POLICIAL
PIRSE, EL IMPROBABLE
JUAN SASTURAIN
(Alfaguara – Buenos Aires)
Devoré la novela Pirse, el improbable en dos sentadas y es muy probable que este sea uno de los mejores libros de Juan Sasturain. Tiene la erudición habitual (confieso que tengo debilidad por esto), el gusto por la cita jugosa, el humor sasturainiano, el elemento policial, el replanteo del enigma libresco y político y la espontaneidad de una lengua oral propia de Sasturain (una oralidad que resulta de un cruce de lo oído en la calle y lo libresco). Esta novela breve (con apéndice borgesiano - sasturainiano) es la versión condensada de las múltiples búsquedas estéticas de muchos de sus cuentos.
El título es magnífico. El personaje de Pirse es muy atractivo. Es una síntesis de impostor, ladrón delirante, “hijo de un personaje de novela” y posible fantasma (y por eso mismo improbable); y es el resultado de un ajedrez narrativo (sospecho que el libro tiene el ritmo y el orden logrado por alguien que domina el género policial) y es la ingeniosa fabulación de un escritor en su madurez narrativa. La historia es nítida y guarda los claros toques de fascinación literaria, especulación teórica y pesquisa policial.
Como una nota a propósito de las elecciones lingüísticas y de los hallazgos verbales de Sasturain cito la unión de adjetivo y sustantivo que volví a encontrar en esta narración. Alguna vez le robé a Sasturain esta conjunción: en la página 118 anota un sospechoso Fuan - Chu, citado también por un sospechoso Diego Fierro, haciendo gala de atribuciones apócrifas en las notas: “distraído azar”. No sin exageración, creo que se podría proponer una teoría sobre la relación de Sasturain con el adjetivo ya que, allí, en esa relación de tensión e invención, se cifra la operación de mezcla entre escritura y oralidad (que hace el autor), ese cruce tan personal y productivo que atraviesa toda su obra.
En Pirse, el improbable es muy oportuna la combinación de autoficción, breve referencia histórica, humor sasturainiano, reflexión literaria, crítica ficcional y la dosis mínima y justa de elementos autobiográficos (a propósito de esto, mientras leía las referencias al personaje de Juan Sasturain recordé algunas anécdotas sobre la etapa de profesor en la universidad, anécdotas que el autor me contó en un recorrido diurno por las calles de Tucumán).
Por el cruce de teoría literaria y oralidad, justa ironía, insospechado suspenso y autoficción sutil, Pirse, el improbable es un libro que, sin ambages, podría calificarse de perfecto.
FABIÁN SOBERÓN - PARA LA GACETA