La comunidad colombiana de Tucumán planea manifestarse este sábado, a las 19 en el parque Avellaneda, de la capital provincial, en apoyo a la rebelión que se vive desde hace días en su país de origen, al tiempo que crece la presión internacional para que el Gobierno de Iván Duque le ponga fin a la violencia.
Se espera que ese tramo de la avenida Mate de Luna se tiña de amarillo, azul y rojo, los colores de la bandera de Colombia. Mediante una carta dirigida a la Secretaría de Estado de Derechos Humanos, a cargo de Erica Brunotto, los organizadores aseguraron que instrumentarán las medidas de distancia social para prevenir los contagios de covid-19 y le solicitaron a la funcionaria apoyo para hacer visible la manifestación.
Una de las organizadoras, la bióloga Beatriz Velásquez, explica que Colombia atraviesa una de sus crisis más graves. La situación económica y social, que venía siendo cada vez peor, se ha intensificado con la pandemia, dice. "La diferencia con otros países es que Duque decidió hacerle frente a esto con una reforma tributaria en la que afectaba el bolsillo, principalmente, de la clase media y baja. No conforme con eso, además incluía una paquete de reformas laboral, de salud y jubilatoria. Esto desencadenó el paro nacional del 28 de abril. Hasta ahí, nada nuevo. Lo inverosímil vino después, cuando el Gobierno empezó a responder de forma desmedida y violenta", relata.
Colombia es uno de los países que más ha invertido en armamento militar y ese despliegue fue llevado a las calles, en contra de su propia ciudadanía. "Se ha dicho de todo en los medios y en las redes. La población se encuentra polarizada y, en consecuencia, se intenta deslegitimar la protesta acusando a la guerrilla, a los inmigrantes venezolanos y a la oposición política -añade la bióloga-. La realidad es que quienes marchan son gente como cualquiera de nosotros que está cansada de vivir en un país sin oportunidades, con un altísimo nivel desigualdad social y signado por la violencia".
- ¿Siente que en la Argentina hay más oportunidades que en Colombia?
- Sí. A pesar de las dificultades, las condiciones son mejores en términos de salud pública, de acceso a la vivienda, de educación y hasta de ofertas de empleos.
- Pero, ¿qué diferencia esta revuelta de otras anteriores?
- Una de las cosas más impactantes de este paro es que está teniendo una fuerte participación de gente joven. Gente que ha nacido en la pobreza. Eso, en Colombia, representa básicamente una condena perpetua. En medio de una pandemia donde todos gritan 'quedate en casa', esta gente ha salido a las calles a darlo todo. No tienen miedo porque, sencillamente, no tienen nada que perder. Ni ayer tuvieron, ni hoy tienen ni nunca tendrán. Prefieren que los maten por protestar antes que seguir condenados a vivir en la denigrante pobreza.
- El caos parece haberse apoderado de Cali.
- De noche, las calles de esa ciudad se transforman en un campo de batalla. Las fuerzas militares llegan a los puntos de concentración de los manifestantes, llamados puntos de resistencia. Entran y disparan a todo lo que se mueve: a la gente en las calles y a los que miran por las ventanas. El objetivo es matar. Borrarlos de la escena; silenciarlos.
Otros organizadores de la movilización del sábado explican que su intención cómo colombianos residentes en Argentina es ayudar a que se conozca lo que está pasando allí. "Nuestra gente pide ayuda a gritos porque el Estado la está matando. Deseamos apoyar a nuestros coterráneos, haciendo un llamado al respeto por la vida. Colombia debe permitir el diálogo y avanzar hacia una construcción colectiva", añaden Alberto Galindo Cardona, Andrés Felipe Ramírez Mejía, Oscar Alonso, Marín Ramírez, Abi Solís Ortega, Ambrosio Torres y Mateo Korstanje Benítez.
Desde hace poco más de una semana, la nación sudamericana atraviesa una revolución política y social que incluye movilizaciones, represión por parte de las fuerzas de seguridad y muertes. El desencadenante ha sido un proyecto de reforma tributaria presentado en el Congreso por Duque.
La propuesta preveía una serie de cambios respecto del IVA y los impuestos. El foco de las críticas parte de cómo esta reforma afectaría a la clase media colombiana, pues se elevaba de 39% a 43% el porcentaje de productos que pagan IVA. Además, se creaba una renta sobre las personas, que sería abonada por trabajadores con salarios superiores a los 2,4 millones de pesos colombianos, unos US$ 700 al mes.
Aunque Duque ya retiró del Parlamento su cuestionada iniciativa, las marchas continuaron en los días siguientes, especialmente en Cali. Esto incluyó enfrentamientos y represión por parte de las fuerzas de seguridad. Hasta el 3 de mayo, organizaciones de la sociedad civil habían denunciado decenas de manifestantes muertos; cientos de víctimas de malos tratos y denuncias por personas desaparecidas en el contexto de las protestas.
Como ocurre en muchos lugares del mundo, la pandemia afectó la economía colombiana. Según señala una del diario El País, de España, en base a datos oficiales, Colombia cerró 2020 con una caída del 6,8% del PBI, un desempleo del 15,9% y una pobreza monetaria del 42,5%. Algo similar, vale mencionar, a lo que ha sucedido en Argentina, donde el índice de pobreza también llegó al 42% al término del segundo semestre del 2020.