Año por año: así fue mutando la relación entre Manzur y Jaldo en la última década

Por primera vez en 10 años, el gobernador y el vicegobernador llegan abiertamente enfrentados a una contienda electoral.

POR SEPARADO. Manzur y Jaldo, en actividades políticas recientes. Fotos: Comunicación Pública y Prensa HLT POR SEPARADO. Manzur y Jaldo, en actividades políticas recientes. Fotos: Comunicación Pública y Prensa HLT
02 Abril 2021

La ruptura de la sociedad política entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo se produjo hace menos de un mes. A pesar del cimbronazo generado y de los duros mensajes que el “Uno” y el “Dos” cruzan día a día, el tiempo transcurrido desde el quiebre del PJ es escaso si se lo compara con los acuerdos que mantuvieron a lo largo la última década. Sucede que el jefe del Poder Ejecutivo (PE) y el presidente de la Legislatura han sido aliados estratégicos desde lo electoral en nueve de los últimos 10 años. ¿Cómo evolucionó –e involucionó- la relación entre Manzur y Jaldo, fundamental para que el justicialismo retuviera el poder en Tucumán? Así fue mutando, año por año, la dinámica entre los máximos referentes del oficialismo provincial.

1) 2012: Como dos extraños. El título del tango, obra de José María Contursi y de Pedro Láurenz (1940), se ajusta a la perfección para describir la relación entre Manzur y Jaldo por aquellos tiempos. El primero acababa de ser reelecto vicegobernador de la provincia, en fórmula con el hoy senador nacional (en uso de licencia) José Alperovich. Sin embargo, desde 2009 que el médico residía en Buenos Aires, donde se desempeñaba como ministro de Salud de la Nación de la entonces presidenta –y hoy vicepresidenta- Cristina Fernández de Kirchner. Jaldo, en tanto, era el “hombre fuerte” de Alperovich en los municipios y en las comunas. Desde el Ministerio del Interior, el contador llegó a convertirse en un actor principal para la estructura electoral del justicialismo. Pero más allá de compartir espacio en el oficialismo, nada más tenían en común Manzur y Jaldo por aquellos tiempos. Pronto, el destino –y Alperovich- los uniría.  

EN CAMPAÑA. Alperovich, junto a Manzur y a Jaldo. Foto de Archivo EN CAMPAÑA. Alperovich, junto a Manzur y a Jaldo. Foto de Archivo

2) 2013: La primera experiencia. La dupla Manzur-Jaldo se estrenó en unos comicios nacionales de medio término, precisamente similares a los que se celebran este año. A sabiendas de que no tenía más posibilidades constitucionales de ser reelecto, Alperovich escogió al médico y al contador para encabezar la lista de candidatos a diputado nacional del ex Frente para la Victoria (FpV). El experimento le dio sus frutos al entonces líder del oficialismo, ya que tanto Manzur como Jaldo resultaron electos para acceder a la Cámara Baja. Finalmente, el hoy gobernador acabó siendo postulante “testimonial” y retornó rápidamente al gabinete nacional de CFK, mientras que Jaldo renunció a la banca poco después de haber prestado juramento en el Congreso.

3) 2014: Un compás de espera. Eran tiempos de incertidumbre en el oficialismo. Luego de tres mandatos consecutivos, Alperovich no podía aspirar a ser re-reelecto. Sin embargo, en las filas del entonces gobernador buscaron hasta último minuto una alternativa para que se mantuviera en el poder. Mientras el PJ acomodaba los tantos, la sociedad política entre Manzur y Jaldo pasó a una suerte de cuarto intermedio. Las definiciones llegarían pronto.

4) 2015: La continuidad con cambios. En abril, Alperovich echa por tierra todas las versiones que hablaban de reformas constitucionales y de vericuetos legales para que continuara al frente del PE. En un acto político, el hoy senador en uso de licencia “bendijo” a Manzur y a Jaldo como los integrantes de la fórmula del peronismo que buscaría retener el gobierno. “Continuidad con cambios”, fue el slogan oficialista de aquella campaña. En las provinciales, el médico y el contador se impusieron por más de 120.000 votos al armado opositor compuesto por el radical José Cano y el peronista disidente Domingo Amaya. Sin embargo, las denuncias de la oposición por supuesto fraude electoral y otras irregularidades pusieron en jaque su asunción, al punto de que un tribunal del fuero Contencioso Administrativo anuló los comicios. Poco después, la sentencia sería revocada por la Corte de Tucumán, y más tarde el máximo tribunal del país ratificaría el triunfo de Manzur y de Jaldo. Por primera vez, el ex ministro de Salud y el ex ministro del Interior llegaban juntos a lo máximo del poder político de la Provincia.

CELEBRACIÓN. En Casa de Gobierno, Manzur y Jaldo celebran el triunfo en una elección objetada por la oposición. Foto de Archivo LA GACETA / Juan Pablo Sánchez Noli CELEBRACIÓN. En Casa de Gobierno, Manzur y Jaldo celebran el triunfo en una elección objetada por la oposición. Foto de Archivo LA GACETA / Juan Pablo Sánchez Noli

5) 2016: La transición, con el macrismo en la Rosada. A diferencia de Alperovich, la primera etapa de la gestión de Manzur tuvo como característica que un partido rival al PJ –Cambiemos, hoy Juntos por el Cambio- estaba a cargo del Gobierno nacional. En este contexto, Manzur y Jaldo mostraron una dinámica que parecía complementarse. Mientras el jefe del PE se abocaba a tratar de sostener una relación cordial con el gobierno de Mauricio Macri, el titular de la Legislatura aglutinaba a la “tropa” peronista a nivel local. Sólo hubo un “chispazo”, aunque se trató de un cruce aislado. Fue cuando Manzur buscó declarar la emergencia en materia de seguridad a través de un DNU. Jaldo, que se había enterado de la medida a través de los medios, avanzó desde la Legislatura con el rechazo el instrumento rubricado por el gobernador y encabezó la sanción de una ley diferente para establecer el estado de emergencia en seguridad.  

6) 2017: Un nuevo desafío electoral. Las últimas elecciones nacionales de medio término tuvieron al oficialismo con una “triple” conducción. Alperovich todavía formaba parte de la “mesa chica”, que por supuesto integraban Manzur y Jaldo. Luego de haber perdido la Casa Rosada a manos del macrismo en 2015, en los distintos distritos del PJ apuntaron a redoblar los esfuerzos para recuperar el terreno perdido desde lo electoral. Tucumán no fue la excepción. Por eso, la tríada resolvió que fuera Jaldo quien encabezara la lista de candidatos a diputado nacional por el oficialismo. En principio, se pensó en el manzurista Pablo Yedlin para liderar la nómina. Pero el PJ resolvió apostar fuerte con el nombre del tranqueño. La estrategia dio sus frutos, dado que si bien el peronismo repartió bancas con Juntos por el Cambio (dos escaños por cada lado), la lista liderada por Jaldo obtuvo el 52% de los votos, mientras que el armado encabezado por Cano consiguió el 32,5%.

TRIUNFO. Manzur y Alperovich acompañan en la celebración a Jaldo. Foto: Archivo LA GACETA TRIUNFO. Manzur y Alperovich acompañan en la celebración a Jaldo. Foto: Archivo LA GACETA

7) 2018: La dupla se afianza para enfrentar a su “creador”. Las versiones en el PJ tucumano indican que, tras dejar el poder en 2015, Alperovich siempre pensó en volver a la Casa de Gobierno. Por eso, 2018 fue el año en el que Manzur y Jaldos se afianzaron para evitar el retorno del hombre que había creado la fórmula ganadora. Fue una etapa de reposicionamientos a nivel nacional, recordada también porque el ex ministro de Salud expresó ante los medios que el kirchnerismo era un ciclo cumplido desde lo político. Puertas adentro, al margen de todo esto, Manzur y Jaldo se cuidaron las espaldas mutuamente, siempre con la mira puesta en continuar más allá de 2019.

8) 2019: El año en el que aplastaron al alperovichismo. Alperovich acabó por confirmar en febrero de ese año que sus expectativas de retorno al Gobierno provincial eran ciertas. En una entrevista con LA GACETA, anunció que iba a competir contra Manzur y Jaldo por fuera de la estructura del PJ con un sello propio, “Hacemos Tucumán”. El gobernador y el “vice”, lejos de amedrentarse, se reforzaron como tándem. El resultado se vio en las elecciones. Manzur y Jaldo se llevaron más del 50% de los votos; muy detrás quedaron la radical Silvia Elías de Pérez (cerca del 20%), el republicano Ricardo Bussi (13%) y, sobre todo el mismísimo Alperovich (11%). Las tensiones en la dupla gobernante, sin embargo, surgieron horas después de los comicios provinciales, cuando el vicegobernador anticipó su anhelo de conducir la Provincia a partir de 2023. Las versiones indican que el runrún de una posible reforma constitucional para habilitar la “re-re” de Manzur hizo que el tranqueño apurara los tiempos. El conflicto entre el “Uno” y el “Dos” ya estaba latente.

EN 2019. Manzur y Jaldo, en los comicios en los que resultaron reelectos hasta 2023. Foto de Archivo COMUNICACIÓN PÚBLICA EN 2019. Manzur y Jaldo, en los comicios en los que resultaron reelectos hasta 2023. Foto de Archivo COMUNICACIÓN PÚBLICA

9) 2020: Entre la pandemia y las tensiones internas. Ya con Alberto Fernández y Cristina en el Gobierno nacional, el gobernador y el vicegobernador comenzaron a medir fuerzas en ciertos puntos específicos (como la relación con los gremios tras la suspensión de la “cláusula gatillo”). De todas maneras, la aparición de la crisis sanitaria por el coronavirus y los dramáticos efectos que tuvo la pandemia en la economía hicieron que Manzur y Jaldo desistieran de llevar las tensiones al máximo. Surgieron otros temas que derivaron en conflictos internos, aunque en todos los casos fueron dirimidos sin que la sangre llegara al río. Eso sí: estaba claro que, si bien la relación era cordial desde lo institucional, en lo político lo que primaba era la desconfianza.

EN LA LEGISLATURA. Manzur, junto a Jaldo, en el reciente discurso de apertura de sesiones ordinarias. Foto: prensa HLT EN LA LEGISLATURA. Manzur, junto a Jaldo, en el reciente discurso de apertura de sesiones ordinarias. Foto: prensa HLT

10) 2021: El quiebre y una declaración de guerra en el PJ. El supuesto intento del manzurismo por concretar una reforma electoral –en rigor, iniciativa jamás confirmada por el gobernador- desató una réplica del jaldismo. El 8 de marzo, en el recinto de la Legislatura, los legisladores aliados al vicegobernador sumaron el apoyo de un sector de la oposición y lograron imponer a Eduardo Cobos, dirigente afín a Jaldo, como nuevo defensor del Pueblo de Tucumán. Manzur, en cambio, impulsaba la continuidad de un hombre de su confianza, Fernando Said Juri Debo, al frente de la repartición ubicada en Balcarce primera cuadra. La votación por el ombudsman fue la excusa que puso en evidencia el quiebre real en el oficialismo. Minutos después de la “declaración de guerra” en la sesión especial, los legisladores aliados a Manzur conformaron un nuevo bloque, “Lealtad Peronista”. Desde entonces, el “Uno” y el “Dos” miden fuerzas en intendencias, concejos deliberantes, comunas rurales, e inclusive puertas adentro del Partido Justicialista. La última batalla tuvo lugar precisamente en la sede de Virgen de la Merced 157, donde el gobernador logró el quórum con lo justo para que el consejo partidario designara a Ana Escobedo como apoderada legal del PJ-Distrito Tucumán en reemplazo del jaldista Marcelo Caponio. Por primera vez en una década, el médico y el contador llegan abiertamente enfrentados a una contienda electoral. El interrogante es cómo influirá en los comicios la ruptura en el PJ.

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