Alberto no trajo regalos pero al menos dejó esperanzas

El presidente no anunció la prórroga de la ley de Biocombustibles pero les dijo a los industriales que no tenían que preocuparse.

BUENOS AMIGOS. El presidente Fernández y el gobernador Manzur se repartieron elogios durante el encuentro con los industriales en San Javier. prensa presidencia BUENOS AMIGOS. El presidente Fernández y el gobernador Manzur se repartieron elogios durante el encuentro con los industriales en San Javier. prensa presidencia

En una época se decía que un pacto entre caballeros se sellaba con un apretón de manos. Que no hacía falta firmar documentos y con la palabra empeñada era más que suficiente. En épocas de pandemia, ¿basta con un choque de puñitos para cerrar un convenio? Con eso tuvieron que conformarse ayer los industriales del NOA. Con el choque de puños y con promesas. Pero el tan ansiado anuncio de la prórroga de la ley de Fomento a los Biocombustibles de parte del presidente Alberto Fernández no llegó y sólo quedó flotando una promesa de que el conflicto se resolvería pronto. Demasiado poco para las expectativas que había generado la llegada del mandatario y del sector del gabinete nacional más implicado en la producción del país. Así, lo que se presumía como una visita trascendente, no dejó más que discursos con anhelos en vistas al futuro y críticas a los cuatro años de gestión de Mauricio Macri. De beneficios concretos para Tucumán y el NOA, por ahora, nada.

Fue, sin dudas, Juan Manzur quien mejor se posicionó en una jornada que lejos estuvo de ser un día peronista. La niebla y la lluvia hasta obligó a la comitiva presidencial a cambiar los planes y lo que iba a ser un paseo en helicóptero desde una fábrica de Alderetes hasta la sede del Hotel del Sol San Javier, donde se iba a llevar a cabo el encuentro con los industriales, se transformó en una larga vuelta por El Cadillal y Raco para desembocar finalmente en la sede del encuentro. Ni el paisaje pudieron disfrutar los visitantes: no se veía a 10 metros. Pero Manzur puede presumir de ser uno de los gobernadores favoritos del presidente. En menos de una semana logró que Fernández le dijera “sí, voy”, y además trajo consigo al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al ministro de Producción, Matías Kulfas, al de Economía, Martín Guzmán, al de Interior, Eduardo de Pedro, al de Trabajo, Claudio Moroni, al canciller Felipe Solá, al director del Banco Nación, Eduardo Hecker, y al embajador en Brasil, Daniel Scioli. A la comitiva se sumaron dos pesos pesado de la CGT: Héctor Daer y Antonio Caló. Fue sin dudas una demostración de fuerza.

Y a la hora de hablar, Fernández sostuvo que el país está creciendo a pesar de la pandemia, pero se mostró preocupado por los precios. “Me encanta que produzcan pero me preocupa cómo aumentan los precios. Algo que siempre sucede en este país. Hay que producir más y cuidar al consumidor argentino”, dijo. “Todos celebramos que la Argentina crezca y que los precios internacionales suban. Pero cuándo va a ser el momento que hayamos aprendido que no podemos repetir la misma experiencia. No podemos seguir con la misma lógica de siempre. Yo tengo que cuidar la mesa de los argentinos, tenemos que garantizar que estos precios internacionales no se vuelvan en desmedro de los argentinos. Uno no quiere ejercer la espada del poder. No puede ser que sea la misma discusión que tuve años atrás”, advirtió, sobre todo teniendo en cuenta que hoy tiene una reunión en Buenos Aires con la mesa de enlace del campo. También apuntó contra la gestión de Macri: “la pandemia nos cambió la agenda; no solo a nosotros, sino al mundo entero. Pero el mundo entero no tuvo que encontrar la pandemia después de Macri, y nosotros sí. Esa es la diferencia”, afirmó.

Todos del PJ

Ante un auditorio eminentemente justicialista (estaba el vicegobernador Osvaldo Jaldo, los legisladores Regino Amado y Gerónimo Vargas Aignasse, los cinco diputados tucumanos del PJ, la totalidad del gabinete provincial más algunos representantes de la industria, el titular de la Anses Tucumán, Jesús Salim y el Director Regional del NOA del Ministerio de Trabajo, Marcelo Santillán), Fernández aseguró que “tenemos que de una vez por todas integrar el norte del país, una región históricamente, abandonada, a la Argentina”. Pero pasaban los minutos y el tan ansiado anuncio no llegaba. Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Unión Industrial de Tucumán esperaba expectante, lo mismo que sus otros pares de las provincias del NOA. Pero Fernández sembró más dudas que certezas: “el norte no tiene que preocuparse por el biodiésel y el bioetanol, porque allí ha habido una inversión muy grande y lo que hay que hacer es preservar esa inversión”, aseguró Fernández, quien adelantó una instancia de debate para cumplir con el pedido de los productores. ¿Suficiente? Para nada. La ley vence en mayo y podría haberse ampliado por decreto. Pero eso no sucederá en principio y se prevé una fuerte discusión en Diputados. Por lo bajo, algunos industriales dejaron trascender en charla con LA GACETA que hay fuertes lobbies desde los sectores petroleros para que la ley se modifique y que también hay un jugador muy importante dentro del propio Partido Justicialista que quiere cambios.

La llegada de un presidente a una provincia siempre va a acompañada de expectativas. Y ayer no fue la excepción. Pero en Tucumán, y en el NOA en general, se quedaron con las manos vacías. Fernández no trajo ningún regalo y sólo habló de lo que podría suceder a futuro, sin dar tampoco demasiados detalles. Con ese panorama, y aunque siempre es mejor hablar cara a cara, ¿el discurso de Fernández no podría haberse hecho por zoom?

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