Una publicación viralizada en las redes sociales expuso una nueva pista en el caso de la familia de funcionarios públicos del Gobierno de Juan Manzur que accedió a la vacuna contra la covid-19. Esa información, que LA GACETA pudo chequear, consigna que la ministra de Salud y autoridad de aplicación de las inyecciones en la provincia, Rossana Chahla, es prima de la bioquímica Zulema Chaila, propietaria del Centro de Análisis Clínicos y Especializados (CACE) que permitió la inoculación de dos de los cuatro hijos de José Antonio Gandur, secretario administrativo contable del Sistema Provincial de Salud (Siprosa). Estos dos funcionarios, el abogado José Antonio Gandur (h) y el economista Javier Gustavo Gandur, que tienen 39 y 38 años respectivamente, accedieron a las dosis que Chahla había destinado para la protección de los trabajadores sanitarios del sector privado. Chaila es consuegra de José Antonio Gandur (p) y suegra de José Antonio Gandur (h). Consultadas al respecto, ni Chahla ni Chaila hicieron comentarios. También permanecieron en silencio los Gandur, que se mantienen en esta posición desde finales de febrero, cuando comenzó el desarrollo de esta historia de vacunación polémica que acumula varios capítulos.
Los Chahla y los Chaila provienen del mismo origen. La diferencia existente en los apellidos -la hache se transformó en i latina- responde a un error registral que era muy común en su momento, según comentaron fuentes conocedoras de la familia. La ministra y la propietaria del CACE comparten, además de un parentesco, actividad investigativa y académica. En el curriculum oficial de Chahla disponible en el Conicet consta que en 2016 ambas publicaron un artículo junto a otras colegas.
El vínculo profesional y de familia no fue explicitado por la ministra el 28 de febrero, cuando se refirió al caso de la vacunación privada de José Antonio Gandur (h), secretario de Gestión Administrativa del Ministerio de Desarrollo Social y aspirante a camarista subrogante en lo Contencioso Administrativo. Chahla había explicado que aquel integrante de la cartera de Gabriel Yedlin se había inmunizado por medio de las vacunas que el Ministerio destinó a empresas de la salud, “una de las cuales pertenece a la esposa del funcionario” (la doctora Gabriela Simesen de Bielke, hija de Chaila y autoridad del CACE). “Se distribuyeron dosis entre sanatorios, centros de diagnósticos por imágenes, laboratorios y obras sociales. En esos casos no sabemos a quiénes se vacunó (en el Hospital Kirchner) ya que se trata de listados que elaboraron las entidades privadas. Esto ya no es competencia del Ministerio de Salud”, había apuntado Chahla. Ante la pregunta de si era correcto que Gandur (h), integrante del Poder Ejecutivo, accediera a la vacuna por medio de un laboratorio de un familiar que a su vez la había recibido del Estado, la ministra había contestado: “para nosotros (él) entró como miembro del sistema privado de salud privado, no como funcionario público. Cada empresa o entidad hizo sus pedidos de vacunas por medio de un expediente administrativo”.
Sucesivamente trascendió que otras dos hijas del secretario administrativo del Siprosa y funcionarias públicas, la comunicadora Iliana Emilce Gandur y la ingeniera Marina Gandur, habían sido asimismo vacunadas. La primera lo consiguió por medio del Siprosa, aunque en junio de 2020, es decir, en pleno aislamiento obligatorio, Chahla y el gobernador Manzur la enviaron a trabajar en la Representación Oficial de Tucumán en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: según se supo, Iliana Gandur se inoculó como estatal en un viaje que hizo a la provincia. La ingeniera Marina Gandur, de 42 años, es jefa de departamento del Siprosa que se ocupa de vincularse con entidades científicas y académicas, y, como tal, le aplicaron la Sputnik V el 19 de enero, en la fase destinada al “personal altamente expuesto al virus”. “Cumple con el requisito”, expresó al respecto Fabio Andina, director de Recursos Humanos del Siprosa.
Agradecimientos
Por la vía del CACE también se inoculó Javier Gustavo Gandur, subdirector de la Unidad de Coordinación de Economía del Ministerio de Hacienda que encabeza Eduardo Garvich. Este economista usó, como su hermano, el cupo de inmunizaciones otorgadas al laboratorio de su cuñada y de Chaila por parte de Chahla y del Siprosa que administra José Antonio Gandur padre. Este laboratorio fue de los que primero accedió a la vacuna: incluso lo hizo antes que la ingeniera Marina Gandur y también en la etapa destinada al personal sanitario esencial. El CACE informó mediante una publicación de Facebook del 9 de enero que “gran parte de su equipo ya había recibido la primera dosis”, es decir, al igual que la ingeniera Gandur, entró en el conjunto acreedor del lote inicial de Sputnik V que llegó a la provincia (el 29 de diciembre). “Gracias al Ministerio de Salud Pública (de) Tucumán”, manifestó la empresa y agregó una foto de la ministra Chahla.
No trascendió si la inclusión de los Gandur en la nómina proporcionada por el CACE dio pie a la apertura de una investigación interna en el Siprosa para esclarecer y sancionar las eventuales irregularidades, y evitar su repetición. José Antonio Gandur (h) sí fue paciente de esa empresa, según él mismo indicó en Facebook, en un post del 22 de noviembre de 2018 en el que elogió la modernización del centro de su esposa y de su suegra. “La comodidad de recibir los resultados (de los análisis) por mail. Gracias, CACE”, dijo el funcionario; añadió una foto del documento en cuestión, y arrobó a Chaila y a Simesen de Bielke.