San Martín padece una sequía que preocupa mucho

Tras el parate, marcar goles es una misión complicada.

VIENE CON EL ARCO CRUZADO. En los juegos contra Alvarado y Estudiantes de Caseros, Tino Costa estuvo muy cerquita de anotar goles. En ambos casos, el travesaño terminó arruinándole el festejo. FOTO DE IGNACIO IZAGUIRRE (ESPECIAL PARA LA GACETA) VIENE CON EL ARCO CRUZADO. En los juegos contra Alvarado y Estudiantes de Caseros, "Tino" Costa estuvo muy cerquita de anotar goles. En ambos casos, el travesaño terminó arruinándole el festejo. FOTO DE IGNACIO IZAGUIRRE (ESPECIAL PARA LA GACETA)

Mientras San Martín sumaba córners a favor –desaprovechados- en Caseros, a unos pocos kilómetros de allí, en Banfield, Luciano Pons sellaba con un cabezazo su doblete personal en el clásico con Lanús. Conclusión: el “Santo” extraña horrores los goles que emigraron hacia el Sur del Gran Buenos Aires tras el parate por la pandemia.

Los números no mienten: desde que se desarmó el plantel de los 44 puntos, el equipo de Sergio Gómez y Favio Orsi marcó apenas cinco goles en 11 partidos, menos de medio tanto por duelo, un promedio que exime de cualquier agregado. Mucho más cuando de esos cinco goles el 80 por ciento se reduce a dos partidos (empates 2-2 con Gimnasia de Mendoza y Atlanta), y el restante, el sábado pasado, fue gentileza de un defensor de Estudiantes y de los caprichos del destino.

El “mal de goles” es nítido. San Martín podría haber goleado a Alvarado, pero no logró romper el cero. Y en Caseros fue apabullante en cuanto a aproximaciones al área rival, pero generó muy pocas situaciones claras.

De entrada, el “Santo” jugó sin delanteros-delanteros frente al “Pincha”. Porque si bien Marcelo Estigarribia lució el número 9 en su dorsal, su punto fuerte no está dentro del área, más bien sale de ella regularmente para pivotear y conectar con sus compañeros en todo el frente de ataque.

El “Chelo” no es un goleador nato. Tampoco lo es Lucas Cano, quien en los pocos minutos que tuvo en la cancha en el 1-1 con Estudiantes dio señales de su habilidad, aunque claramente no tiene características de referencia de área.

En ese sentido, quizá sea su tocayo Lucas González quien pueda mover la aguja. El hombre de Lules, a partir de su ingreso, generó varios dolores de cabeza a la defensa local e incluso “forzó” el agónico tanto que permitió salvar un punto.

¿Jugar con doble 9 para tener mayor presencia en el área rival es una posibilidad? González declaró la semana pasada que sí, que en algunos entrenamientos hace dupla con Estigarribia y que la cosa funciona.

Sin embargo, ante la pregunta de LG Deportiva tras el empate en Caseros sobre si ese ensayo podría trasladarse a los partidos, Gómez no disimuló su molestia ante lo que creyó una crítica.

“Jugamos con Estigarribia sólo el partido pasado y tuvimos 11 chances claras, 21 remates al arco… no es un problema de no llegar, sino de no acertar. El tema no pasa por jugar con un solo delantero, sino por la característica del jugador que tengas en ofensiva. Jugar con cinco ‘nueves’ no necesariamente te asegura que vas a hacer goles o a ganar”, argumentó.

El DT apuntó que la definición es algo que junto con Orsi trabajan de manera permanente, al igual que otros aspectos del juego. “Tratamos de no dejar nada librado, porque así somos, es cuestión de tiempo que se dé el gol tanto en pelotas paradas, como en jugadas hilvanadas y en segundas pelotas… Falta que la suerte acompañe un poquito de este lado porque es parte del juego también y hay que entenderlo de esa forma. Igualmente, uno no se debe conformar, siempre hay que mejorar y trabajaremos esta semana para tratar de plasmar ese trabajo en resultados y en goles”, señaló.

La dupla mantiene su apuesta a los jugadores que trajo, más allá de la ausencia en el plantel de un goleador de características similares a Claudio Bieler o al mismo Pons, por citar a los dos últimos arietes que con sus goles prodigaron numerosas alegrías al pueblo “santo”.

“A veces hay que tratar de confiar en lo que uno trajo, tanto González, como Estigarribia o Cano son jugadores jóvenes con mucho futuro. Es cuestión de que se les abra el arco, porque son muy buenos jugadores los tres y tienen diferentes características. Deben darse ese segundo para tener la tranquilidad de estar en el momento y el lugar adecuados. Lo van a conseguir”, deseó Gómez.

Es cierto, apenas van dos partidos de la nueva temporada y el crédito sigue abierto. El entrenador prefiere mirar el vaso medio lleno pese a los cuatro puntos resignados. “Este es un nuevo equipo, jugó dos partidos y no perdió ninguno, empató los dos. Y las rachas dependen del punto de vista con que se las mire…”, respondió a la consulta de un canal de televisión acerca de la preocupante seguidilla de ocho partidos sin ganar.

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