¿Estamos preparados para un segundo confinamiento?

25 Enero 2021

La situación sanitaria parece estar controlada en Tucumán, donde las últimas semanas se reportó un promedio de 100 contagios diarios. Pero, al tratarse de una pandemia, no se puede dejar de observar lo que sucede en otros lugares del planeta y es esa mirada global la que enciende las alarmas: ¿y si, al igual que sucede en oriente, el coronavirus avanza y debemos someternos a otro confinamiento?

La autorización del uso de emergencia de varias vacunas desarrolladas contra la covid-19 se sintió como una oleada de alivio, tan necesaria tras casi un año de convivencia con el virus que alteró la rutina de toda la humanidad. No hay que dejar de lado, sin embargo, varias cuestiones en lo que respecta a la inmunización. En primer lugar, que existe un orden de prioridades entre la población a la hora de distribuir las dosis y que llegar a inmunizar a todo un país podría demandar meses o años. Y, por otro lado, que pese a que son varios los laboratorios que lograron desarrollar una vacuna la capacidad de producción resulta insuficiente para alcanzar a todas las naciones, en particular a las que cuentan con menos recursos.

Un tercer dato es todavía más preocupante: con el paso del tiempo, el coronavirus ha ido mutando y ya se detectaron varias cepas alrededor del mundo. Si bien desde los laboratorios aseguraron que las vacunas siguen siendo efectivas frente a esas variantes, es imposible conocer si lograrán inmunizar a la población frente a otras cepas aún no identificadas.

Tucumán atraviesa un pequeño respiro frente a la pandemia. Tal vez por las altas temperaturas, que permiten realizar actividades al aire libre y mantener los ambientes ventilados, la velocidad de los contagios está controlada. Pero el optimismo pierde fuerza con solo echar un vistazo a la realidad que viven los países europeos, a quienes el invierno los ha llevado a sufrir una segunda ola de coronavirus aún más letal y muchos de ellos debieron retomar un confinamiento tan estricto como el de marzo pasado.

Llegado el caso ¿los tucumanos estamos listos para otro período de encierro? Si bien la prioridad es cuidar la salud, no hay que perder de vista las consecuencias que acarrearon tantos días de cuarentena estricta. Al margen de los ya conocidos problemas económicos, un estudio demostró que Argentina es el tercer país con mayor aumento de peso entre su población durante la pandemia. Y el problema excede a lo estético. Con un aumento promedio de 7,9 kilos, se presentan riesgos de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, dislipemia o hígado graso.

Además, la disminución en la actividad física durante el encierro causó problemas psicológicos, sobre todo entre la población adulta. Según un estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja, las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad, aislamiento social y angustia psicológica, así como niveles de depresión y ansiedad más altos de lo habitual entre la primera línea del personal médico. Los adultos se volvieron más sedentarios y disminuyeron sus niveles de actividad física con resultados psicológicos perjudiciales. A Tucumán todavía le quedan dos o tres meses más de calor y, si la población no se relaja demasiado, debería mantenerse o reducirse el nivel de contagios. Pero no hay que olvidar que la pandemia no está superada y que podría esperarnos una segunda ola similar a la europea. Pensar estrategias que nos permitan volver a un potencial encierro sin repetir algunos errores es entonces el desafío.

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