Brasil llora por la cancelación de los carnavales

Las pérdidas económicas son gigantescas, pero al Gobierno de Jair Bolsonaro no le quedó otra opción que suspender las actividades.

SAMBÓDROMO. En Río de Janeiro, la campaña de apoyo a las vacunas reemplazó a las scolas do samba. reuters SAMBÓDROMO. En Río de Janeiro, la campaña de apoyo a las vacunas reemplazó a las scolas do samba. reuters
15 Febrero 2021

RÍO DE JANEIRO.- Febrero es un mes clave para la economía brasileña, ya que millones de visitantes llegan cada año para disfrutar el Carnaval y motorizan el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país. A esta altura del año las comparsas estarían listas para desfilar, los negocios se prepararían para aguantar la demanda, los hoteles tendrían su capacidad colmada y las playas lucirían atestadas de entusiastas que visitan Río de Janeiro con el objetivo de asistir a los legendarios bailes y fiestas. Nada esto es posible en 2021, ya que el Gobierno se vio obligado a cancelar las actividades a causa de la pandemia.

Muchos subsisten en Brasil gracias al capital que obtienen por trabajar durante la época de Carnaval. Según el testimonio de Claudio Máximo Torres y su esposa Daylane, venden alrededor de 10.000 latas de cerveza durante los festejos en San Pablo, lo que les equivale a unos 7.000 reales. Y así como esta pareja existen miles de trabajadores que se dedican a sacarle el jugo al Carnaval. A todos ellos se les cerraron las billeteras.

El director ejecutivo de la empresa Ambev S.A., que normalmente lanza campañas promocionales masivas en cooperación con los vendedores ambulantes, apuntó: “los vendedores ambulantes trabajan con nosotros todos los años y ellos están sufriendo mucho”. La compañía estima que aproximadamente 20.000 personas se beneficiarán con un programa que garantiza una canasta de comida y cupones con el valor de 255 reales en forma de asistencia.

Por otra parte, Nilcemar Nogueira, fundadora del “Museo Do Samba” ubicado en las cercanías de la favela Mangueira, habló sobre la situación de los artistas. “Para los brasileños sambistas, para el pueblo afrodescendiente, es un momento muy difícil. No será un momento de fiesta, sino de llorar muertes y reivindicar nuestros derechos”, comentó. En la puerta del museo, hace unos días se reunió un grupo de sambistas en silencio, para homenajear a las víctimas de la Covid-19 y llorar el Carnaval que este año no podrá ser.

Antecedentes

Es la tercera ocasión en la que las autoridades suspenden el Carnaval en la historia de Brasil. En 1892 se aplazó por decreto gubernamental, mientras que en 1912 se suspendió por duelo oficial. Esta vez, con un promedio de 1.000 muertes al día, el Gobierno brasileño no parece tener otra opción que suspender todo festejo multitudinario.

Las pérdidas no terminan ahí, pues las escuelas de samba también cancelaron prácticamente todas sus actividades. Por ende, quedan excluidos de la actividades miles de habitantes que se dedican a la costura, el diseño, la música, la organización de las comparsas y la mecánica de las carrozas.

Por ahora, el reemplazo que existe para el Carnaval fue un acto celebrado el pasado viernes, que recordó los 28 desfiles más memorables de la historia. Además, el mítico sambódromo se iluminará todas las noches con los colores de las diferentes agrupaciones o “scolas”.

Es claro que la situación causada por la pandemia ya constituye una tragedia histórica para Brasil, y falta todavía un poco más de tiempo para medir cómo repercutirá la situación de la mano de las pérdidas económicas causadas por no tener el Carnaval. Esto sin contar la desmoralización de la población, que espera año a año con mucha ilusión el festejó con los compatriotas y con los extranjeros. Habrá que esperar a 2022.

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