Hay dos Caminos del Perú y otro en marcha

La ruta provincial 315, que conecta el sur de la capital con Tafí Viejo, al norte, es también llamada Camino del Perú. Pero en la Curva de los Vega se bifurca y, hacia el este, también se llama Camino del Perú y lleva a Lomas de Tafí.

LA GACETA/FOTOS DE DIEGO ARÁOZ LA GACETA/FOTOS DE DIEGO ARÁOZ

Decir que uno vive sobre el Camino del Perú, en Tucumán, no es en absoluto una manera precisa de indicar una dirección. Ni siquiera aproximada. Es que con el mismo nombre se conocen al menos tres caminos que, si bien están conectados entre sí, no se trata de la misma vía. Eso, sin contar que en los mismos Camino del Perú se viven realidades tan disímiles que pareciera que se habla de tres mundos distintos.

Omitiendo los nombres que toma en cada tramo, el Camino del Perú sería una traza que conecta el extremo sur de la ciudad de San Miguel de Tucumán con Tafí Viejo, al noroeste de la ciudad. Comenzando desde el sur, el camino corre paralelo al Canal Sur, atraviesa la avenida Roca y recién en la intersección con calle Lamadrid, en Yerba Buena, toma el nombre de Alfredo Guzmán. A partir de la avenida Mate de Luna, siempre en dirección al norte, es que comienza a llamarse oficialmente Camino del Perú.

¿Pero hasta dónde llega? Pasando la avenida Belgrano-Presidente Perón, en la zona de San José, es cuando comienza la confusión. Es que en la zona donde se emplaza el corralón La Aldaba, el camino se bifurca en una curva conocida como Curva de los Vega y, hacia el este es la entrada al barrio Congreso y a una serie de barrios privados existentes y en desarrollo. También es uno de los accesos a Lomas de Tafí y desemboca en el barrio Las Quintas.

Hay dos Caminos del Perú y otro en marcha

En la bifurcación de La Aldaba, hacia el oeste, también es Camino de Perú, pero es en ese tramo que llega hasta Tafí Viejo que toma mayor protagonismo el nombre de la ruta 315 aunque, en realidad, sigue siendo Camino del Perú según las nomenclaturas oficiales. Es decir, hasta el momento hay arterias que se llaman igual, Camino del Perú y, como si fuera poco, ya existe un proyecto para crear una tercera vía, paralela a la ruta 315 a la altura Villa Carmela, que sería llamada (también) Camino del Perú y que sería una alternativa a la ruta -por demás peligrosa- para que circulen los vecinos de la zona.

Travesías urbanas

El sitio www.tucutur.com.ar, que lleva un relevamiento permanente de las rutas provinciales de Tucumán y de las nacionales que atraviesan la provincia, describe a esta traza de la siguiente forma: la ruta provincial 315 tiene la particularidad de estar integrada a diversos centros urbanos. Nace en la intersección de con la ruta nacional 9, al norte, para entrar a Tafí Viejo con el nombre de avenida Constitución, luego pasa a llamarse Marco Avellaneda y avenida Julio Roca. De allí en adelante es conocida históricamente como “El camino del Perú”, recorriendo Cebil Redondo (Villa Carmela). Pasa a ser el límite entre San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. Tomando el nombre de avenida Alfredo Guzmán, continúa su camino al sur, para ser la avenida Circunvalación Oeste, junto al canal.

Hay entonces -al menos hasta el momento, dos Caminos del Perú y uno en vías de construcción. A todo eso, se suman los tironeos jurisdiccionales entre San Miguel de Tucumán, Yerba Buena, Tafí Viejo y la Provincia, algo que, claro, padecen los vecinos, a quienes les importa más la seguridad de la ruta y la accesibilidad que los nombres en sí.

“El Camino del Perú es la ruta que corta de punta a punta Cebil Redondo, la vía más importante de vinculación con los otros municipios (Yerba Buena y Capital al sur y Tafí Viejo al norte), que fue tomando más y más importancia a lo largo del tiempo por la gran expansión urbana en la zona”, describe Fabián Assán, delegado comunal de Cebil Redondo.

“Cuando yo me fui a vivir en la zona, en el año 78, no era lo transitado que es ahora. Todo este crecimiento nos lleva a prestar particular atención a la ruta provincial 315 y a la necesidad de hacer un camino paralelo que lleve seguridad a los vecinos. Es que en el la misma arteria coinciden motos, bicicletas y autos que entran y salen de todos los barrios de la zona, con los colectivos que van y vienen de otros municipios y los camiones de gran porte de las citrícolas. A la mañana, cuando todo el mundo sale apurado, es un verdadero peligro”, describe Assán.

Hay dos Caminos del Perú y otro en marcha

Yendo de sur a norte, cuando finaliza Yerba Buena y comienza Cebil Redondo, ya se nota un cambio drástico en el alumbrado público. “Con la colaboración del municipio de Tafí Viejo pudimos colocar nueva iluminación led para la ruta, que si bien es una ruta provincial, como dijimos es la principal vía de comunicación de nuestros vecinos. Vialidad se encarga del saneamiento de la ruta, de las banquinas y de las ciclovías al costado. Eso tenemos en este momento, pero es un caos porque todos los barrios desbordan a la ruta y hay mucha circulación”.

Desde la plazoleta Islas Malvinas hasta el comienzo de Cebil Redondo (en dirección norte-sur), paralelo a la ruta 315 o Camino del Perú hacia el oeste corre la calle Juan B. Terán, una vía de ripio que desmejora en épocas de lluvia pero que es la alternativa que usan los vecinos de Villa Carmela para evitar salir a la ruta. “Es esa calle la que queremos convertir en Camino del Perú y, según investigamos, recuperaría la traza histórica por la que pasó Belgrano con el Ejército del Norte. Es una obra importante, que está presentada para obtener financiación del BID y que está presupuestada en U$S 2 millones”, precisó Assán.

Jurisdicción y numeración

Así como cambia la iluminación y la calidad del asfalto de los distintos caminos del Perú, también cambian las problemáticas en cada sector. “Acá no tenemos una parada de colectivos y los choferes paran donde quieren. A la mañana temprano es un caos con la entrada y salida de vehículos, un peligro”, describió Marta Medina, una vecina de la zona que esperaba el colectivo para ir a Tafí Viejo, frente a la plazoleta Islas Malvinas, en Villa Carmela. En la acera de enfrente, en cambio, sí hay refugio para esperar el ómnibus.

Pero el tramo más caótico continúa siendo en de la Curva de los Vega, donde el Camino del Perú toma sus dos rumbos pero que, en los papeles, queda en un limbo que ni siquiera los vecinos saben a qué jurisdicción pertenecen. “En las últimas elecciones vino un candidato a concejal por la capital, pidiendo el voto de los vecinos y prometiendo que nos solucionaría los problemas de agua, cloaca y gas, que no tenemos en este sector y que nadie nos escucha. Yo trabajé para él, anduvimos por las casas de los vecinos. Pero cuando aparecieron los padrones resulta que todos votábamos en Yerba Buena. Claro, el concejal no volvió más”, contó Roberto Montero, del barrio Libertad. Asegura que son dos manzanas que no tienen los servicios elementales; mientras que las cañerías pasan por el frente de su casa para llevar gas a Lomas de Tafí, ellos siguen comprando gas envasado.

“Aquí en la curva a cada rato se ven accidentes -aseguró Fabiana Medina, vecina de la zona desde hace 14 años-. Circulan los camiones y las líneas de colectivo 6, 100, 106 y 130 que van a Lomas, a Yerba Buena y a Tafí Viejo. Tampoco se entiende la numeración, porque acá decimos que estamos en Camino del Perú al 2.100, pero otros dicen que al 2.100 es para otro lado. No se entiende nada”, sostuvo.

Por el “deplorable estado” de este tramo, según la presentación del concejal yerbabuenense Alejandro Sangenis, es que Yerba Buena ahora pide a la provincia el traspase del tramo interjurisdiccional entre San Miguel de Tucumán y la “Ciudad Jardín” que va desde el acceso a la vieja ruta 38 hasta la Cartujana o ingreso a Villa Carmela. Ese ha sido el planteo que ha formulado Sangenis en una nota enviada al director de Vialidad de la Provincia, Ricardo Abad.

En la zona de San José, en las cercanías del predio de la Sociedad Rural, Yerba Buena realiza permanentemente operativos para ordenar el tránsito sobre la Ruta 315 (o Camino del Perú), porque no hay semáforos y se trata de una travesía urbana. “Tenemos un cruce escolar, comercio, vehículos de gran porte, motos y bicicletas que entran y salen de los barrios. Es bastante caótico y, para peor, la gente no quiere respetar las señales de los varitas”, describió el municipal Carlos Llave, apostado en una de las esquinas más transitadas y que empeoró en estos días por las reparaciones que se realizan en la calle Frías Silva.

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