Después de su primera temporada en la NBA, el base cordobés Facundo Campazzo se prepara junto a la Selección en Las Vegas, con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. El reencuentro, las experiencias previas y el futuro del equipo, bajo el análisis de un jugador determinante en el equipo pretende superar el subcampeonato del mundo. "Queremos y podemos", subió la apuesta.
“Me ha impactado todo lo que se produjo en esta temporada, la magnitud que tomó esto. Me sorprendió y, en un punto, me superó porque no esperaba tanto. Trato de no consumir mucho pero es inevitable. No sé, tal vez no tomo dimensión a veces", arranca "Facu" una larga entrevista con el equipo de prensa de la Confederación Argentina de Básquet (CAB), desde el casino del hotel Planet Hollywood de Las Vegas.
-¿Cómo explicás el fenómeno Campazzo?
- Primero, porque hace mucho que no se veía un jugador argentino en la NBA, es como que la gente necesitaba y ahora, además de mí, llegaron Tortu y Luca. Y se nota esa alegría de la gente, el volver a tener ese gran interés en la NBA. Noto que todo lo que pasó en el Mundial, lo que logramos y cómo representamos al país, fue un puntapié y empezaron a seguir mucho más. Y ahora, que hayamos dado este salto, con lo genera la NBA, potenció ese interés. También es cierto que los argentinos son muy locos (se ríe). En realidad, muy fanáticos y te siguen de una manera especial, sobre todo cuando ven que respetan el juego y lo hacés con pasión.
- ¿Te sentís más importante dentro y fuera de la cancha, con más responsabilidades de líder?
- Primero digo que me gusta conocer a los demás. Está bueno intentar lograr esa cercanía lo más rápido posible, para que la adaptación no sea difícil para los nuevos. Los que estamos hace más tiempo, podemos ayudar a que el proceso sea más natural y nadie lo sufra. Por eso me acerco, les pregunto cosas, cómo les fue en la temporada y cómo están ahora, en estos primeros días en la Selección.
- ¿Pero no sentís una responsabilidad de hacerlo, de ser más líder?
- Nosotros todavía lo tenemos a Luis (Scola), que nos sigue marcando el camino, pero es verdad que los que estamos hace más debemos empezar a bajar línea de los valores que vienen de otras camadas… El ser responsables, que vestir la camiseta argentina y todo lo que representa sea una presión positiva, sin que nadie pierda la esencia de quien es.
- ¿Algún compañero te sorprendió más en estos días?
- Tal vez Lea (Bolmaro). Lo venía enfrentando en España y ahí era increíble, por su velocidad, intensidad y talento. Disfruto de verlo jugar porque todo eso y porque contagia energía. Además, más allá del talento, es un chico al que le gusta competir a toda costa, te contesta si le decís algo, se enoja si pierde y siempre juega para ganarte.
- ¿Y Campazzo cómo está? ¿En qué jugador se ha convertido y cuánto mejor es que hace dos años, cuando ya fue uno de los mejores del Mundial?
- En el Mundial me sentí cómodo y siento que todos elevamos el nivel porque el equipo jugó bien. Además, aquel torneo nos ayudó a forjar lo que vino, fue como una plataforma de despegue. Por caso, intento agregarles cosas a mi juego en cada temporada. Esta en la NBA ha sido todo un aprendizaje para mí, sentí que debía y podía mejorar muchas cosas. Por suerte pude adaptarme y trabajar en los detalles. La NBA te lo permite porque se entrena distinto, no tanto en equipo y más de forma individual. Entonces pude trabajar en cosas de partido, en mis tiros, mis acciones, cada cosa que hago en el juego. Ellos buscan que uno las sistematice y en eso di un paso al frente.
- ¿Y en qué te sentís un mejor jugador después de este año en la NBA?
- En lectura y en la toma de decisiones, algo muy importante para un jugador. Uno debe decidir en milésimas y no es fácil, a veces, tomar una decisión correcta. En la NBA debe ser todavía más rápido porque si te demoras, ya es tarde. No fue fácil para mí en el comienzo de temporada y sigue siéndolo. Pero está claro que jugar a otra velocidad y tener que ejecutar así me ayudó bastante.
-¿Y cómo evalúas estos primeros días de entrenamientos?
- En los primeros días siempre se ven más errores, pérdidas, estamos más perdidos y se notan algunas diferencias entre jugadores. Además, hace muchos que no jugábamos juntos y estamos más duros en lo físico. Pero es parte del proceso. Queremos crear la misma manera forma de juego que en China, pero mejorada. Está claro que, al buscar más velocidad de ejecución e intensidad, sumás posibilidades de que haya errores. Pero es a lo que debemos apuntar, el no dejar pensar al rival, hostigarlo. Podemos y debemos mejorar cosas para dar un nuevo paso adelante.
- Y qué te parece esta idea de Oveja de subir aún más la apuesta, ser un equipo todavía más agresivo, más arriesgado, que provoque al rival?
- Si queremos seguir compitiendo y creciendo, debemos subir la exigencia. No es que en el Mundial los rivales no estaban preparados, pero en cierto punto fueron más tranquilos y relajados a jugar contra nosotros, tal vez pensamos inconscientemente que no éramos para tanto. Y eso lo aprovechamos muy bien, pegamos primero y no les dimos respiro. Ahora queremos ser mejores que en el Mundial. No regalar pelotas, estar mejor en los rebotes, para que no nos pase lo de la final… Y creo que podemos. Deberemos también adaptarnos a los rivales que nos duerman la pelota, que no nos permitan hacer nuestro juego. Trabajamos para eso, en potenciar nuestro adn.
- ¿Es la única forma de competir en los Juegos este tema de dar un paso más hacia ese estilo frenético?
-Sin dudas. Porque el Juego Olímpico es más difícil que en el Mundial. Fijate la zona que nos tocó. Es durísima. Pero confiamos en nosotros, en la forma que hemos crecido y sabemos que podemos dar más. Además, está en nuestra esencia, es el que juego en que nos sentimos cómodos. Porque además no somos los más atléticos ni los más altos y con este estilo podemos disimular esas carencias.