El fracaso del encuentro que hubo entre Sergio Mansilla, presidente del bloque Lealtad Peronista, y el vicegobernador Osvaldo Jaldo por los más de 1.100 contratos dados de baja en la Legislatura sólo se puede interpretar de un modo: recrudecerá la interna oficialista. El brote de unidad peronista se secó y ya hay quienes anticipan que la batalla continuará en el recinto.
Los integrantes de la bancada que responde al gobernador Juan Manzur se reunieron ayer para rechazar formalmente el ofrecimiento acercado por el tranqueño. La propuesta era restituir los cargos dados de baja por la formación de la nueva bancada, pero no en su totalidad. A su vez, como gesto de reciprocidad, solicitó que la Casa de Gobierno repare los daños que provocó a los jaldistas. Principalmente, contratos discontinuados en diversas oficinas y la restitución del código de descuento a los empleados públicos para las mutuales.
Mansilla informó a LA GACETA que notificaron a la Secretaría de la Legislatura el rechazo formal de la propuesta, a la vez que cuestionó que se haya notificado que los despidos sean por una reestructuración de bloque si ahora no se pretende restituir a todos. “Creíamos que era una reestructuración, que era pasar los empleados de un bloque a otro. Nunca se habló de un recorte presupuestario en la Cámara. Estamos de acuerdo si lo hay, pero que sea equitativo, para todos. El bloque acompaña cualquier medida de recorte que decida el vicegobernador, siempre y cuando sean igualitario y alcance a los 49 legisladores”, remarcó.
El ex intendente de Aguilares afirmó que la postura en el bloque siempre fue tajante: se recupera todo. Además, manifestó que esto provoca “una situación incómoda” ya que están sin personal sin saber hasta cuándo. Señaló también que este problema es institucional y que se deben “separar los tantos”. “Somos parte de la Cámara, sólo estamos pidiendo lo nuestro. Sabemos que hay situaciones políticas, que se tienen que solucionar políticamente. Y hay situaciones institucionales, que se tienen que solucionar institucionalmente”, resumió.
Un parlamentario del espacio se expresó ofuscado fuera de micrófono por el “recorte” del personal. “Lo único que falta es que nos quiten el título de legislador”, ironizó. A su vez, consideró que hay muchos temas que no se solucionarán hasta que Manzur y Jaldo se sienten a hablar, sin intermediarios. Lo que no supo es precisar cuándo ocurrirá. “Los dos se han perdido la confianza”, resaltó.
“Que todo vuelva atrás”
Altas fuentes de la Cámara aseguraron que Jaldo no está dispuesto a restituir los 1.100 contratos si no les solucionan los problemas que provocaron a sus dirigentes de confianza. Sostienen, incluso, que está dispuesto a redoblar la apuesta si este desencuentro genera una avanzada agresiva de parte del manzurismo.
Al respecto, el legislador Javier Morof (bloque Justicialista de Todos) remarcó que reestructurar significa organizar algo de manera distinta con un fin determinado. “Hoy depende del gobernador que esta gente tenga una solución. Debe volver atrás con las medidas de reestructuración que tomó, desde quitar un código a la Mutualidad Provincial hasta correr y perseguir gente. Ellos iniciaron esto. Su reestructuración afecta a gente y no les interesa solucionar lo que ocasionaron. Depende de que todo vuelva atrás”, declaró.
Luego de semanas de “aislamiento preventivo” por cuestiones sanitarias -pero también políticas-, la Legislatura se prepara para salir del letargo. El martes se perfila como un día de muchas fricciones, ya que a las 11 está prevista una reunión de Labor Parlamentaria con miras a una nueva sesión. Miembros del bloque manzurista dieron por hecho que el planteo por los contratos se volcará sobre la mesa de trabajo. Los jaldistas deslizaron que según el tenor con el que lleguen esos reclamos verán qué tipo de estrategia desplegarán hacia adelante.
En cuanto a los temas que podrían llegar al recinto, no hay ninguno que revista una urgencia especial. Se especula que sería otra sesión “liviana” en el orden del día, pero que servirá como termómetro para medir qué tan caliente se encuentra la interna peronista.