el esfuerzo que tenemos que hacer como coalición es consolidarnos como fuerza política organizada. Voy a tratar de que mi partido no sea furgón de cola de nada y que haya un respeto de todos, un equilibrio. Eso no es solo responsabilidad del PRO o de la Coalición Cívica, sino también de la UCR. Me parece que tenemos que tener una fuerza política que no siempre ponga palos en la rueda, que se plante en los temas institucionales que se tiene que plantar, que no haga el juego del Hortelano, ni hace ni dejar hacer. En ese aspecto, me parece que tenemos una gran oportunidad de reconstituir el sistema político, atomizado por la crisis de 2001, no ya a través de partidos tradicionales, sino con frentes que funcionen como fuerzas políticas. Nosotros, Juntos por el Cambio, tenemos que tener un proyecto para ser alternativa y gobernar en 2023. No quiero repetir la misma historia; en un sentido no puede ser un gobierno de CEOs, sino ser un gobierno con más política que no sea ortodoxa, sino heterodoxa, que mire más al país y que resuelva la cuestión del centralismo, porque seguimos siendo un país macrocefálico, en el que la riqueza se concentra en la zona núcleo.

RECORRIDA POR EL MUNICIPIO. Morales fue hasta Bella Vista para cumplir con una promesa formulada al intendente Sebastián Salazar.  RECORRIDA POR EL MUNICIPIO. Morales fue hasta Bella Vista para cumplir con una promesa formulada al intendente Sebastián Salazar.

-Todos los gobernantes han venido repitiendo que la bandera principal es la del federalismo, pero las asimetrías regionales continúan y se acentúan. ¿Por eso la aparición del bloque de gobernadores del Norte Grande?

-Fijate que tuvimos una muy buena agenda de trabajo con el Presidente (en Chilecito). Nos va a apoyar. No puede ser que la industria del NOA y del NEA pague el doble de gas de otra que está radicado en el centro y sur del país. Nosotros pagamos U$S 7 el millón de BTU y en el centro y en el sur del país pagan la mitad. No es posible así. O los subsidios al transporte de $ 115.000 millones en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en 2020 y en el resto de la Argentina se distribuyen $ 17.000 millones. Es un país muy injusto.

-¿Cree que por la fuerte concentración poblacional en Buenos Aires, los gobiernos piensan más con un sentido electoral que con una convicción federalista?

-Por eso hay que llegar al poder con un plan de gobierno, sino te quedás atrapado en las consignas electorales y después hacés lo que podés o lo que te va saliendo. Me parece que tenemos que ser más serio desde ese punto de vista. En las charlas con Horacio surgen muchas diferencias. Se queja de que le sacan plata, pero le dieron una causa, una bandera. Le digo no te quejés tanto porque cuando el Gobierno te pone como adversario, te hacen levantar 10 puntos en las encuestas (sonrisas). Pero hay una realidad: en el AMBA pagan un tercio de la factura de luz que pagamos nosotros. En este presupuesto hay $ 4.100 millones para obras de Edenor y de Edesur y los gobernadores del norte le pedimos el mismo tratamiento para las distribuidoras del interior y, así, no mover las tarifas. Le planteamos al Presidente volver con las reducciones de las contribuciones patronales para bajar los costos laborales. En el Norte Grande tenemos un trabajo desarrollado que señala que, con esa medida, se podría recuperar casi de inmediato unos 250.000 puestos laborales.

-¿Está de acuerdo con la suspensión de las PASO?

-Yo sí porque, en general, para quienes somos gobierno es un problema. Me parece que habría que revisarlo. No hay una posición unificada en Juntos por el Cambio y creo que el gobierno tampoco la tiene. No lo sé. Sería bueno avanzaren ese sentido si hay acuerdo político; sino, no.

-¿Son normales las internas que se vislumbran ya en Tucumán dentro de la UCR o de Juntos por el Cambio?

-Yo tengo la experiencia de lo que me pasó en carne propia: fui cuatro veces candidato a gobernador y, si hay un tipo que recibió varias palizas políticas en el norte, ese he sido yo. Pero a la cuarta vez llegué al Gobierno. Quiero decir que no tenemos que tomar atajos; no hay que hacerle el juego al Gobierno. A mi me sorprendió lo que estaba pasando aquí. Hasta 2019, Ricardo Bussi no apoyó a Juntos por el Cambio; le hizo el juego al Gobierno; tal vez sea legítimo en política, pero no hay que perder de vista que está metiendo la uña el Gobierno provincial. Les digo que no sean ingenuos y no se suban a ese tren. Sería bueno que los dos intendentes (Campero y Sánchez), que tienen que terminar sus mandatos, tengan cuidado y no jueguen con la ingenuidad.

-¿Cómo es su relación con Juan Manzur?

-Es buena. Tengo la relación que deben tener los gobiernos de provincias. Le debo respeto y consideración. Para mí hoy Manzur es la provincia de Tucumán porque es su gobernador, le guste a quien le guste, pero desde mi partido voy a hacer todo lo posible para que ganemos la provincia en 2023. Hablamos bastante sobre la ley de Biocombustibles y defender las producciones regionales, lo mismo que con Gustavo Sáenz (Salta), que también es de otra fuerza política. Entre todos, hacemos un frente común, más allá de las profundas diferencias políticas que tenemos.

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