La pérdida leve de memoria, la dificultad para concentrarse, el cansancio y el sentimiento de angustia son algunos de los síntomas detectados en pacientes que padecieron covid-19.
Luego de cumplirse un año de los primeros casos detectados de coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó al fenómeno que se presenta tras haber padecido la enfermedad como “la covid larga”, y afirmó que ocasiona afecciones neurocognitivas (más conocidas como “niebla mental”), cardíacas y respiratorias. Los expertos aseguraron que estas consecuencias pueden traer graves efectos sociales y económicos.
"Es bueno que esté empezando a investigarse, pero los estudios no son suficientes y deben continuar", señaló el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, e indicó que "reconocer la existencia de la covid larga significa no sólo ver su impacto individual, sino también social’’.
Durante una reunión entre las autoridades de la OMS, científicos analizaron las secuelas que deja la enfermedad y evaluaron que, si bien sus causas se encuentran bajo estudio, pronto podrían convertirse en el principal problema de la pandemia.
Hannah Davis, de la Universidad de Londres, quien ha coordinado uno de los estudios más completos sobre los síntomas postcovid, explicó que en general los problemas neurológicos suelen durar más que los respiratorios, y que la fatiga es el síntoma más común entre los pacientes, aunque lo que más desconcierta a todos es la pérdida de la memoria o de la capacidad cognitiva. "Se encuentran casos de personas que olvidan cómo hacer rutinas antes normales, que no pueden seguir el argumento de una película o que no entienden lo que oyen por un altavoz", señaló la médica londinense, haciendo referencia a los casos reportados en el sondeo que realizó.
Con respecto al impacto socioeconómico que podrían generar estos padecimientos, mediante un análisis se determinó que el 20% de los pacientes estudiados todavía volvió a trabajar por varios meses luego de haber cursado la enfermedad, y que casi la mitad (el 45%) redujo sus horas de actividad laboral.
Otro estudio reciente del Centro Médico de Boston, realizado a tan solo nueve pacientes, expuso que haber contraído coronavirus puede hacer que las defensas se disparen haciendo que las células inmunitarias se equivoquen de “blanco” y ataquen a los tejidos buenos del paciente en vez del virus.
Mirada tucumana
Siguiendo este lineamiento, la infectóloga tucumana del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados, Adriana Bueno, comentó: “No se conoce el motivo o por qué se genera este fenómeno. Son auto-anticuerpos que se desarrollan luego de una infección y dejan una sensación como que el virus no se va. No hay que pasar por alto estos síntomas; hay que informarlos a los médicos así se podrá hacer un seguimiento para su investigación”. Los auto-anticuerpos no son un descubrimiento nuevo, ya que -según la infectóloga- suelen desarrollarse luego de una enfermedad autoinmune como el lupus o la artritis reumática.
Por otro lado, la neurooncóloga Jessica Wilcox, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York y otros investigadores examinaron el líquido cefalorraquídeo de 18 pacientes con cáncer que experimentaban una disfunción neurológica (también conocida como encefalopatía) después de haber sido infectados con el virus SARS-CoV-2.
Al principio, sospechaban que una infección viral en curso podría ser la causante de estas reacciones, pero se llegó a una pista clave sobre lo que estaba sucediendo. “Estos pacientes tenían una inflamación persistente y altos niveles de citocinas (proteínas que regulan la función de las células) en el líquido cefalorraquídeo”, detallaron en el estudio.
Una sobreproducción de estas moléculas genera lo que se conoce como tormenta de citocinas, que puede causar una inflamación excesiva y hasta es potencialmente mortal. Sin embargo, un fenómeno parecido que muestra altos niveles de citocinas inflamatorias es el tratamiento de inmunoterapia, que también puede producir confusión, delirio y otros efectos neurológicos que se asemejan al “cerebro covid”.
A pesar de ser el estudio más grande hasta la fecha para demostrar este vínculo potencial entre el coronavirus y los efectos neurológicos posteriores a la infección, se precisan muchos más datos para determinar con exactitud este vínculo. Tras esta aclaración, el descubrimiento científico sugiere que por el momento, los antiinflamatorios podrían ser útiles para atenuar la confusión mental.
“Es un virus nuevo del que nada se conocía y se instaló como un desafío médico. Por eso, no hay que subestimar la sintomatología del postcovid, y se deben dar a conocer los casos para que la investigación sea efectiva. Tenemos que armar una directiva con guías para la detección del síndrome que trace las pautas para saber cómo diagnosticarlo y tratarlo, porque solo hay hipótesis de sus cusas. Por el momento, en la provincia, estudiamos al paciente y descartamos enfermedades previas pero esperamos que se avance en los estudios’’, comentó Bueno.
(Producción periodística; Milagro Assa Cotic)