Wimbledon: unidos por la tendencia

El Grand Slam inglés es dominado por pocos nombres en los últimos años.

CAMPEÓN. “Nole” busca defender el título y sumar su 20° majors.  CAMPEÓN. “Nole” busca defender el título y sumar su 20° majors.

Supongamos que en unos 50 años alguien mirara la tabla de la par. Pensaría: “un poco aburrido el circuito masculino de tenis”. Durante 17 ediciones de Wimbledon hubo apenas cuatro hombres, el “Big Four”, que se repartieron los títulos. Como es habitual, los Grand Slam empiezan con preguntas y pocas certezas. ¿Podrá Novak Djokovic, Roger Federer o Andy Murray ganar el tercer Majors del año? Si nos guiamos por la tendencia, habría que responder que sí.

Pero el tenis y ningún deporte, en realidad, se rige por las tendencias que, así como se mantienen abruptamente, pueden cambiar y todo, volverse irregular.

Aunque el dominio de este grupo en las últimas dos décadas habilita a darle mayor cabida a la tendencia. Más considerando lo que cada uno de ellos hace, o con más precisión pueden darse el lujo de hacer, para continuar. ¡Ojo! No solamente mantenerse: sus intenciones son las de continuar y crecer. Engrandecerse.

Es verdad que el lote quedó reducido a “Big Three” en el historial y también en esta edición de Wimbledon. En el primer aspecto, por las ausencias prolongadas por lesiones de Andy Murray, que lo “bajaron” del grupo, pero que estará por una invitación especial. El primer campeón británico en Wimbledon luego de 77 años enfrentará al georgiano Nikoloz Basilashvili. Hasta donde se sabe, las lesiones limitan, pero no quitan el talento, algo que el escocés tiene de sobra por lo que no deja de ser amenazante.

Antes de pasar a Djokovic y Federer, hay que dedicarle, por más que no esté, varias líneas a Rafael Nadal. Su decisión de no jugar y anunciar anticipadamente que no estará en los Juegos Olímpicos, no hace más que poner en claro que ellos compiten por aparte. La decisión debe haber sido dura para el español, pero pensó en el futuro y en garantizarse más años de carrera profesional, una especulación ejecutable sólo por quienes tienen la inmensa confianza en su plan. Idéntico fue lo que hizo Federer al abandonar Roland Garros en los octavos de final. Algunos cuestionaron el accionar del suizo por considerar que, de antemano, ganara o perdiera, iba a abandonar el torneo. Algo a lo que no hizo referencia, pero sí queda claro que tomó esa decisión porque la consideró necesaria para ganar el torneo que comienza hoy.

Decisiones, las de Nadal y Federer, para ellos mismos allanarse el camino hacia más gloria. El que no está necesitando ese tipo de acciones es Djokovic (debuta a las 9.30 ente el local Jack Draper) porque para él es más fácil con la raqueta y en la cancha. “Nole” viene de ganar en el polvo de ladrillo de Roland Garros, el título más importante del circuito en la superficie que menos domina. Solito despejó su camino en la final que lo tenía dos sets abajo, terminó jugando un tenis superlativo y desde ese triunfo no jugó otro torneo. Lo mismo, de no jugar en césped antes de Wimbledon, Djokovic hizo en 2011, 2014 y 2015. ¿Resultado? Fue campeón en las tres ediciones.

También, por el lado de los argentinos, sin haber hecho una gira previa por el césped, jugará Diego Schwartzman, que se estrenará ante el francés Benoit Paire cerca del mediodía. Antes, Federico Delbonis jugará por sexta vez el torneo; su rival será el ruso Andrey Rublev, quinto favorito en Londres. Facundo Bagnis será el primero en jugar, desde las 7, ante el serbio Miomir Kecmanovic, lo que marcará su cuarta presencia en Londres, donde nunca pudo ganar. Nadia Podoroska, la única argentina en el cuadro principal, tendrá su estreno absoluto en el All England Club cuando se mida, cerca del mediodía, con la estadounidense Ann Li. Para el tenis argentino, Wimbledon es el Grand Slam menos atractivo por resultados, pero que, por hechos, capta la atención de los fanáticos de cualquier bandera.

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