Todo o nada: una peligrosa estrategia para el oficialismo

Manzur y Jaldo endurecen la pulseada. Ninguno habla en público y aguardan el resultado de la sesión del lunes que viene.

Todo o nada: una peligrosa estrategia para el oficialismo

Frente a frente. Voto a voto. Decidir o abstenerse de hacerlo. Unidad o ruptura. Todo o nada. Las dos principales figuras políticas del oficialismo han ingresado en un inesperado callejón sin salida con una puja de poder que puede acabar en un impensado síndrome de “pato rengo”, dos años y ocho meses antes del recambio constitucional. Generalmente esta situación de debilidad política en la administración del poder se observa en el último año de cualquier gestión, cuando un gobernante no tiene la posibilidad de ser reelecto. Pero no con tanta anticipación.

El gobernador Juan Manzur ha terminado la semana con gesto adusto, sin declaraciones públicas, hablando con varios dirigentes para saber quién está con quién y cómo enfrentar un posible escenario de división. El vicegobernador Osvaldo Jaldo también “porotea”. Habla con cuanto legislador se le cruza para establecer cómo votará el próximo lunes cuando se proponga la terna para elegir al nuevo ombdusman.

Eduardo Cobos es el que tiene más chances de ser el nuevo defensor del Pueblo, en una terna que también contiene a Mario Koltan y a María Emilia Saab. El preferido de la Casa de Gobierno es Fernando Juri Debo, el actual titular del cargo. El Poder Ejecutivo ya sentó postura, tras una serie de conversaciones entre parlamentarios con el propio Manzur: dar quórum a la sesión convocada para el lunes, pero abstenerse de sufragar por los nombres propuestos en la reñida nominación efectuada en la comisión de  Asuntos Institucionales y Constitucionales de la Legislatura. “No nos sentimos representados”, avisan en el edificio de 25 de Mayo y San Martín. El optimismo sobre una eventual victoria de la abstención se asienta en la escasa concurrencia del bloque Justicialista para Todos al asado  realizado el lunes en San Andrés en la casa de Carlos “Alito” Assan, afín a Manzur.

El jaldismo, en tanto, mantiene su postura: Cobos es el que reúne la mayor cantidad de votos en el bloque oficialista, indican en el espacio que encabeza el titular de la Cámara. Los legisladores que responden al vicegobernador recuerdan una reunión con el gobernador, mantenida en la sede del Partido Justicialista, en el que le señalaron la imposibilidad de que Juri Debo pueda seguir en la Defensoría del Pueblo, ya que no reunía las voluntades suficientes para su reelección. Aún más, sostienen que Jaldo siente, desde hace un tiempo, la frialdad en el trato por parte de Manzur y que se manifiesta, incluso, en el parque automotor de varios municipios del interior. En ellos fue desapareciendo el apellido del político oriundo de Trancas. En el entorno de Jaldo apuntan que la Cámara le dio todas las leyes que la Casa de Gobierno le pidió. Y que no hay motivos para pensar de que haya una movida política contra el gobernador a ocho meses de una compulsa electoral, independientemente de los intentos por reformar la Constitución Provincial.

¿Cómo sigue la historia?

Las versiones abundaron en la sede del Poder Legislativo. Por ejemplo, se dejó trascender que esta semana el gobernador habló con el intendente capitalino, Germán Alfaro, y con el titular de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, quienes cuentan con representatividad dentro del Parlamento, con capacidad para dar vuelta una votación. Ambas versiones fueron desechadas por los colaboradores de Manzur.

De todas maneras, los bloques opositores tienen previsto definir este fin de semana cuál será la postura ante la inminente votación del lunes. Varios dirigentes consideran que es una irresponsabilidad anticipar peleas internas en el oficialismo, cuando la sociedad demanda soluciones a tantos problemas sanitarios, financieros y económicos.

Las pujas de poder no son nuevas en Tucumán. Desde el retorno de la Democracia, en 1983, al menos dos enfrentamientos entre gobernador y vice fueron muy profundos; ambos en la década de 1990: el de Ramón Ortega con Julio Díaz Lozano y el de Antonio Domingo Bussi con Raúl Topa, por mencionar los más visibles. José Alperovich también tuvo momentos de tensión en su relación con Fernando Juri, pero no a tanta escala. Manzur y Jaldo están frente a la posibilidad de avanzar en una ruptura o bajarle el tono a la pelea oficialista. La exteriorización de una puja, con vistas a 2023, es una estrategia peligrosa para el oficialismo, de cara a una elección de medio turno, y en medio de una pandemia de la Covid-19 que requiere un escenario de coordinación para no profundizar la crisis. Pero, además, la sociedad demanda de los gobernantes políticas que contribuyan a bajar los índices de inseguridad, de desempleo y de pobreza que ha dejado el parate económico de 2020. Demasiados problemas para agregar otros.

El tono de la conversación entre el número 1 y el 2 de la provincia ha cambiado. Ya no son las clásicas llamadas entre “Juancito” y “Osvaldito”. Tampoco la frecuencia de los contactos. Cada hora que pasa es una invitación a la confrontación interna.

Las preguntas subyacen. ¿Qué pasa si gana la postura de Manzur?¿Qué sucede si impone el criterio del jaldismo durante la sesión del lunes? Las opciones también son diversas.¿Manzur y Jaldo priorizarán la gobernabilidad por sobre las decisiones personalistas?¿Privilegiarán la institucionalidad?¿Evitarán el quebrantamiento de la unidad justicialista?

El lunes, el gobernador no estará en Tucumán. El secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, le cursó ayer una invitación para que acompañe al presidente Alberto Fernández, en los actos conmemorativos por el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Será el lunes a las 11,30 en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. Desde Buenos Aires, el mandatario tucumano seguirá de cerca las deliberaciones en la Legislatura provincial. Según se informó, Manzur tiene previsto un encuentro informal con el jefe de Estado nacional, y con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, con quien ya se reunión durante la semana que pasó. Esto obligará a Jaldo a hacerse cargo interinamente del Poder Ejecutivo y, por ende, la sesión debería ser encabezada por el presidente subrogante de la Cámara, Regino Amado. La disputa entre dos figuras con amplio poder en Tucumán inquieta, además, a los intendentes. En ambos sectores se señala que, tras la posible votación legislativa, cada cual sabrá quién está con quién. Esto puedo marcar el comienzo de otra historia, si no hay arreglos y conversaciones entre ambos antes de la convocatoria al recinto.

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