Netflix estrena “El Reino”, una serie entre el poder terrenal y lo espiritual

LA GACETA dialogó con parte del elenco de la producción argentina antes de su debut en la plataforma de streaming. Un crimen político.

LA PAREJA PROTAGÓNICA. Diego Peretti compone a Emilio Vázquez Pena y Mercedes Morán a su esposa; ambos son pastores evangélicos. LA PAREJA PROTAGÓNICA. Diego Peretti compone a Emilio Vázquez Pena y Mercedes Morán a su esposa; ambos son pastores evangélicos.

Faltan pocos días para uno de los estrenos más esperados del año. El viernes, Netflix subirá a su plataforma “El Reino”, la nueva producción original argentina con un reparto de lujo integrado por Diego Peretti, Mercedes Morán, Chino Darín, Peter Lanzani, Nancy Dupláa, Joaquín Furriel, Vera Spinetta, Sofía Gala, Alejandro Awada, Daniel Fanego y Ana Celentano, entre otros.

La serie nos transporta al terreno de lo político, en donde el pastor Emilio Vázquez Pena (Peretti) es candidato a vicepresidente pero su compañero y cabeza de fórmula es asesinado durante el acto de cierre de campaña (ver “Ocho capítulos”).

En la antesala del estreno, parte del elenco habló con LA GACETA en una entrevista on line con varios medios sobre cómo fue retomar el rodaje en pandemia y qué es lo que más los atrapó para sumarse a esta producción.

- ¿Qué sienten al ser la primera ficción argentina en volver a filmar?

- (Mercedes Morán - MM) Nosotros ya habíamos grabado cuatro meses y nos quedaban solo dos meses pendientes de rodaje. Ese tiempo fue de un aprendizaje grande. Aprendimos a trabajar en nuevas condiciones. La producción se ocupó de que todos los protocolos funcionaran para dejarnos tranquilos. Y la verdad es que fue una serie de sensaciones encontradas; yo empece con miedo, fui agarrando confianza en la medida que empezábamos a rodar todos los días y al ver los cuidados. Y después está la alegría de poder volver a trabajar, que nos hace muy bien al alma, más allá de las necesidades económicas. Ahora que ya se está por estrenar estamos muy contentos, reorgullosos de pertenecer a este proyecto.

- (Diego Peretti - DP) La producción ofrecía garantías muy buenas para el trabajo y para el elenco. Fuimos muy conscientes de la pandemia, primero por una cuestión básica de salud y después por una cuestión de efectividad del trabajo. Si alguien se contagiaba, se tenía que parar todo durante mucho tiempo y eso no era bueno para nadie.

- (Joaquín Furriel - JF) Teníamos el deseo y la responsabilidad de que las cosas salgan bien para demostrar que con protocolos se podía retomar la actividad. Fue muy extraño estar filmando, de repente parar cinco o seis meses y después volver a filmar con mascarilla, protocolos, etcétera. Yo tenía muchas escenas con el Chino y yo sabía que él se cuidaba. Y bueno, no cayó nadie, eso te demuestra el grado de cuidado que tuvimos todos.

- (Peter Lanzani) Respetar un protocolo limita nuestra forma de laburar porque somos bastante del contacto entre nosotros, de los abrazos, de tomar mate. Todo eso se tuvo que cortar para poder sentar un precedente y que hoy en día haya otras series y películas rodando. Eso fue toda una responsabilidad.

- ¿Qué fue lo que los hizo involucrarse en el proyecto?

- (DP) Me gustó el guión, estaba muy bien escrito por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro, quien la dirige con su experiencia en cine tan grande junto a Miguel Cohan. Ser pareja de Mercedes, con quien había trabajado durante mucho tiempo, más el agregado de mi personaje, hizo que el proyecto sea más que apetecible.

- (MM) Los personajes son poco frecuentes; a mí me gustan los desafíos y me parecía que la historia estaba muy garantizada. No tuve dudas, desde el primer momento supe que quería participar. Después, en el rodaje, nos divertimos mucho a pesar de estar contando una historia de género muy oscuro.

- (JF) Primero me interesó el género, el thriller político. Creo que en la Argentina se podría hacer mucho más porque nosotros vivimos la política como parte de la narrativa cotidiana. Y me interesó trabajar con Piñeyro, me formé como actor viendo sus películas. Él logra en sus ficciones una cercanía con el público que no lo consigue cualquiera.

- ¿Contra qué luchan sus personajes?

- (DP) No puedo decir mucho porque estaría spoileando la serie. Pero tiene que ver con una cuestión muy íntima que no puede procesar correctamente.

- (MM) La mayor lucha que establece mi personaje de pastora es entre una realidad que tiene que no es de su agrado, a la que intenta aceptar y adaptarse, lo cual le cuesta mucho. Esto probablemente no se cuenta en el guión pero lo hablamos con los autores: ella viene de una familia religiosa, con un padre pastor y tiene un mandato muy conservador, con la iglesia, con la familia. Y a todo esto se le agrega la circunstancia electoral de su marido. Para ella es muy peligroso, porque siente que expone a la iglesia y se siente muy vulnerable. Siente que es muy difícil poder conservar esa postura y ese carácter rígido con tanta tormenta interna.

- (JF) Mi personaje no tiene estructura moral. Tiene un sentido del pragmatismo muy elaborado. Lo que tiene de interesante Rubén es que hasta que no termine la serie, el espectador no va a poder definir del todo quién es.

- ¿Hay alguna persona de la esfera política nacional que tomaron como referencia para componer su personaje?

- (MM) Siempre tomo la referencia de alguna mujer, más que por su oficio, por su carácter. Me imagino un carácter para mi personaje e intento ver si conozco alguna con uno parecido. Pero no pertenece a ningún campo y además nunca revelo de quién se trata para no perder amistades.

- (JF) No, porque las personas como Rubén son las que nunca se ven. Están en las sombras; en ese sentido era muy difícil encontrar un referente local. En general rondan los cafés cercanos a Tribunales, Casa Rosada, o los Ministerios. Son operadores entrenados por los servicios secretos, que no tienen visibilidad, tipos que se manejan por el otro lado de la política.

- (Chino Darín - CD) Sí, hubo una referencia pero no demasiado concreta sino para entender una cuestión estilística más de cómo se viste y se mueve en esos ámbitos. Pero no algo que tenga que ver con el mundo interno del personaje, porque Julio tiene cosas que resolver que son difíciles de encontrar en una figura pública o de lo que conocemos de ellos. Me inspiré también en un amigo mío que se llama Patricio Ballone, pero casi todo estaba en el texto. También queríamos darle un carácter propio.

- ¿Qué fue lo más difícil del personaje?

- (JF) Hubo muchas escenas en donde no tenía que reaccionar desde mi estructura moral y psicológica. Debía sentirme seguro como actor en sus acciones, porque no hay mucho más en Rubén; las acciones hablan por sí mismas y cuentan al personaje.

- (PL) Siento que es un poco como la vida: Taddeo es un creyente. Es el único que quiere ayudar a los que más lo necesitan. Pero lo más interesante que tiene el guión es que todos los personajes son un poco buenos y un poco malos.

- ¿Hay alguna anécdota de la grabación?

- (PL) Tenía una escena con Vera y mi personaje es tartamudo. Se lo conté antes de grabar y la hicimos una cantidad de veces tremenda. Los personajes decían cosas muy profundas y serias, pero que no se podían sostener porque era muy gracioso.

- (CD) Las mías son menos felices: una es que me caí de una tarima en medio del rodaje porque no vi el vacío hasta que lo sentí, pero por suerte estoy bien; y otra es que estábamos rodando en Ezeiza con Vera y falleció el Diego (Maradona). Sentía que había una cosa rara en el ambiente, no podíamos sacar la escena adelante y me empecé a frustrar. Estaban todos lidiando con esa noticia y no me la querían decir. Después me contaron y tardamos un rato largo volver a filmar.

- (JF) Cuando Piñeyro me ofreció hacer la serie me dijo que el elenco estaba confirmado y yo soy muy fan de Mercedes, me gusta mucho como trabaja y siempre tuve ganas de hacer algo con ella y con Diego también. No tengo una escena con ella, sólo un cruce en el primer episodio, pero no es una escena en sí misma. Quedará para otra temporada si es que la hay o para otro proyecto.

Ocho capítulos

Tras la pista de un asesino

Dirigida por Miguel Cohan y Marcelo Piñeyro, “El Reino” es producida por K&S Films (empresa que fue parte de la película “Relatos salvajes”) y está escrita por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro. Comienza cuando un candidato a Presidente es asesinado durante el acto de cierre de campaña. El pastor Emilio Vázquez Pena lo reemplaza y tras la conmoción viene la oportunidad: podría convertirse ahora en el próximo mandatario de país. Intentará descifrar quién es el asesino y cuáles fueron sus causas, mientras se prepara para ser el nuevo líder. La producción de ocho capítulos se va a estrenar globalmente solo en la plataforma Netflix el viernes. Se suma a otras producciones argentinas ya lanzadas como “Puerta 7”, “El apache”, “Casi feliz” y “Carmel: ¿quien mató a María Marta?”.

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