Cuidarnos es una obligación; es tenderle la mano a cada tucumano

Tenemos que unirnos, ya mismo.

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Si no maduramos como sociedad cualquier restricción que se decrete resultará inútil. Si no recuperamos el sentido común ciudadano toda medida que se implemente naufragará. Es tan delicado el momento, tan grave la situación, tan extremo el sufrimiento de quienes padecieron o padecen coronavirus -y no hablemos de las víctima fatales de la pandemia- que no hay explicación para semejante relajamiento general. Llegamos a un punto límite y gran parte del cuerpo social no reacciona. Al contrario; parece empeñado en cerrar los ojos y negar la realidad, como si así fuera a desaparecer el mal.

Mientras una parte de los tucumanos respeta los protocolos y extrema los cuidados al resto nada parece importarle. Son dos universos conviviendo bajo un mismo cielo. Cerrar esa brecha es imprescindible ya mismo. Se nos va la vida en ello.

Las próximas semanas serán cruciales, se anticipa un crecimiento altísimo de casos. Es máxima la tensión que vuelve a agobiar el sistema sanitario, con el agravante de que sus protagonistas están exhaustos, física y mentalmente. Debemos tenderles una mano y el camino es cuidarse. Respetar las normas. Usar barbijo. Mantener la distancia. Todo lo que ya se dijo, que ya se sabe, pero que muchos prefieren ignorar por razones difíciles de comprender. Si los tucumanos no nos unimos en este instante para salir de la crisis en ciernes seremos partícipes de una nueva y dolorosa derrota.

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